sábado, 5 de abril de 2014

Vicente Guerrero








V I C E N T E  G U E R R E R O.
Vicente Guerrero, nace en Tixtla en 1783 y muere en Cuilapa en 1831. General, patriota y político mexicano, luchó por la independencia al lado de Morelos hizo la Campaña del Sur. Derroto a los jefes realistas, Lamadrid, Armijo, Samaniego y otros. Desaparecidos los jefes de la insurrección, continuó la lucha al frente de los ejércitos patriotas, hasta que en 1821 llegó a un acuerdo con Iturbide y apoyó el Plan d Iguala.
Proclamado Iturbide Emperador, se alzo en armas contra éste, fue herido en Almolonga en 1823.
Fue electo Presidente de la República en 1829. Bustamante lo derribó en 1830.
Fue traicionado por Picaluga, apresado, juzgado, y fusilado el 14  de febrero de 1831. El Congreso lo proclamo Benemérito de la Patria.
Vicente Guerrero sirvió a la Patria desde l810 y la sirvió con tanto amor, que aun desoyó la insinuación de su padre, a quien amaba mucho, cuando lo exhortaba a que se indultase. El indulto lo definió en carta dirigida a Iturbide en l821.
Guerrero ingresó a la Insurgencia a fines de 1910 y hasta 1814, su papel no fue relevante. Subordinado a otros jefes y fiel a Morelos no tuvo oportunidad de  ensayar sus propias iniciativas, desarrollar sus estrategias.
Cuando sobrevinieron los desastres de Valladolid y Puruarán, el propio Morelos aconsejó la táctica de guerrillas. Parecía ser la oportunidad que Guerrero esperaba y la historia de los 6 años siguientes, la escribe este enorme sureño.
Muerto Morelos, la causa derrotada, dispersa pero tenaz sigue agitando al país.
El movimiento disminuyó en intensidad, localizado, aislado, reducido a los fugaces fulgores de luchas guerrilleras encabezadas por los lugartenientes que sobrevivieron a Morelos, entre los que  el más relevante era Guerrero.
Sin el genio de Morelos, pero dotado de igual tenacidad, el tercer campeón de la independencia, seguía guerreando en el sur.
En los 6 años siguientes,  la historia de la resistencia la escribe el enorme suriano, desde la Mixteca hasta la tierra caliente de Michoacán, a lo largo del Balsas, en el litoral o en la cresta de las cordilleras, con facultades casi  sobrehumanas, Guerrero mantiene viva la revolución del sur.
A fines de 1815, había marchado sobre Tlapa, después de derrotar a parte de la guarnición puso sitio a la plaza. Calleja ordenó a Armijo que auxiliara la plaza, Guerrero salió a su encuentro y lo obligó a retirarse. Sólo se retiró de la empresa, cuando Morelos, entonces su jefe,  le ordenó abandonar el sitio de Tlapa y ocupar Texmelucan,  que Sesma, y Terán avanzaran a orillas del Mexcala y que Osorio amenazara Puebla.
El Congreso se había establecido en la Hacienda de San Francisco, próxima a Tehuacán, sus integrantes fueron detenidos el 15  de diciembre hasta el 24 que Terán los puso en libertad a condición de que salieran de la ciudad.
Adueñado del mando, Terán, que no engañaba a nadie, le importaba la adhesión de Victoria, Guerrero, Bravo y Osorno. Bravo se negó a apoyarlo y salió a Veracruz y a los tres restantes Terán les explicó y justificó sus actos y proponía un gobierno provisional con el nombre de Convención Departamental. Victoria y Guerrero rechazaron el plan. Osorno no Manifestó su inconformidad.
Después de rechazar  los planes de Mier y Terán, Guerrero decidió seguir la Lucha por su cuenta. Al empezar  el año 1916 sus tropas ascendían a 27,000 hombres pero faltaba un jefe; Guerrero, Victoria, Bravo, y Terán no podían todavía reemplazar a Morelos.
 “ Jefe  supremo de la República - designación usada con cierta frecuencia, desde fines de 1815 hasta 1820 - era el insurgente invicto Vicente Guerrero, sucesor de Morelos y molesto lobanillo que afeaba el rostro del virreinato. “
En 1914 Calleja había organizado una fuerte división a la que nombró “ Del Sur y rumbo de Acapulco “ con la mira de recuperar ese puerto, expulsar al Congreso insurgente de Chilpancingo y limpiar toda la zona comprendida  entre el río Balsas - Mezcala y el litoral.”
El comando de dicha fuerza recayó en el coronel José Gabriel de Armijo, hombre de confianza de Calleja y su socio en más de un negocio sucio.
Una serie de triunfos continuada, paralela al hundimiento gradual de Morelos, acreditaron a Armijo a quien el virrey cubrió de honores. Ascensos y premios en metálico.
Mas tarde Apodaca virrey sucesor de Calleja, confirmó el  nombramiento y los poderes de Armijo. Fue Armijo el jefe realista con el que Guerrero midió  sus armas, durante un lustro de fatigante e indecisa  lucha. 
El ejemplo de Terán no tardó en ser imitado, a mediados de febrero de 1816, el general don Juan Pablo Anaya, con algunos oficiales sorprendieron a la Junta en la  hacienda de Santa Efigenia, redujeron a prisión a sus miembros y los condujeron a Ario.
Entre los comandantes produjo esto alta indignación y nombraron otra.
En el sur Guerrero y Bravo se sostenían con indomable constancia, Guerrero llegó en sus excursiones hasta Dos Arroyos, Sabana, Coyuca. Bravo organizó una fuerza  de 1 000 hombres en Ajuchitán y obligó a encerrarse en Huetamo al realista Pío María Ruiz.
El 7 de noviembre Samaniego que conducía un convoy hasta Izucar, obtuvo un triunfo contra Guerrero.
El 16 de noviembre, del propio 1816, fue de nuevo atacado Guerrero a la altura de Piaxta, ahora por Lamadrid, que fue derrotado con sensibles pérdidas. Se hizo fuerte en Piaxtla y no tardó de verse rodeado de enemigos, resistió por más de 2 meses, rechazó varios ataques de los realistas. A mediados de febrero se internó en la Mixteca, ordenando al teniente Juan del Carmen que ocupara Xonacatlán.
El 10 de diciembre sorprendieron e hicieron prisionero a Berdusco y cayeron de improviso en Patambo en la madrugada del 11, en donde fueron aprehendidos, Rayón con toda su familia y los coroneles Martínez y Sevilla y don Pedro Vázquez, cura de Acuchitlán.
Hizo Nicolás Bravo algunos movimientos en el intento de rescatarlos, pero desistió de tal empeño, uniéndose a Guerrero, ambos se replegaron a San Miguel Amuco. Al acercarse a esa plaza Armijo, la abandonó Guerrero y  allí supo el jefe realista que Bravo estaba refugiado en la sierra. Sin perder un instante marchó hacia el rancho de los Dolores y al amanecer del 22 de  diciembre aprehendió en ese punto a Nicolás Bravo.
Después de aprehender a Bravo, Armijo se dedicó a seguir a Guerrero, el que se internó en la sierra y apareció en la Costa Grande en febrero. Durante el mes vencieron a varios destacamentos realistas. El día 12 sus oficiales lo declararon General en Jefe de las Fuerzas del Sur.
El Comandante Bermúdez y el  capitán Calvo, se pusieron de acuerdo con Armijo, para cortarle la retirada. Guerrero se informó y los castigó con la muerte. Sin embargo, cuando Armijo lo atacó. Fue secundado con gran número soldados y oficiales. Abandonó sus posiciones y prosiguió sus correrías por la selva.
Los jefes independientes, Montesdeoca y Pablo Galeana, defendían una línea de trincheras en el delta que forma el Río Balsas, al desembocar al Pacífico; se presentó Armijo el 25 de mayo de 1818 y tras varios días de ataque los independientes se retiraron. Pero el mortífero clima de aquellas regiones mermaron las tropas de Armijo.
Armijo regresó a Teloloapan a fines de junio de 1818.
Tardó mucho en salir, Guerrero fue a su encuentro, lo avistó el 15  de septiembre y le infligió notable derrota.
En esta época empezó a descollar entre sus tenientes el famoso Pedro Ascencio Alquiciras, que había militado a las órdenes de Rayón y de Vargas, que llegó a ser uno de los más audaces sostenedores del sur.
El coronel Davis Bradburn, que había venido con Mina se retiró a las cañadas de Huango, al norte de Valladolid. En marzo de 1819, una división realista mandada por Vicente Lara lo interceptó y aunque intento resistir Bradburn, fue dispersado, sólo él y 30 de los suyos lograron escapar. Marchó al sur y fue bien recibido por Guerrero.
A pesar de que Guerrero, en este período, llego a dominar la  cuenca del río Balsas, las tropas de Armijo cercaron el fuerte de Barrabás; no estaba Guerrero en el sitio, pero se vio obligado a atravesar el río para internarse en Michoacán.
En el sur de México, en 1820 continuaba su campaña Guerrero, su teniente Pedro Ascencio situado en Tlatlaya seguía resistiendo los ataques de las tropas de Armijo. Una sección de realistas comenzó a talar los montes de la comarca, pero fue derrotada por dos veces. Ascencio se apoderó de la Hacienda de Lubianos, entre Tlatlaya y Tejupilco y en abril y primeros días de mayo sostuvo reñidos encuentros con el coronel Ráflos. En esa época el compañero de Ascencio fue el presbítero José Manuel Izquierdo.
En 1820, Guerrero levantaba en armas toda la zona regada por el Mexcala, nombraba su segundo al brigadier Lobato y ponía en graves aprietos a las diseminadas tropas de Armijo.
Impaciente el virrey Apodaca, con fecha 27 de octubre de 1820, le escribió apremiándolo a pacificar la zona, que para ello tenía “ medios suficientes “.
En este  año los ejércitos de la Nueva España, con excepción de Concha, Hebia y algunos otros, los demás jefes militares no estaban dispuestos  a someterse al absolutismo. Eran miembros de las sociedades liberales y propagaban en la colonia las ideas masónicas.
Guerrero había estabilizado el frente teniendo como eje el trazo del camino a Acapulco.
Ante la imposibilidad de ambos contrarios de vencerse, se fue dando una curiosa situación de relaciones personales, al principio entre los individuos de tropa y luego entre los oficiales.
Entre trato y trato, esta relación se hizo epistolar. Surge así, poco antes de la presencia de Iturbide en el sur, un clima propicio a la transacción.
Guerrero entendió lo que estaba pasando en su derredor. Se presentaba  la oportunidad de cambiar el rumbo, no porque los principios y la fe se habían extinguido, sino para salvarlos. La única estrategia posible, en esta instancia, era la que contemplaba Guerrero. Aliarse con el enemigo a cuenta de ganar la partida más adelante.
Desde 1819 el virrey Apodaca insistía en mantener contacto con Guerrero para forzarlo a cambiar de postura.
El carácter inquebrantable de Guerrero obligó a Apodaca, Conde del Venadito, a usar una vía distinta de la oficial, que se hacía a través de Armijo.
Guerrero advirtió las contradicciones del virrey; por un lado Armijo a nombre del gobierno le ofrecía el indulto, por otro el Venadito, por intermediario de confianza le pedía la sumisión.
El caudillo del sur advirtió que algo pasaba en México, el doble juego y el desacuerdo manifiesto entre Apodaca y Armijo, por lo menos sugería desconfianza hacia los militares o que la estructura del régimen se estaba resquebrajando.
Guerrero decidió seducir al más vulnerable, por conocido y por vecino. Su primer objetivo fue Armijo; pero fiel al gobierno y falto de imaginación dejó escapar la oportunidad.
Sin desilusionarse seleccionó al coronel Carlos Moya, subordinado de Armijo.
El día 17 de agosto de 1820, escribió una carta a Moya, que se ha considerado que le da crédito  de “ Inventor de la Independencia “ la creó por medio de la imaginación.
Proponía:
Alianza entre españoles realistas y mexicanos insurgentes, para converger en la independencia, respecto a España. Trátese de Fernandistas o de Constitucionalistas.
Tener fijo el procedimiento del general del Riego  (Rafael del Riego Nuñez, que en España, con el coronel Quiroga y la conspiración de las sociedades secretas, proclamó la Constitución  de 1812, obligando a Fernando VII a modificar su sistema de gobierno y convocar a las Cortes.- Riego fue Nombrado Capitán General de Galicia y diputado a cortes por Asturias )
Reconocer la posición subalterna del propio Guerrero.
Designar libertador al jefe del pronunciamiento.
Relevo de Apodaca por un sucesor probablemente liberal con el que se pueda llegar a un acuerdo.
Todo esto fue programado por Guerrero, con penetrante claridad en un campamento del sur, el 17 de agosto de 1820, seis meses antes  del Plan de Iguala y a un año de la llegada de O’Donojú y la firma de los Tratados de Córdoba.
Carlos Moya rechazó la propuesta de Guerrero, que remitió a Armijo y este a su vez al virrey Apodaca y se considero extraño que  “ El conde del Venadito” no se escandalizara ¿ Se traería algo en sus manos ? Lo cierto es que mantuvo la  línea de acceso hacia Guerrero. Forzó la renuncia de Armijo y sin medir consecuencias, nombró como jefe de la Comandancia del Sur a Agustín de Iturbide.
Mientras Guerrero elaboraba el Plan y lo lanzaba,  en la Ciudad de México, se cocinaba otro, idéntico en cuanto al fin, el logro de la independencia, pro con la idea de  hacer tabla raza en el nuevo orden, de todo aquello que oliera a populismo, insurgentismo y constitucionalismo. “ Conspiración de la Profesa “ se llamaba por la iglesia donde tenían efecto las juntas o tertulias de ese grupo.
El principal cerebro era el canónigo Matías de Monteagudo, el y cada uno de los conspiradores, tenían acceso al palacio virreinal, de ahí el rumor de que Apodaca no era ajeno a lo que se tramaba en la profesa.
Se supo que Monteagudo convenció a Apodaca para extender el 9 de noviembre el nombramiento de Iturbide, que no era ajeno a las ideas de la Profesa, como Comandante del Sur. También se suponía que Apodaca, con tal nombramiento, se ponía la soga al cuello.
En las  gacetas se afirmaba que la misión de Iturbide era aniquilar el grupo de Guerrero, empresa que por no cumplida había costado el puesto a Armijo.
Sin contar que en su terreno Guerrero era un adversario de cuidado, se consideraba que Iturbide no teñía tal pretensión, porque no ignoraba la diplomacia secreta del virrey en el sur. Y porque llevaba el compromiso de la Profesa y guardaba muy reservado su propio plan.
Si la suerte le permitía dar un golpe a Guerrero, no dejaría pasar la oportunidad. Pero hacer de tal campaña el centro de su interés, ni convenía, ni estaba en sus proyectos. Le parecía más práctico negociar y no ignoraba que Guerrero era  materia dispuesta.
Llega a Teloloapan Iturbide; mientras afinaba sus planes, estableció contacto epistolar con gran número de presuntos aliados.
Inició una operación sin mayores pretensiones por la   cercana serranía de Temascaltepec, para limpiar de bandidos la región, el 28 de diciembre día de los inocentes, cerca de Tlatlaya, Pedro Ascencio segundo de guerrero, sorprendió a la retaguardia, propinándole tal descalabro, que casi todos sus soldados quedaron muertos.
Cinco días más tarde, cerca de Chilpancingo, guerrero ganaba otro combate contra la sección subalterna de Carlos Moya.
Iturbide se alarmaba. La insurgencia en el sur era más fuerte que lo que se suponía en México y de lo que el mismo creía.
Emprender una campaña en grande representaba distraer a Iturbide del objetivo político, que era el principal.
El 10 de enero dirigía su primera carta a Guerrero, con el tratamiento de “ Muy Señor  Mío “ , el caudillo a la expectativa no respondió.
Iturbide nervioso vuelve a escribir y por fin el día 20, el deseado, desde su campamento en la sierra de Jalisco, contesta. Su respuesta es comedida pero recelosa.
Todavía antes de llegar a un entendimiento cabal, el 27 de enero de 1821, Guerrero balió, una columna, en un sitio llamado Espinazo del Diablo. Esta acción de poca significación tiene relevancia histórica por ser la última que se efectuó, entre insurgentes y realistas.
Iturbide no esperó más, volvió a escribir a Guerrero, la tercera y definitiva carta, el 4 de  febrero desde Tepecuacuilco.
Se dirige al invicto, no ya en términos de muy señor mío, sino con el más efusivo “ Estimado Amigo “ “ No dudo darle a usted este título, decía, porque la firmeza y el valor son las cualidades primeras que constituyen el carácter del hombre de bien y me lisonjeo de darle a usted un abrazo en breve, un abrazo que confirme su expresión ”
Le propone una entrevista y agrega “ más haremos en media hora de conferencia que en muchas cartas. “
La reunión personal fue propuesta por Guerrero, pero al acuerdo por medio de emisarios, en el curso del mismo mes de febrero.
Iturbide, en esta entrevista, informó sobre sus planes y las medidas  con las que pensaba ponerlas en marcha. El Plan de independencia era menos intolerante y más adecuado que el de la Profesa. El golpe maestro de Iturbide llevaba fecha del 24 de febrero de 1821, lugar y fecha en que se suscribió.
La insurgencia representaba una acción vital para el propósito; se responsabilizaba a cuidar la espalda a                                Iturbide, es decir, defender perfectamente la línea del sur.
La entrevista que se  produjo en fecha anterior, el 10 de enero de 1921, más conocida como El Abrazo de Acatempan, se relata así. “ las fuerzas de ambos caudillos estaban a tiro de cañón una de la otra; Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero se encuentran y se abrazan; las tropas se aproximan. Iturbide dice: No puedo explicar la satisfacción que experimento al encontrarme con un patriota que ha sostenido la noble causa de la  independencia y ha sobrevivido, el solo a tantos desastres, manteniendo vivo el fuego sagrado de la libertad. Recibid este justo homenaje a vuestro valor y a vuestra virtud.“
Guerrero le dice a Iturbide : “ Yo señor, felicito a mi Patria porque recobra en este día un hijo cuyo valor y conocimientos le han sido tan funestos. “ Luego les dijo a los suyos. ¡ Soldados ! Este mexicano que tenéis presente es el señor don Agustín de Iturbide, cuya espada ha sido por 9  años funesta a la causa que defendemos. Hoy jura defender los intereses nacionales; y yo, que os he conducido a los combates y de quien no podéis dudar que morirá sosteniendo la independencia, soy el primero que reconozco al señor Agustín de  Iturbide como el primer jefe de los ejércitos nacionales.
¡ Viva la Independencia ! ¡ Viva la Libertad ! 
Desde este momento todos reconocieron al nuevo caudillo como general en Jefe. ( Según Lorenzo de Zavala, 1831 )
Los caudillos se separaron y no volvieron a reunirse hasta después de la victoria definitiva.
Desde la proclamación del Plan de Iguala, hasta la entrada del Ejército Trigarante a la ciudad de México todo parecía positivo, gracias a la adhesión al Plan de Iguala de  los principales jefes militares la consumación de la Independencia se hizo pacíficamente.
Con la llegada de O’Donojú y la aceptación de los Tratados de Córdoba con Iturbide. La instancia legal de la nueva nación parecía asegurada. Todo era venturoso y a nadie le parecía extraño que Guatemala uniera sus destinos al nuevo imperio.
Por lo pronto la situación de los españoles provocaba honda división, el antihispanismo tenía tradición en México.
Con la independencia  el odio a todo lo español se avivó. Se formaron grupos dispuestos a resistir y se generaron problemas. Hubo esfuerzos como los del padre Joaquín Arenas, que trataba de regresar a la dependencia de España.
Con la Constitución que se concluyó el 4 de octubre de l824, se inauguró la República, con sus 19 Estados y sus 4 Territorios.
Los 99 diputados del Soberano Congreso Constituyente firmaron la Constitución que esperaban fuera la fórmula para conducir a la Nación a la felicidad.
En el Salón principal de Palacio esperaban Guadalupe  Victoria, Nicolás Bravo y Miguel Domínguez y un grupo de letrados y eclesiásticos, que acompañaban a los miembros de la Primera Presidencia.
Guadalupe Victoria, en calidad de Presidente de Federación, recibió el texto de la Constitución que afianzaba de modo estable la independencia y la libertad de la Patria. Con emoción exclamó: “ Huya muy lejos de aquí despavorido el despotismo, a la vista de esta ley en que están consagrados los derechos del hombre y que va a ser el temor de los tiranos.”
Otra expresión de Victoria conviene mencionarse “ La independencia se afianzará con mi sangre y la libertad se perderá con mi vida, “
Antes de ser firmada la Constitución, se habían realizado las elecciones resultando electos como Presidente y Vicepresidente, los mencionados.
El gobierno de Victoria resultó realmente estable gracias a la supresión del Iturbidismo, con el fusilamiento del Emperador y al auxilio económico de dos préstamos ingleses.
Solo a fines de su gobierno se empezaría a empeñar el producto de las aduanas, después de la quiebra de la casa londinense donde México depositaba su dinero. 
La lucha de mexicanos por más de una década, no solo había desquiciado la sociedad, sino se había heredado un grupo de generales que no deseaban una vida oscura después  de haber logrado la independencia.
Los grupos políticos no tenían todavía verdadera existencia.
Al ocupar la presidencia Guadalupe Victoria, el único partido organizado era el de los Masones Escoceses. El Presidente considero necesario fortalecerlo, formando una nueva logia y en 1825 fundó la Logia York, con la intervención del ministro Poinsett, Lorenzo de Zvala, Miguel Ramos Arizpe, Vicente Guerrero. Logia que sirvió realmente como contrapeso a la influencia de los Escoceses, algunos de los cuales se pasaron a la Logia York, cuyo éxito se debió al acierto de convertir el antihispanismo en una causa defendida por los Yorquinos.
En general el gobierno de los estados fue más eficiente,  se establecía la normalidad en la economía y hasta  se organizaba para la defensa de los estado unas milicias modelo. Tal fue el Caso de Francisco García gobernador de Zacatecas.  
Muchos creían que la penuria de México se debía a que los bienes de la iglesia no se explotaban adecuadamente y ante este problema tenían origen dos agrupaciones políticas que se llamaron, liberales y conservadores, unos defensores de la Libertad y el Progreso y los otros del Orden Público y la Religión.
Con la independencia el odio a los españoles se incrementó. En tal atmósfera tuvo lugar la increíble conspiración del padre Joaquín Arenas en enero de 1827.
En Jalisco, Veracruz y México, había descontento por las actitudes antiespañolas y se fue formando un grupo dispuesto a resistir.
Arenas trataba de volver a la dependencia de España e ingenuamente invitó al propio Comandante de Armas de la ciudad de México, el que debía alzarse y aprehender al presidente y al general Guerrero.
Por supuesto el Comandante de Armas de  la Ciudad denunció a los comprometidos y muchos de los complicados fueron aprehendidos y fusilados. 
La absurda conspiración exaltó los sentimientos antiespañoles y las expresiones populares fueron de ataque a las propiedades  de los españoles.
El Congreso se sentía en la obligación de hacer algo y hacia fines de l827, decretó la primera expulsión de españoles, que era aplicable a los soldados que habían depuesto las armas de acuerdo con los arreglos de O’Donojú; además de los llegados al país después de  esta fecha y los miembros del clero regular y aquellos que se consideraran peligrosos.
El decreto provocó grandes protestas, muchos españoles estaban casados con mexicanas, tenían hijos mexicanos. Los dramas se multiplicaron.
Fue el momento que escogió Nicolás Bravo, Vicepresidente y jefe de la logia escocesa,  para pronunciarse contra el gobierno.
Uno de sus partidarios, el general Manuel Montaño, publicó un plan que pedía la abolición de las logias, así como la disolución del gabinete y la expulsión del ministro Poinsett.
Victoria mando tropas contra Bravo, al mando de Guerrero, quien logro vencerlo. Bravo fue juzgado y condenado al exilio. Esto representó  el fin de la Logia Escocesa y al quedarse solos los yorquinos se inició su división.
Las segundas elecciones presidenciales, tuvieron dos candidatos yorquinos, uno  el general Guerrero, popular y el general Manuel Gómez Pedraza, favorito de los yorquinos elitistas y de los escoceses que no tenían candidato.
Reunido el congreso y contados los votos el 1 de septiembre de 1828, fue declarado presidente el general Manuel Gómez Pedraza; el descontento de los guerreristas fue enorme y la protesta no se hizo esperar.
El 16 de septiembre se levantó en armas a favor de Guerrero, Santa Anna, quien no tuvo mucho éxito, después de merodear por varios estados, quedaba sitiado por tropas gobiernistas.
Su llamado sin embargo había sido oído; el general Juan Alvarez se levantó en Acapulco y el general José María Lobato y Lorenzo de Zavala movilizaban artesanos y plebe en la Ciudad de México y  tomaban el edificio de la Acordada.
Una vez iniciado el desorden una masa ingobernable saqueaba el Parián.
Vicente Guerrero creyendo que era necesario continuar la lucha se levanto en armas.
 La situación era muy delicada, Victoria no sabía que camino seguir.
El General  Manuel Gómez Pedraza, convencido de que había perdido todo apoyo, el 3 de diciembre resolvió renunciar al poder y salir del país. Marcho a Guadalajara, de ahí a Tampico y se embarcó para Inglaterra.
Así las cosas la solución del problema estaba en manos del Congreso, a sabiendas que estaba en juego el mantenimiento del orden constitucional.
El Congreso no estuvo a la altura de las circunstancias, declaró que  el 9 de enero de 1829,  los votos favorables a Gómez Pedraza no expresaban la voluntad popular y que por tanto se anulaban y declaró vencedores a Vicente Guerrero y a Anastasio Bustamante, para presidente y vicepresidente respectivamente.
Ese mismo día se expidió un nuevo decreto de expulsión de españoles, más drástico que el anterior, por el cual tuvieron que salir centenares de hombres con familia mexicana.
Como siempre los ricos encontraron la forma de conseguir la excepción, mientras muchos  no tuvieron recursos para llevar sus familias con ellos.
En abril se iniciaba la segunda presidencia, pero su origen no se olvidaba y  se manifestaba en dichos populares, como: “ Viva Guerrero y Lobato y viva lo que arrebato “ “ No se borra con lechada, el borrón de la Acordada “
Vicente Guerrero segundo presidente de la República,  juró el cargo el 1 de abril y lo ocupó hasta el 18 de diciembre de 1829.
Desde que fue declarado presidente, guerrero se vio asediado por las esposas e hijos de los españoles que tendrían que abandonar el país.
Decidieron apelar por escrito. Se presentaron aquellas desoladas esposas, con sus hijos a don Vicente Guerrero, entregaron el papel y de rodillas entre sollozos y lágrimas, pidieron  suspender el funesto golpe.
Profundamente conmovido con el tierno cuadro, ofreció hacer todo lo que estaba de su parte para evitar su desgracia. Pasó el escrito al Congreso con la recomendación de ayuda.
Todo fue inútil, solo se exceptuaba a aquellos que tuvieran imposibilidad por falta de salud, los demás deberían de salir en el plazo de sesenta días.
Esto dio lugar a múltiples abusos, los barcos de cualquier nacionalidad se aprovecharon con cobros desmesurados y muchos fueron objeto de robos en los navíos.
Los que tenían algo lo malvendían; los que todo perdieron en el Parián o no tenían recursos, dejaron sus familias y se fueron a Nuevo Orléans o a la Habana.
La situación era adversa para la segunda presidencia; desde antes de su inicio se tenían noticias de que España preparaba una invasión de reconquista.
Vicente Rocafuerte, ministro mexicano en Londres, confirmó mas tarde la noticia y aseguraba que no había esperanza de ayuda inglesa, porque el gobierno mexicano estaba desacreditado en Europa.
Sin embargo el problema más agudo era el financiero.
Los generales Victoria, Guerrero y Bravo había gozado de grande y justa reputación. Pero los últimos años de la presidencia de Victoria, quebraba la Casa Británica donde México guardaba sus fondos y por los desórdenes políticos, la revolución de la Acordada,  el saqueo del Parián y las noticias de la reconquista, se  paralizaba el comercio, no había importaciones, no se generaban impuestos y existía ya una deuda de millón y medio, en sueldos atrasados de empleados y cuerpos del ejército.
Lorenzo de Zavala al aceptar el Ministerio de Hacienda se enfrentaba a esta ardua situación.
La revisión de cuentas le revelaron que solo Zacatecas, Yucatán, Veracruz y Durango, pagaban la contribución que el congreso había fijado a los Estados para el sostenimiento del Estado Federal. Casi ningún Estado respondió al llamado del Gobierno Central.
La prensa desempeñó un papel importante en  esta falta de colaboración; criticó sin medida a Zavala y otros ministros. Se permitió olvidar la amenaza de la invasión, afirmando que era un pretexto del que el Ejecutivo se valía para que el Congreso concediera facultades extraordinarias al gobierno. Guerrero dictó las medidas que consideró pertinentes.
El gobernador de Veracruz, Santa Anna, siempre listo para  aprovechar las oportunidades, puso sobre las armas a las milicias del estado.
El día 6 de julio de 1829 partieron de Cuba rumbo a México, tres mil españoles al mando del brigadier Barradas.
La expedición fue obligada por las tempestades a acogerse en Nueva Orleáns, quedando reducidos a 2600 hombres. Finalmente desembarco en Tampico y enviaron proclamas a las tropas mexicanas.
El vómito negro y la fiebre amarilla, estaban en su apogeo en ese cálido julio. Tampico estaba vacío y los pocos habitantes que quedaban miraron con indiferencia a los invasores.
Los generales Santa Anna y Mier y Terán fueron los únicos que se enfrentaron a los invasores.
Las tropas de gobierno quedaron acantonadas en Jalapa, al mando del general Bustamante y más tarde se pronunciaron contra el gobierno de Guerrero.
El asedio de las tropas mexicanas, las enfermedades y la desilusión al no haber sido recibidos con los brazos abiertos obligaron a Barradas a firmar la capitulación. Con este episodio termino la pesadilla de la amenaza de España.
La invasión parecía haber servido a la popularidad de Santa Anna. No favoreció a Guerrero, la prensa fue inclemente se llego a decir que antes de destruir a los españoles, era necesario destruir a las autoridades que estaban al frente de la nación.
Los abusos eran extremados y Guerrero tuvo que librar una orden para castigar a autores, editores e impresores, cuando a juicio de las autoridades estatales, abusaran de la libertad de expresión.
Guerrero trato de ser ecuánime, tal vez la única decisión desacertada, fuera la intervención de la renta de los españoles expulsados, medida dictada por la apremiante necesidad de dinero, más que por partidismo.
La oposición fue tomando cuerpo, Lucas Alamán que se llamaba a si mismo “ gente bien “ invitaba a todos los cuerpos del país a protestar, a pedir nuevas elecciones o la reestructuración del gobierno.
Se pedía la expulsión del ministro Poinsett, a quien  culpaba de muchos de los males.
En octubre la legislatura de Puebla y de Michoacán, pedían no solo la salida de Poinsett sino también la de Zavala,  ministro de  Hacienda. El gobierno cedió en los dos casos.
El 6 de noviembre estalló en Campeche un movimiento que pedía la república centralista, fue secundada por Yucatán.
El ejército de reserva que con motivo de la invasión de Barradas se hallaba en Jalapa, al mando del vicepresidente Bustamante, decidió participar en el derrocamiento de Guerrero, que a pesar de su antigua popularidad ya no tenía sostenedores.
Santa Anna trato de conseguir apoyo para el Presidente pro no lo encontró.
Al pronunciarse Bustamante por la constitución y leyes del 4 de  diciembre,  aseguraba su éxito.
Guerrero se puso al mando de las fuerzas del gobierno, pero fue traicionado apenas trasponía los límites de la ciudad.
Dándose cuenta que todo estaba perdido Guerrero se retiro a su hacienda en las montañas del sur donde declaró que no era ni presidente ni general, solo ciudadano y agricultor.
Bustamante se hizo cargo del ejército el 1 de diciembre de 1830; como Vicepresidente electo; formó su gabinete con gente de bien, como Alamán y el coronel Facio.
El Congreso declaró el procedimiento justo, reconocía a Guerrero como presidente legítimo, pero incapacitado para gobernar.
El grupo en el poder formado por masones escoceses y yorquinos, el clero, el ejército y la burguesía incipiente, quería justicia y orden.
El grupo se impuso declarando nulas muchas de las elecciones estatales. Se hicieron aprehensiones en masa, se suprimió el periódico yorquino. El Correo de la Federación Mexicana, El Federalismo Mexicano, fundado por Andrés Quintana Roo, La Voz de la Patria, de Carlos María Bustamante, La Tribuna del Pueblo Mexicano, manejado por el yucateco Manuel Cresensio  Rejón y otros.
El Ex - ministro en Inglaterra, Vicente Rocafuerte fue perseguido por la impresión del panfleto. Ensayo sobre la  Tolerancia Religiosa, que fue considerado sedicioso.
La tragedia en octubre de l830 era lo que se definía como la lucha de la civilización contra la barbarie, de la propiedad contra los ladrones, del orden contra la anarquía.
El régimen destacó una serie de espías para vigilar a todo aquel que pareciese subversivo y empezó a condenar a muerte a los opositores.
El Coronel Francisco Victoria, hermano de Guadalupe y Juan Nepomuceno Rosains, héroe de la independencia, adictos a Guerrero, fueron ejecutados.
Ante tales hechos, la noticia de que había asesinos pagados para quitar la vida a Vicente Guerrero, este a pesar de estar enfermo decidió ponerse a la cabeza de la oposición, junto al general Juan Alvarez.
Cuando Bustamante se enteró, envió tropas federales al mando de Nicolás Bravo y Gabriel Armijo para detenerlos.
La persecución fue lenta y solo el 2 de enero de 1831, Guerrero y Alvarez fueron vencidos. Alvarez se interno en las montañas y guerrero partió rumbo a Acapulco para embarcarse al extranjero.
En Acapulco Guerrero conoció al capitán Italiano Francisco Picaluga.
En los primeros días de febrero engañado por Picaluga, guerrero subió al Bergantín Colombo y una vez a bordo fue aprehendido.
Picaluga había pactado con los enemigos de Guerrero y lo condujo al puerto de Huatulco, en Oaxaca donde lo entregó a las autoridades.
Guerrero fue llevado a Cuilapa y juzgado por un consejo de Guerra, que lo condenó a muerte. El 13 de febrero de 1831 la República fusilaba a otro héroe de Iguala.
Los dos jefes de la Independencia caían en lugares distintos, sin que los servicios prestados a la Nación mitigaran los cargos contra ellos.
Guerrero amaba la clase a que pertenecía que era la de los indígenas, y al entrar en los primeros rangos de la sociedad no hizo lo que muchos de su clase, que hacían ostentación de desprendimiento y de menosprecio de la estirpe que les dio el ser. ( Lorenzo de Zavala, Obras, Pág. 352. México, 1969 )