V
I C E N T E G U E R R E R O.
Vicente
Guerrero, nace en Tixtla en 1783 y muere en Cuilapa en 1831. General, patriota
y político mexicano, luchó por la independencia al lado de Morelos hizo la
Campaña del Sur. Derroto a los jefes realistas, Lamadrid, Armijo, Samaniego y
otros. Desaparecidos los jefes de la insurrección, continuó la lucha al frente
de los ejércitos patriotas, hasta que en 1821 llegó a un acuerdo con Iturbide y
apoyó el Plan d Iguala.
Proclamado
Iturbide Emperador, se alzo en armas contra éste, fue herido en Almolonga en
1823.
Fue
electo Presidente de la República en 1829. Bustamante lo derribó en 1830.
Fue
traicionado por Picaluga, apresado, juzgado, y fusilado el 14 de febrero de 1831. El Congreso lo proclamo
Benemérito de la Patria.
Vicente
Guerrero sirvió a la Patria desde l810 y la sirvió con tanto amor, que aun
desoyó la insinuación de su padre, a quien amaba mucho, cuando lo exhortaba a
que se indultase. El indulto lo definió en carta dirigida a Iturbide en l821.
Guerrero
ingresó a la Insurgencia a fines de 1910 y hasta 1814, su papel no fue
relevante. Subordinado a otros jefes y fiel a Morelos no tuvo oportunidad
de ensayar sus propias iniciativas,
desarrollar sus estrategias.
Cuando
sobrevinieron los desastres de Valladolid y Puruarán, el propio Morelos
aconsejó la táctica de guerrillas. Parecía ser la oportunidad que Guerrero
esperaba y la historia de los 6 años siguientes, la escribe este enorme sureño.
Muerto
Morelos, la causa derrotada, dispersa pero tenaz sigue agitando al país.
El
movimiento disminuyó en intensidad, localizado, aislado, reducido a los fugaces
fulgores de luchas guerrilleras encabezadas por los lugartenientes que
sobrevivieron a Morelos, entre los que
el más relevante era Guerrero.
Sin
el genio de Morelos, pero dotado de igual tenacidad, el tercer campeón de la
independencia, seguía guerreando en el sur.
En
los 6 años siguientes, la historia de la
resistencia la escribe el enorme suriano, desde la Mixteca hasta la tierra
caliente de Michoacán, a lo largo del Balsas, en el litoral o en la cresta de
las cordilleras, con facultades casi
sobrehumanas, Guerrero mantiene viva la revolución del sur.
A
fines de 1815, había marchado sobre Tlapa, después de derrotar a parte de la
guarnición puso sitio a la plaza. Calleja ordenó a Armijo que auxiliara la
plaza, Guerrero salió a su encuentro y lo obligó a retirarse. Sólo se retiró de
la empresa, cuando Morelos, entonces su jefe,
le ordenó abandonar el sitio de Tlapa y ocupar Texmelucan, que Sesma, y Terán avanzaran a orillas del
Mexcala y que Osorio amenazara Puebla.
El
Congreso se había establecido en la Hacienda de San Francisco, próxima a
Tehuacán, sus integrantes fueron detenidos el 15 de diciembre hasta el 24 que Terán los puso
en libertad a condición de que salieran de la ciudad.
Adueñado
del mando, Terán, que no engañaba a nadie, le importaba la adhesión de
Victoria, Guerrero, Bravo y Osorno. Bravo se negó a apoyarlo y salió a Veracruz
y a los tres restantes Terán les explicó y justificó sus actos y proponía un
gobierno provisional con el nombre de Convención Departamental. Victoria y
Guerrero rechazaron el plan. Osorno no Manifestó su inconformidad.
Después
de rechazar los planes de Mier y Terán,
Guerrero decidió seguir la Lucha por su cuenta. Al empezar el año 1916 sus tropas ascendían a 27,000
hombres pero faltaba un jefe; Guerrero, Victoria, Bravo, y Terán no podían
todavía reemplazar a Morelos.
“ Jefe
supremo de la República - designación usada con cierta frecuencia, desde
fines de 1815 hasta 1820 - era el insurgente invicto Vicente Guerrero, sucesor
de Morelos y molesto lobanillo que afeaba el rostro del virreinato. “
En
1914 Calleja había organizado una fuerte división a la que nombró “ Del Sur y
rumbo de Acapulco “ con la mira de recuperar ese puerto, expulsar al Congreso
insurgente de Chilpancingo y limpiar toda la zona comprendida entre el río Balsas - Mezcala y el litoral.”
El
comando de dicha fuerza recayó en el coronel José Gabriel de Armijo, hombre de
confianza de Calleja y su socio en más de un negocio sucio.
Una
serie de triunfos continuada, paralela al hundimiento gradual de Morelos,
acreditaron a Armijo a quien el virrey cubrió de honores. Ascensos y premios en
metálico.
Mas
tarde Apodaca virrey sucesor de Calleja, confirmó el nombramiento y los poderes de Armijo. Fue
Armijo el jefe realista con el que Guerrero midió sus armas, durante un lustro de fatigante e
indecisa lucha.
El
ejemplo de Terán no tardó en ser imitado, a mediados de febrero de 1816, el
general don Juan Pablo Anaya, con algunos oficiales sorprendieron a la Junta en
la hacienda de Santa Efigenia, redujeron
a prisión a sus miembros y los condujeron a Ario.
Entre
los comandantes produjo esto alta indignación y nombraron otra.
En
el sur Guerrero y Bravo se sostenían con indomable constancia, Guerrero llegó
en sus excursiones hasta Dos Arroyos, Sabana, Coyuca. Bravo organizó una
fuerza de 1 000 hombres en Ajuchitán y
obligó a encerrarse en Huetamo al realista Pío María Ruiz.
El
7 de noviembre Samaniego que conducía un convoy hasta Izucar, obtuvo un triunfo
contra Guerrero.
El
16 de noviembre, del propio 1816, fue de nuevo atacado Guerrero a la altura de
Piaxta, ahora por Lamadrid, que fue derrotado con sensibles pérdidas. Se hizo
fuerte en Piaxtla y no tardó de verse rodeado de enemigos, resistió por más de
2 meses, rechazó varios ataques de los realistas. A mediados de febrero se
internó en la Mixteca, ordenando al teniente Juan del Carmen que ocupara
Xonacatlán.
El
10 de diciembre sorprendieron e hicieron prisionero a Berdusco y cayeron de
improviso en Patambo en la madrugada del 11, en donde fueron aprehendidos,
Rayón con toda su familia y los coroneles Martínez y Sevilla y don Pedro
Vázquez, cura de Acuchitlán.
Hizo
Nicolás Bravo algunos movimientos en el intento de rescatarlos, pero desistió
de tal empeño, uniéndose a Guerrero, ambos se replegaron a San Miguel Amuco. Al
acercarse a esa plaza Armijo, la abandonó Guerrero y allí supo el jefe realista que Bravo estaba
refugiado en la sierra. Sin perder un instante marchó hacia el rancho de los
Dolores y al amanecer del 22 de
diciembre aprehendió en ese punto a Nicolás Bravo.
Después
de aprehender a Bravo, Armijo se dedicó a seguir a Guerrero, el que se internó
en la sierra y apareció en la Costa Grande en febrero. Durante el mes vencieron
a varios destacamentos realistas. El día 12 sus oficiales lo declararon General
en Jefe de las Fuerzas del Sur.
El
Comandante Bermúdez y el capitán Calvo,
se pusieron de acuerdo con Armijo, para cortarle la retirada. Guerrero se
informó y los castigó con la muerte. Sin embargo, cuando Armijo lo atacó. Fue
secundado con gran número soldados y oficiales. Abandonó sus posiciones y
prosiguió sus correrías por la selva.
Los
jefes independientes, Montesdeoca y Pablo Galeana, defendían una línea de
trincheras en el delta que forma el Río Balsas, al desembocar al Pacífico; se
presentó Armijo el 25 de mayo de 1818 y tras varios días de ataque los
independientes se retiraron. Pero el mortífero clima de aquellas regiones
mermaron las tropas de Armijo.
Armijo
regresó a Teloloapan a fines de junio de 1818.
Tardó
mucho en salir, Guerrero fue a su encuentro, lo avistó el 15 de septiembre y le infligió notable derrota.
En
esta época empezó a descollar entre sus tenientes el famoso Pedro Ascencio
Alquiciras, que había militado a las órdenes de Rayón y de Vargas, que llegó a
ser uno de los más audaces sostenedores del sur.
El
coronel Davis Bradburn, que había venido con Mina se retiró a las cañadas de
Huango, al norte de Valladolid. En marzo de 1819, una división realista mandada
por Vicente Lara lo interceptó y aunque intento resistir Bradburn, fue
dispersado, sólo él y 30 de los suyos lograron escapar. Marchó al sur y fue
bien recibido por Guerrero.
A
pesar de que Guerrero, en este período, llego a dominar la cuenca del río Balsas, las tropas de Armijo
cercaron el fuerte de Barrabás; no estaba Guerrero en el sitio, pero se vio
obligado a atravesar el río para internarse en Michoacán.
En
el sur de México, en 1820 continuaba su campaña Guerrero, su teniente Pedro
Ascencio situado en Tlatlaya seguía resistiendo los ataques de las tropas de
Armijo. Una sección de realistas comenzó a talar los montes de la comarca, pero
fue derrotada por dos veces. Ascencio se apoderó de la Hacienda de Lubianos,
entre Tlatlaya y Tejupilco y en abril y primeros días de mayo sostuvo reñidos
encuentros con el coronel Ráflos. En esa época el compañero de Ascencio fue el
presbítero José Manuel Izquierdo.
En
1820, Guerrero levantaba en armas toda la zona regada por el Mexcala, nombraba
su segundo al brigadier Lobato y ponía en graves aprietos a las diseminadas
tropas de Armijo.
Impaciente
el virrey Apodaca, con fecha 27 de octubre de 1820, le escribió apremiándolo a
pacificar la zona, que para ello tenía “ medios suficientes “.
En
este año los ejércitos de la Nueva
España, con excepción de Concha, Hebia y algunos otros, los demás jefes
militares no estaban dispuestos a
someterse al absolutismo. Eran miembros de las sociedades liberales y
propagaban en la colonia las ideas masónicas.
Guerrero
había estabilizado el frente teniendo como eje el trazo del camino a Acapulco.
Ante
la imposibilidad de ambos contrarios de vencerse, se fue dando una curiosa
situación de relaciones personales, al principio entre los individuos de tropa
y luego entre los oficiales.
Entre
trato y trato, esta relación se hizo epistolar. Surge así, poco antes de la
presencia de Iturbide en el sur, un clima propicio a la transacción.
Guerrero
entendió lo que estaba pasando en su derredor. Se presentaba la oportunidad de cambiar el rumbo, no porque
los principios y la fe se habían extinguido, sino para salvarlos. La única
estrategia posible, en esta instancia, era la que contemplaba Guerrero. Aliarse
con el enemigo a cuenta de ganar la partida más adelante.
Desde
1819 el virrey Apodaca insistía en mantener contacto con Guerrero para forzarlo
a cambiar de postura.
El
carácter inquebrantable de Guerrero obligó a Apodaca, Conde del Venadito, a
usar una vía distinta de la oficial, que se hacía a través de Armijo.
Guerrero
advirtió las contradicciones del virrey; por un lado Armijo a nombre del
gobierno le ofrecía el indulto, por otro el Venadito, por intermediario de
confianza le pedía la sumisión.
El
caudillo del sur advirtió que algo pasaba en México, el doble juego y el
desacuerdo manifiesto entre Apodaca y Armijo, por lo menos sugería desconfianza
hacia los militares o que la estructura del régimen se estaba resquebrajando.
Guerrero
decidió seducir al más vulnerable, por conocido y por vecino. Su primer
objetivo fue Armijo; pero fiel al gobierno y falto de imaginación dejó escapar
la oportunidad.
Sin
desilusionarse seleccionó al coronel Carlos Moya, subordinado de Armijo.
El
día 17 de agosto de 1820, escribió una carta a Moya, que se ha considerado que
le da crédito de “ Inventor de la Independencia
“ la creó por medio de la imaginación.
Proponía:
Alianza
entre españoles realistas y mexicanos insurgentes, para converger en la
independencia, respecto a España. Trátese de Fernandistas o de
Constitucionalistas.
Tener
fijo el procedimiento del general del Riego
(Rafael del Riego Nuñez, que en España, con el coronel Quiroga y la
conspiración de las sociedades secretas, proclamó la Constitución de 1812, obligando a Fernando VII a modificar
su sistema de gobierno y convocar a las Cortes.- Riego fue Nombrado Capitán
General de Galicia y diputado a cortes por Asturias )
Reconocer
la posición subalterna del propio Guerrero.
Designar
libertador al jefe del pronunciamiento.
Relevo
de Apodaca por un sucesor probablemente liberal con el que se pueda llegar a un
acuerdo.
Todo
esto fue programado por Guerrero, con penetrante claridad en un campamento del
sur, el 17 de agosto de 1820, seis meses antes
del Plan de Iguala y a un año de la llegada de O’Donojú y la firma de
los Tratados de Córdoba.
Carlos
Moya rechazó la propuesta de Guerrero, que remitió a Armijo y este a su vez al
virrey Apodaca y se considero extraño que
“ El conde del Venadito” no se escandalizara ¿ Se traería algo en sus
manos ? Lo cierto es que mantuvo la
línea de acceso hacia Guerrero. Forzó la renuncia de Armijo y sin medir
consecuencias, nombró como jefe de la Comandancia del Sur a Agustín de
Iturbide.
Mientras
Guerrero elaboraba el Plan y lo lanzaba,
en la Ciudad de México, se cocinaba otro, idéntico en cuanto al fin, el
logro de la independencia, pro con la idea de
hacer tabla raza en el nuevo orden, de todo aquello que oliera a
populismo, insurgentismo y constitucionalismo. “ Conspiración de la Profesa “
se llamaba por la iglesia donde tenían efecto las juntas o tertulias de ese grupo.
El
principal cerebro era el canónigo Matías de Monteagudo, el y cada uno de los
conspiradores, tenían acceso al palacio virreinal, de ahí el rumor de que
Apodaca no era ajeno a lo que se tramaba en la profesa.
Se
supo que Monteagudo convenció a Apodaca para extender el 9 de noviembre el
nombramiento de Iturbide, que no era ajeno a las ideas de la Profesa, como
Comandante del Sur. También se suponía que Apodaca, con tal nombramiento, se
ponía la soga al cuello.
En
las gacetas se afirmaba que la misión de
Iturbide era aniquilar el grupo de Guerrero, empresa que por no cumplida había
costado el puesto a Armijo.
Sin
contar que en su terreno Guerrero era un adversario de cuidado, se consideraba
que Iturbide no teñía tal pretensión, porque no ignoraba la diplomacia secreta
del virrey en el sur. Y porque llevaba el compromiso de la Profesa y guardaba
muy reservado su propio plan.
Si
la suerte le permitía dar un golpe a Guerrero, no dejaría pasar la oportunidad.
Pero hacer de tal campaña el centro de su interés, ni convenía, ni estaba en
sus proyectos. Le parecía más práctico negociar y no ignoraba que Guerrero
era materia dispuesta.
Llega
a Teloloapan Iturbide; mientras afinaba sus planes, estableció contacto
epistolar con gran número de presuntos aliados.
Inició
una operación sin mayores pretensiones por la
cercana serranía de Temascaltepec, para limpiar de bandidos la región,
el 28 de diciembre día de los inocentes, cerca de Tlatlaya, Pedro Ascencio
segundo de guerrero, sorprendió a la retaguardia, propinándole tal descalabro,
que casi todos sus soldados quedaron muertos.
Cinco
días más tarde, cerca de Chilpancingo, guerrero ganaba otro combate contra la
sección subalterna de Carlos Moya.
Iturbide
se alarmaba. La insurgencia en el sur era más fuerte que lo que se suponía en
México y de lo que el mismo creía.
Emprender
una campaña en grande representaba distraer a Iturbide del objetivo político,
que era el principal.
El
10 de enero dirigía su primera carta a Guerrero, con el tratamiento de “ Muy
Señor Mío “ , el caudillo a la
expectativa no respondió.
Iturbide
nervioso vuelve a escribir y por fin el día 20, el deseado, desde su campamento
en la sierra de Jalisco, contesta. Su respuesta es comedida pero recelosa.
Todavía
antes de llegar a un entendimiento cabal, el 27 de enero de 1821, Guerrero
balió, una columna, en un sitio llamado Espinazo del Diablo. Esta acción de
poca significación tiene relevancia histórica por ser la última que se efectuó,
entre insurgentes y realistas.
Iturbide
no esperó más, volvió a escribir a Guerrero, la tercera y definitiva carta, el
4 de febrero desde Tepecuacuilco.
Se
dirige al invicto, no ya en términos de muy señor mío, sino con el más efusivo
“ Estimado Amigo “ “ No dudo darle a usted este título, decía, porque la
firmeza y el valor son las cualidades primeras que constituyen el carácter del
hombre de bien y me lisonjeo de darle a usted un abrazo en breve, un abrazo que
confirme su expresión ”
Le
propone una entrevista y agrega “ más haremos en media hora de conferencia que en
muchas cartas. “
La
reunión personal fue propuesta por Guerrero, pero al acuerdo por medio de
emisarios, en el curso del mismo mes de febrero.
Iturbide,
en esta entrevista, informó sobre sus planes y las medidas con las que pensaba ponerlas en marcha. El
Plan de independencia era menos intolerante y más adecuado que el de la
Profesa. El golpe maestro de Iturbide llevaba fecha del 24 de febrero de 1821,
lugar y fecha en que se suscribió.
La
insurgencia representaba una acción vital para el propósito; se responsabilizaba
a cuidar la espalda a Iturbide, es
decir, defender perfectamente la línea del sur.
La
entrevista que se produjo en fecha
anterior, el 10 de enero de 1921, más conocida como El Abrazo de Acatempan, se
relata así. “ las fuerzas de ambos caudillos estaban a tiro de cañón una de la
otra; Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero se encuentran y se abrazan; las
tropas se aproximan. Iturbide dice: No puedo explicar la satisfacción que
experimento al encontrarme con un patriota que ha sostenido la noble causa de
la independencia y ha sobrevivido, el
solo a tantos desastres, manteniendo vivo el fuego sagrado de la libertad.
Recibid este justo homenaje a vuestro valor y a vuestra virtud.“
Guerrero
le dice a Iturbide : “ Yo señor, felicito a mi Patria porque recobra en este
día un hijo cuyo valor y conocimientos le han sido tan funestos. “ Luego les
dijo a los suyos. ¡ Soldados ! Este mexicano que tenéis presente es el señor
don Agustín de Iturbide, cuya espada ha sido por 9 años funesta a la causa que defendemos. Hoy
jura defender los intereses nacionales; y yo, que os he conducido a los
combates y de quien no podéis dudar que morirá sosteniendo la independencia,
soy el primero que reconozco al señor Agustín de Iturbide como el primer jefe de los ejércitos
nacionales.
¡
Viva la Independencia ! ¡ Viva la Libertad !
Desde
este momento todos reconocieron al nuevo caudillo como general en Jefe. ( Según
Lorenzo de Zavala, 1831 )
Los
caudillos se separaron y no volvieron a reunirse hasta después de la victoria
definitiva.
Desde
la proclamación del Plan de Iguala, hasta la entrada del Ejército Trigarante a
la ciudad de México todo parecía positivo, gracias a la adhesión al Plan de
Iguala de los principales jefes
militares la consumación de la Independencia se hizo pacíficamente.
Con
la llegada de O’Donojú y la aceptación de los Tratados de Córdoba con Iturbide.
La instancia legal de la nueva nación parecía asegurada. Todo era venturoso y a
nadie le parecía extraño que Guatemala uniera sus destinos al nuevo imperio.
Por
lo pronto la situación de los españoles provocaba honda división, el
antihispanismo tenía tradición en México.
Con
la independencia el odio a todo lo
español se avivó. Se formaron grupos dispuestos a resistir y se generaron
problemas. Hubo esfuerzos como los del padre Joaquín Arenas, que trataba de
regresar a la dependencia de España.
Con
la Constitución que se concluyó el 4 de octubre de l824, se inauguró la
República, con sus 19 Estados y sus 4 Territorios.
Los
99 diputados del Soberano Congreso Constituyente firmaron la Constitución que
esperaban fuera la fórmula para conducir a la Nación a la felicidad.
En
el Salón principal de Palacio esperaban Guadalupe Victoria, Nicolás Bravo y Miguel Domínguez y
un grupo de letrados y eclesiásticos, que acompañaban a los miembros de la
Primera Presidencia.
Guadalupe
Victoria, en calidad de Presidente de Federación, recibió el texto de la
Constitución que afianzaba de modo estable la independencia y la libertad de la
Patria. Con emoción exclamó: “ Huya muy lejos de aquí despavorido el
despotismo, a la vista de esta ley en que están consagrados los derechos del
hombre y que va a ser el temor de los tiranos.”
Otra
expresión de Victoria conviene mencionarse “ La independencia se afianzará con
mi sangre y la libertad se perderá con mi vida, “
Antes
de ser firmada la Constitución, se habían realizado las elecciones resultando
electos como Presidente y Vicepresidente, los mencionados.
El
gobierno de Victoria resultó realmente estable gracias a la supresión del
Iturbidismo, con el fusilamiento del Emperador y al auxilio económico de dos
préstamos ingleses.
Solo
a fines de su gobierno se empezaría a empeñar el producto de las aduanas,
después de la quiebra de la casa londinense donde México depositaba su
dinero.
La
lucha de mexicanos por más de una década, no solo había desquiciado la
sociedad, sino se había heredado un grupo de generales que no deseaban una vida
oscura después de haber logrado la
independencia.
Los
grupos políticos no tenían todavía verdadera existencia.
Al
ocupar la presidencia Guadalupe Victoria, el único partido organizado era el de
los Masones Escoceses. El Presidente considero necesario fortalecerlo, formando
una nueva logia y en 1825 fundó la Logia York, con la intervención del ministro
Poinsett, Lorenzo de Zvala, Miguel Ramos Arizpe, Vicente Guerrero. Logia que
sirvió realmente como contrapeso a la influencia de los Escoceses, algunos de
los cuales se pasaron a la Logia York, cuyo éxito se debió al acierto de convertir
el antihispanismo en una causa defendida por los Yorquinos.
En
general el gobierno de los estados fue más eficiente, se establecía la normalidad en la economía y
hasta se organizaba para la defensa de
los estado unas milicias modelo. Tal fue el Caso de Francisco García gobernador
de Zacatecas.
Muchos
creían que la penuria de México se debía a que los bienes de la iglesia no se
explotaban adecuadamente y ante este problema tenían origen dos agrupaciones
políticas que se llamaron, liberales y conservadores, unos defensores de la
Libertad y el Progreso y los otros del Orden Público y la Religión.
Con
la independencia el odio a los españoles se incrementó. En tal atmósfera tuvo
lugar la increíble conspiración del padre Joaquín Arenas en enero de 1827.
En
Jalisco, Veracruz y México, había descontento por las actitudes antiespañolas y
se fue formando un grupo dispuesto a resistir.
Arenas
trataba de volver a la dependencia de España e ingenuamente invitó al propio
Comandante de Armas de la ciudad de México, el que debía alzarse y aprehender
al presidente y al general Guerrero.
Por
supuesto el Comandante de Armas de la
Ciudad denunció a los comprometidos y muchos de los complicados fueron
aprehendidos y fusilados.
La
absurda conspiración exaltó los sentimientos antiespañoles y las expresiones
populares fueron de ataque a las propiedades
de los españoles.
El
Congreso se sentía en la obligación de hacer algo y hacia fines de l827,
decretó la primera expulsión de españoles, que era aplicable a los soldados que
habían depuesto las armas de acuerdo con los arreglos de O’Donojú; además de
los llegados al país después de esta
fecha y los miembros del clero regular y aquellos que se consideraran
peligrosos.
El
decreto provocó grandes protestas, muchos españoles estaban casados con
mexicanas, tenían hijos mexicanos. Los dramas se multiplicaron.
Fue
el momento que escogió Nicolás Bravo, Vicepresidente y jefe de la logia
escocesa, para pronunciarse contra el
gobierno.
Uno
de sus partidarios, el general Manuel Montaño, publicó un plan que pedía la
abolición de las logias, así como la disolución del gabinete y la expulsión del
ministro Poinsett.
Victoria
mando tropas contra Bravo, al mando de Guerrero, quien logro vencerlo. Bravo
fue juzgado y condenado al exilio. Esto representó el fin de la Logia Escocesa y al quedarse
solos los yorquinos se inició su división.
Las
segundas elecciones presidenciales, tuvieron dos candidatos yorquinos, uno el general Guerrero, popular y el general
Manuel Gómez Pedraza, favorito de los yorquinos elitistas y de los escoceses
que no tenían candidato.
Reunido
el congreso y contados los votos el 1 de septiembre de 1828, fue declarado
presidente el general Manuel Gómez Pedraza; el descontento de los guerreristas
fue enorme y la protesta no se hizo esperar.
El
16 de septiembre se levantó en armas a favor de Guerrero, Santa Anna, quien no
tuvo mucho éxito, después de merodear por varios estados, quedaba sitiado por
tropas gobiernistas.
Su
llamado sin embargo había sido oído; el general Juan Alvarez se levantó en
Acapulco y el general José María Lobato y Lorenzo de Zavala movilizaban
artesanos y plebe en la Ciudad de México y
tomaban el edificio de la Acordada.
Una
vez iniciado el desorden una masa ingobernable saqueaba el Parián.
Vicente
Guerrero creyendo que era necesario continuar la lucha se levanto en armas.
La situación era muy delicada, Victoria no
sabía que camino seguir.
El
General Manuel Gómez Pedraza, convencido
de que había perdido todo apoyo, el 3 de diciembre resolvió renunciar al poder
y salir del país. Marcho a Guadalajara, de ahí a Tampico y se embarcó para
Inglaterra.
Así
las cosas la solución del problema estaba en manos del Congreso, a sabiendas
que estaba en juego el mantenimiento del orden constitucional.
El
Congreso no estuvo a la altura de las circunstancias, declaró que el 9 de enero de 1829, los votos favorables a Gómez Pedraza no
expresaban la voluntad popular y que por tanto se anulaban y declaró vencedores
a Vicente Guerrero y a Anastasio Bustamante, para presidente y vicepresidente
respectivamente.
Ese
mismo día se expidió un nuevo decreto de expulsión de españoles, más drástico
que el anterior, por el cual tuvieron que salir centenares de hombres con
familia mexicana.
Como
siempre los ricos encontraron la forma de conseguir la excepción, mientras
muchos no tuvieron recursos para llevar
sus familias con ellos.
En
abril se iniciaba la segunda presidencia, pero su origen no se olvidaba y se manifestaba en dichos populares, como: “
Viva Guerrero y Lobato y viva lo que arrebato “ “ No se borra con lechada, el
borrón de la Acordada “
Vicente
Guerrero segundo presidente de la República,
juró el cargo el 1 de abril y lo ocupó hasta el 18 de diciembre de 1829.
Desde
que fue declarado presidente, guerrero se vio asediado por las esposas e hijos
de los españoles que tendrían que abandonar el país.
Decidieron
apelar por escrito. Se presentaron aquellas desoladas esposas, con sus hijos a
don Vicente Guerrero, entregaron el papel y de rodillas entre sollozos y
lágrimas, pidieron suspender el funesto
golpe.
Profundamente
conmovido con el tierno cuadro, ofreció hacer todo lo que estaba de su parte
para evitar su desgracia. Pasó el escrito al Congreso con la recomendación de
ayuda.
Todo
fue inútil, solo se exceptuaba a aquellos que tuvieran imposibilidad por falta
de salud, los demás deberían de salir en el plazo de sesenta días.
Esto
dio lugar a múltiples abusos, los barcos de cualquier nacionalidad se
aprovecharon con cobros desmesurados y muchos fueron objeto de robos en los
navíos.
Los
que tenían algo lo malvendían; los que todo perdieron en el Parián o no tenían
recursos, dejaron sus familias y se fueron a Nuevo Orléans o a la Habana.
La
situación era adversa para la segunda presidencia; desde antes de su inicio se
tenían noticias de que España preparaba una invasión de reconquista.
Vicente
Rocafuerte, ministro mexicano en Londres, confirmó mas tarde la noticia y
aseguraba que no había esperanza de ayuda inglesa, porque el gobierno mexicano
estaba desacreditado en Europa.
Sin
embargo el problema más agudo era el financiero.
Los
generales Victoria, Guerrero y Bravo había gozado de grande y justa reputación.
Pero los últimos años de la presidencia de Victoria, quebraba la Casa Británica
donde México guardaba sus fondos y por los desórdenes políticos, la revolución
de la Acordada, el saqueo del Parián y
las noticias de la reconquista, se
paralizaba el comercio, no había importaciones, no se generaban impuestos
y existía ya una deuda de millón y medio, en sueldos atrasados de empleados y
cuerpos del ejército.
Lorenzo
de Zavala al aceptar el Ministerio de Hacienda se enfrentaba a esta ardua
situación.
La
revisión de cuentas le revelaron que solo Zacatecas, Yucatán, Veracruz y
Durango, pagaban la contribución que el congreso había fijado a los Estados
para el sostenimiento del Estado Federal. Casi ningún Estado respondió al
llamado del Gobierno Central.
La
prensa desempeñó un papel importante en
esta falta de colaboración; criticó sin medida a Zavala y otros
ministros. Se permitió olvidar la amenaza de la invasión, afirmando que era un
pretexto del que el Ejecutivo se valía para que el Congreso concediera
facultades extraordinarias al gobierno. Guerrero dictó las medidas que
consideró pertinentes.
El
gobernador de Veracruz, Santa Anna, siempre listo para aprovechar las oportunidades, puso sobre las
armas a las milicias del estado.
El
día 6 de julio de 1829 partieron de Cuba rumbo a México, tres mil españoles al
mando del brigadier Barradas.
La
expedición fue obligada por las tempestades a acogerse en Nueva Orleáns,
quedando reducidos a 2600 hombres. Finalmente desembarco en Tampico y enviaron
proclamas a las tropas mexicanas.
El
vómito negro y la fiebre amarilla, estaban en su apogeo en ese cálido julio.
Tampico estaba vacío y los pocos habitantes que quedaban miraron con
indiferencia a los invasores.
Los
generales Santa Anna y Mier y Terán fueron los únicos que se enfrentaron a los
invasores.
Las
tropas de gobierno quedaron acantonadas en Jalapa, al mando del general
Bustamante y más tarde se pronunciaron contra el gobierno de Guerrero.
El
asedio de las tropas mexicanas, las enfermedades y la desilusión al no haber
sido recibidos con los brazos abiertos obligaron a Barradas a firmar la
capitulación. Con este episodio termino la pesadilla de la amenaza de España.
La
invasión parecía haber servido a la popularidad de Santa Anna. No favoreció a
Guerrero, la prensa fue inclemente se llego a decir que antes de destruir a los
españoles, era necesario destruir a las autoridades que estaban al frente de la
nación.
Los
abusos eran extremados y Guerrero tuvo que librar una orden para castigar a
autores, editores e impresores, cuando a juicio de las autoridades estatales,
abusaran de la libertad de expresión.
Guerrero
trato de ser ecuánime, tal vez la única decisión desacertada, fuera la
intervención de la renta de los españoles expulsados, medida dictada por la
apremiante necesidad de dinero, más que por partidismo.
La
oposición fue tomando cuerpo, Lucas Alamán que se llamaba a si mismo “ gente bien
“ invitaba a todos los cuerpos del país a protestar, a pedir nuevas elecciones
o la reestructuración del gobierno.
Se
pedía la expulsión del ministro Poinsett, a quien culpaba de muchos de los males.
En
octubre la legislatura de Puebla y de Michoacán, pedían no solo la salida de
Poinsett sino también la de Zavala,
ministro de Hacienda. El gobierno
cedió en los dos casos.
El
6 de noviembre estalló en Campeche un movimiento que pedía la república
centralista, fue secundada por Yucatán.
El
ejército de reserva que con motivo de la invasión de Barradas se hallaba en
Jalapa, al mando del vicepresidente Bustamante, decidió participar en el
derrocamiento de Guerrero, que a pesar de su antigua popularidad ya no tenía
sostenedores.
Santa
Anna trato de conseguir apoyo para el Presidente pro no lo encontró.
Al
pronunciarse Bustamante por la constitución y leyes del 4 de diciembre,
aseguraba su éxito.
Guerrero
se puso al mando de las fuerzas del gobierno, pero fue traicionado apenas
trasponía los límites de la ciudad.
Dándose
cuenta que todo estaba perdido Guerrero se retiro a su hacienda en las montañas
del sur donde declaró que no era ni presidente ni general, solo ciudadano y
agricultor.
Bustamante
se hizo cargo del ejército el 1 de diciembre de 1830; como Vicepresidente
electo; formó su gabinete con gente de bien, como Alamán y el coronel Facio.
El
Congreso declaró el procedimiento justo, reconocía a Guerrero como presidente
legítimo, pero incapacitado para gobernar.
El
grupo en el poder formado por masones escoceses y yorquinos, el clero, el
ejército y la burguesía incipiente, quería justicia y orden.
El
grupo se impuso declarando nulas muchas de las elecciones estatales. Se
hicieron aprehensiones en masa, se suprimió el periódico yorquino. El Correo de
la Federación Mexicana, El Federalismo Mexicano, fundado por Andrés Quintana
Roo, La Voz de la Patria, de Carlos María Bustamante, La Tribuna del Pueblo
Mexicano, manejado por el yucateco Manuel Cresensio Rejón y otros.
El
Ex - ministro en Inglaterra, Vicente Rocafuerte fue perseguido por la impresión
del panfleto. Ensayo sobre la Tolerancia
Religiosa, que fue considerado sedicioso.
La
tragedia en octubre de l830 era lo que se definía como la lucha de la
civilización contra la barbarie, de la propiedad contra los ladrones, del orden
contra la anarquía.
El
régimen destacó una serie de espías para vigilar a todo aquel que pareciese
subversivo y empezó a condenar a muerte a los opositores.
El
Coronel Francisco Victoria, hermano de Guadalupe y Juan Nepomuceno Rosains,
héroe de la independencia, adictos a Guerrero, fueron ejecutados.
Ante
tales hechos, la noticia de que había asesinos pagados para quitar la vida a
Vicente Guerrero, este a pesar de estar enfermo decidió ponerse a la cabeza de
la oposición, junto al general Juan Alvarez.
Cuando
Bustamante se enteró, envió tropas federales al mando de Nicolás Bravo y
Gabriel Armijo para detenerlos.
La
persecución fue lenta y solo el 2 de enero de 1831, Guerrero y Alvarez fueron
vencidos. Alvarez se interno en las montañas y guerrero partió rumbo a Acapulco
para embarcarse al extranjero.
En
Acapulco Guerrero conoció al capitán Italiano Francisco Picaluga.
En
los primeros días de febrero engañado por Picaluga, guerrero subió al Bergantín
Colombo y una vez a bordo fue aprehendido.
Picaluga
había pactado con los enemigos de Guerrero y lo condujo al puerto de Huatulco,
en Oaxaca donde lo entregó a las autoridades.
Guerrero
fue llevado a Cuilapa y juzgado por un consejo de Guerra, que lo condenó a
muerte. El 13 de febrero de 1831 la República fusilaba a otro héroe de Iguala.
Los
dos jefes de la Independencia caían en lugares distintos, sin que los servicios
prestados a la Nación mitigaran los cargos contra ellos.
Guerrero
amaba la clase a que pertenecía que era la de los indígenas, y al entrar en los
primeros rangos de la sociedad no hizo lo que muchos de su clase, que hacían
ostentación de desprendimiento y de menosprecio de la estirpe que les dio el
ser. ( Lorenzo de Zavala, Obras, Pág. 352. México, 1969 )