LA INDEPENDENCIA DE MEXICO.
La
independencia de México, al igual que la de las restantes colonias españoles en América, obedeció al
desarrollo histórico del Imperio Español y sus dependencias y es el resultado
de un proceso universal que afecta, aún cuando el tiempo y forma diversos, a
los potencias colonizadoras.
Los
acontecimientos políticos operados en
1775, entre ellos la separación de las colonias americanas de su metrópoli, la
Revolución Francesa y la caída de la Monarquía; el ascenso de Napoléon al
poder, la ocupación de España, la abdicación de sus monarcas y la guerra de
Independencia del pueblo español,
representaron la coyuntura, el momento oportuno, para que los Mexicanos
manifestasen su deseo de gobernarse por sí solos y también un ejemplo a seguir, no por simple imitación sino en
virtud de haberse formado en ellos una nueva conciencia, El Anhelo de
independencia de los mexicanos traducía en rigor dos finalidades : una, la de
liberarse de las trabas sociales que pesaban sobre la mayor parte de la
población, y otra, emanciparse políticamente, los promotores de la emancipación
deseaban un mejoramiento social y económico que afianzara el progreso material,
bajo un régimen político liberal que lo hiciera posible, régimen que ellos
darían y no se les impondría desde fuera. Emancipación Política y Emancipación
Social, fueron así los móviles de la guerra de Independencia.
Si
para los Europeos "La declaración de los derechos del hombre", fue la
culminación de un largo proceso, para los americanos en general, y los
mexicanos en lo particular, fue ésa declaración el inicio de una larga lucha
comenzaba por Hidalgo, en Septiembre de 1810.
En el
año de 1820, ocurrió el derrumbe del absolutismo Español y la vuelta al
liberalismo en la península, lo que provoco graves temores en los grupos
conservadores en la Nueva España; Clero y grandes propietarios pensaron que no
era conveniente seguir a la Metrópoli en su política liberal, siendo preferible
conservar a Nueva España dentro de los viejos cánones económicos y políticos,
lo cual les aseguraba el predominio en el poder y la continuidad en la
Dirección de la vida Política de México, por lo que les resultaba mejor
independizarse de España; movidos por
éstas ideas en 1821, los hombres que
habían sacrificado a los criollos desde 1810, pensaron separarse de España y
Agustín de Iturbide fue el instrumento
de las clases conservadoras.
Iturbide
convenció a Guerrero, para sumarse al Plan de Iguala y conseguir la
Independencia, manteniendo la unidad religiosa y la unidad de Españoles y
Mexicanos, esto es, de criollos y peninsulares, quienes permanecieron en el
país con toda suerte de derechos y garantías, coexistiendo así, el deseo de las
clases dominantes de conservar sus privilegios y el anhelo del pueblo mexicano de obtener su Libertad.
La
entrada que el ejercito trigarante hizo con toda solemnidad en la Cd. de
México, el 27 de Septiembre de 1821, en el que iban mezclados los grupos
españoles con los restos de los antiguos insurgentes marcó el fin de la lucha de
Independencia y en fin de una etapa de sujeción y dominio político por parte de
España.
Al
consumarse la Independencia, México se encontraba con una serie de problemas,
económicas, sociales, culturales y políticos. Entre los económicos podemos
mencionar: Hacienda pública en bancarrota y necesidad de reorganizarla; injusta
y desproporcionada distribución de la propiedad territorial, principalmente
agraria; nulo o pobre desarrollo industrial que había que favorecer en todos
sus campos; inexistencia de un comercio reorganizado ya que solo se comerciaba
con España y en menor cuantía con Filipinas, en ese entonces Colonia Española.
La
única Institución que poseía una economía solida era la iglesia, la cual era
propietaria de la mayor propiedad agrícola explotable del País, contaba con
efectivo y alhajas acumuladas por la devoción de los fieles durante 300 años;
La iglesia pues, mantenía un superioridad económica frente al
estado por lo que este tuvo que imponer prestamos forzosos a nacionales y
extranjeros y recurrir a los empréstitos al exterior, con lo cual se inicia la
deuda pública.
En lo
social, el Estado, movido por los principios laborales, equiparó legalmente a todos los mexicanos,
ratificando las declaraciones de abolición de la esclavitud. Sin embargo las
diferencias socioeconómicas no desaparecieron en su totalidad, agravándose
algunas de ellas como fue la de los Indios. Los mestizos rivalizaron con los criollos en el manejo de
los asuntos públicos y fomentaron un sentimiento nacionalista, sin embargo los
criollos representaban la mayor parte de la clase dirigente por su estatus
económico y cultural y de ese grupo salió quienes dirigieron al País por mucho
tiempo; se mezclaron sin resistencia con los mestizos y reciben con beneplácito
a los extranjeros, principalmente a los Europeos.
En el
campo cultural, México al inicial su vida nacional hallose ante una población
iletrada e ignorante. Si bien existían establecimientos de alta cultura muy
relevantes y una elite inteligente y preparada, eran necesario elevar los
beneficios intelectuales a la mayoría la instrucción pública en su mayor parte
en manos de la Iglesia estaba atrasada y no cumplía con el propósito de crear
un sentimiento nacional al estado en formación; por ello era necesario arrancar
de las manos del clero tan formidable de transformación.
En lo
político, los esfuerzos tendieron adoptar al país de una organización jurídico
- política acorde con los nuevos tiempos, aun cuando se contrariasen ciertas
formas tradicionales de gobierno y es
así que de un sistema monárquico, pasamos a una República, para volver a la
monarquía y de ahí a las formas
republicanas nuevamente. Oscilamos de
República federal a central en varios ocasiones y utilizamos la acción
democrática liberal frente a métodos conservadores y clasistas.
En el
año de 1823, el entonces presidente de
los Estados Unidos, James Monroe, hizo la declaración de que los Estados Unidos
se opondrían a todo intento de los
países Europeos a reconquistar las colonias. Esta declaración fue conocida como
la doctrina Monroe, que al final solamente es "AMERICA PARA LOS
AMERICANOS".
Cortados
los amarres económicos y políticos con España, nuestro país amplia sus
relaciones con los países capitalistas en especial con Inglaterra y Estados
Unidos, esto se hace principalmente, acentuando
la exportación de nuestras materias primas e importando productos
manufacturados de estos países y estableciendo un sistema de préstamos que
obligan a nuestro país a pagar interés cada vez más alto, lo que trae como
resultado que para finales del siglo XIX
y hasta la fecha , se crearon nuevas relaciones económicas y políticas
que marcan en forma definitiva nuestra situación de dependencia ya que
centramos nuestras exportaciones en una pequeña variedad de productos en general productos primarios, es decir, productos que se extraen
directamente de la naturaleza: alimentos, minerales e hidrocarburos, pero
importamos productos manufacturados, a los mismos países que les exportamos.
El
capital extranjero en nuestro país se encarga de desarrollar ramas de la
actividad económica que conviene a su país.
Al
existir un alto desarrollo tecnológico en los países desarrollados los obliga a
renovar en plazos más cortos su maquinaria, por lo que estimulan la exportación
de maquinaria y equipo que resultan pasadas de moda para ellos, pero que
significa avance tecnológico para nosotros, pero no solo debemos gastar en la
adquisición de estas máquinas si no que también pagar los llamados servicios
tecnológicos, como patentes de inversión,
es así que tenemos una dependencia tecnológica.
Por lo
anterior, podemos asegurar, que México es independiente políticamente desde
1821, sin embargo, esa independencia es puramente formal; ya que detrás de la
situación de aparente independencia se esconde una dominación política que
surge y se mantiene através de una
dependencia económica, la cual se da por las concesiones económicas que logra
el capital extranjero através de su influencia en el gobierno.
En
general, se efectúan préstamos y conceden ayuda económica a México, cuando
logran ventajas económicas que expresan una dominación política indirecta por
ejemplo:
*
Reducción o supresión completa de las disposiciones que puedan trabar la
importación de mercancías de los países que nos prestan.
*
Autorización para exportar las ganancias de las empresas transnacionales.
*
Establecimiento de tratados comerciales que faciliten la penetración de los
productos de esos países.
Por
eso debemos recordar siempre, que para que exista una independencia política real,
debemos tener primero una independencia económica, de la cual estamos aún muy
lejos de alcanzarla.
Miguel Garcia Mejia
Colegio Coordinador
Independencia
“Sólo es digno de
libertad quien sabe conquistarla cada día.”
Goethe.
Hemos
festejado otro aniversario más de nuestra independencia; la nación mexicana, se
deslindó del yugo y del dominio español que por trescientos años se hizo sentir
en estas tierras mesoamericanas.
Hasta
el día de hoy, llevamos 201 años de ser una nación libre e independiente de
cualquier intervención extranjera, sin embargo, el camino no ha sido nada
fácil.
Al
principio, fue sumamente complicado organizar la estructura del Estado mexicano
que dependía en su totalidad de la organización colonial; ese, es el principal
motivo de que las figuras jurídicas de la época siguieran vigentes durante un
largo tiempo después de la expulsión de los españoles, es decir, tan solo se hizo
un enroque de hombres, no de instituciones.
Durante
los primeros años independientes, el pueblo de México tuvo como principales
vicisitudes la falta de una organización política de origen americano que
dejara atrás el recuerdo de las legislaciones europeas adaptadas a los
territorios colonizados; y así, mientras se creaba nuestra Constitución,
pasamos de ser centralistas a federalistas en más de una ocasión, y vivimos
diferentes intentos de invasión una francesa y otra norteamericana, quienes se
percataron de nuestra debilidad política e intentaron aprovecharse de esa
coyuntura.
El
recuerdo de estos intentos intervencionistas de apoderarse de nuestras
riquezas, trae a mi memoria la garra, la valentía, el amor y la esperanza con
la que muchos mexicanos enfrentaron a los extranjeros y con ello nos
demostraron que la unidad es posible sin importar la magnitud del conflicto.
Pero,
¿por qué tiene que verse amenazada nuestra libertad e independencia para
unirnos?
Los
comentarios populares nos dicen que los mexicanos no sabemos trabajar en
equipo, que nos atacamos mutuamente y que no soportamos el éxito de los demás;
no obstante lo anterior, tales creencias fueron rotas por las actuaciones de
los hombres que nos dieron patria y de los que defendieron nuestra soberanía
con las armas y con las leyes, por ello me resisto a la aceptación de la
versión fatalista de que en México nunca seremos unidos.
Estos
ejemplos de unidad, deben servirnos para recapacitar sobre la forma en que
llevamos y conducimos a México en su paso del subdesarrollo al primer mundo;
como ejemplos de unidad nacional, están Alemania y Japón, países cuyos
habitantes supieron levantarse de la destrucción que les dejó la segunda guerra
mundial.
¿De
qué le sirve a México un discurso que diga que por culpa de los setenta años
que gobernó un partido político el país se llenó de pobres?
Y
de igual forma, ¿De qué nos sirve un discurso que diga que el cambio no fue
capaz de transformar la pobreza alegada en riqueza?
Si
no superamos nuestros complejos, sino somos capaces de escuchar y si no somos
tolerantes con nuestros opositores ideológicos, será imposible disfrutar
nuestra independencia.
La
libertad de difundir las ideas, de transitar por todo el territorio nacional,
de trabajar en lo que a uno le plazca, de concebir los hijos que queramos, y en
general de hacer todo lo que no nos está prohibido, son los valores que
resultaron de la victoria obtenida por la insurgencia contra el reino de
España.
Hagamos
de esta victoria nacionalista un motivo para buscar la unidad y la armonía como
sociedad, pues sólo será en esta medida como el país logrará superar las
diferencias ideológicas de las fuerzas políticas nacionales y con ello,
garantizaremos nuestro crecimiento y el reconocimiento de los demás países del
mundo.
La
lucha de Hidalgo, Morelos, Allende y de la Corregidora inició la construcción
de los Estados Unidos Mexicanos; desde aquellos años hasta hoy, hemos tenido
que ceder parte de nuestro territorio; nos hemos endeudado internacionalmente;
hemos reivindicado el poder público a la iglesia católica; hemos derrocado al
régimen dictatorial de Díaz; hemos abierto los ojos ante la hegemonía ventajosa
del PRI; y finalmente, hemos sentado las bases de una democracia sólida y
pujante.
Lo
que se pretende exponer, es que los acontecimientos nacionales han ido
evolucionando a través de la historia, y que ahora es el tiempo de ver florecer
los esfuerzos que cada quien hizo para que este país fuera rico algún día.
Rico
económicamente pero sobre todo espiritualmente, con una cultura cívica ejemplar
que requiere festejos como los del quince de septiembre pero que sean todos los
días, para que no se nos olvide que algún día no fuimos libres.
Tal
vez así, logremos valorar la gran oportunidad histórica que tenemos de ser una
potencia mundial y un país ejemplo para los demás.
Tenemos
riquezas naturales, tenemos socios importantes, tenemos hombres preparados,
tenemos gente noble y trabajadora; quizás lo único que nos falta es voluntad.
Si
las riquezas nacionales las explotamos adecuadamente; si obligamos a nuestros
socios a respetar nuestras leyes e ideologías; si encauzamos el trabajo de las
clases populares y si nos unimos en voluntad siendo más productivos,
seguramente la consecuencia directa e inmediata será la disminución de la pobreza
en el territorio nacional.
Ser
independientes no fue fácil, pues costó muchos años de lucha y muchas vidas
inocentes; por ello, es una vergüenza que alguien que haya nacido en este país
no busque le mejoría colectiva de los mexicanos.
La
ausencia de voluntad del pueblo y del gobierno para sacar al país de su
estancamiento económico, es algo que si no se atiende puede aniquilar los
beneficios que históricamente obtuvimos a través del ejército insurgente que
alguna vez logró que su similar trigarante entrara a la ciudad con la bandera
de la libertad a cuestas.
Finalmente,
si no tenemos voluntad, entonces sólo resta preguntarnos, ¿para qué queremos
ser libres?
Miguel Ángel García Ahedo
HIDALGO Y SU
GUERRA.
Hidalgo nació en 8 de mayo de 1753 en
rancho adscrito a la hacienda de Corralejo, Obispado de Valladolid, hoy
Morelia.
Su padre español y su madre criolla.
Hidalgo y varios de sus hermanos
abrazaron la carrera sacerdotal, por ser una profesión que garantizaba empleo.
Sus estudios los hizo en Valladolid,
imponente centro de señorío arquitectónico que predisponía a la formación de espíritus modernos y
rebeldes.
Ahí vive por espacio de un cuarto de
siglo, desde 1765 hasta 1792. Valladolid lo forma, llega a la ciudad niño y
sale de ella peinando canas; es para él el talento de Valladolid, de valor
excepcional.
Que fue un estudiante sobresaliente y
heterodoxo hasta donde el medio lo permitía, nadie lo duda. Le asignaron el
mote de zorro por su astucia.
Se gradúa Bachiller en letras el 20 de
febrero de 1770, en el Colegio de San Nicolás. Refrenda sus títulos en la
capital del Virreinato, en la Real y Pontificia Universidad.
Continúa sus estudios en Teología
Escolástica en San Nicolás.
Pasados 3 años viaja nuevamente a la
Capital Para graduarse de Bachiller en Teología; cumplidos los 20 años regresa
a Michoacán en 1773.
En 1774 Hidalgo recibe las 4 órdenes eclesiásticas
menores. Ingresa a la Universidad tomando una oposición. Suple las faltas
ocasionales de los profesores de diversas asignaturas. Forma parte del
grupo de sinodales que examinan a los
estudiantes al final del curso y preside
las Academias de Teología y Filosofía.
Estudia italiano, francés y llega a
dominar el mexicano, el tarasco y el otomí.
Las sagradas órdenes eclesiásticas las
recibe al cumplir 25 años.
En l778 obtuvo el presbiteriado.
En 1779 es nombrado catedrático de
gramática latina y en octubre del año dicta el curso de Artes. Explica por
espacio de 2 años la cátedra de Teología Escolástica.
Fue muy estimulante al joven
catedrático, escribir una disertación sobre el verdadero método de estudiar
Teología Escolástica.
Divorciado de la rutina promovió
academias para inculcar a los estudiantes ideas renovadoras. La Gaceta de
México el 9 de agosto de 1785 insertó la reseña de uno de sus actos.
En febrero de 1787 se le nombra
tesorero del colegio y más tarde ocupa el cargo de Vicerector y Secretario.
En 1790 culmina su carrera al recibir
el cargo de Rector de la ilustre casa de estudios.
Aun cuando el obispo fray Antonio de
San Miguel lo tuvo siempre en alto aprecio, no le permitió que desarrollara sus
capacidades e iniciativas y en 1792, lo removió del cargo de rector y lo alejó
de Valladolid, enviándolo de párroco a un lugar periférico de la Diócesis,
primero en Colima, luego en San Felipe y desde 1803 en Dolores, estos dos
últimos lugares de Guanajuato, centro geográfico de la Nueva España. Dieciocho
años sería cura de pueblo.
Por sus dotes temperamentales, cultura
y vigor, Hidalgo no pudo ser un cura mediocre. Descargó en sus coadjutores las
obligaciones rutinarias.
Organizó bandas de música, frecuentes
tertulias, cuando había visitas cuya charla interesaba. Lee muchos autores franceses,
su casa se nominaba la Francia Chiquita.
El ascendiente de Hidalgo no derivó de
la sotana, cultivaba para los naturales y bendecía las artes y los oficios;
organizó en Dolores alfarerías, tenerías, colmenares, sederías, viñedos,
destilerías y siempre podía encontrársele vigilando el rendimiento o en un
rincón esperando servir en algo.
En 1800 el Santo Oficio, tomó cartas
en el asunto y abrió juicio a Hidalgo, por blasfemo, hereje y licencioso.
Seguramente sus relaciones con los pueblos y la inconsistencia de los cargos
detuvieron el procedimiento.
Para un sujeto conformista la simple
tarea sacerdotal podría ser ideal; pero Hidalgo estaba por encima del nivel
medio de la instrucción del sacerdocio, igual condición se establecía con no
pocos canónigos.
En 1808 cae la monarquía y se da en el virreinato el primer golpe de
Estado que registra nuestra historia.
A fines de 1809 se denuncia una
conspiración en Valladolid, ciudad dilecta de Hidalgo.
Casi todos los comprometidos se
rehusan a participar, pero desde entonces la mente de Hidalgo gira en torno a
la idea de ser miembro destacado de alguna asociación que trabaje para derribar
al régimen.
La oportunidad se la ofrece un grupo
de criollas que se organizan en la
ciudad de Querétaro bajo la protección
solapada del corregidor Miguel Domínguez y su esposa doña Josefa Ortiz de
Domínguez.
En 1810 el intendente de Querétaro fue
informado de una conjura sediciosa con ramificaciones en toda la comarca; el denunciante señaló a
Ignacio Allende, oficial apostado en San
Miguel, como uno de los principales cabecillas.
Prevenido Allende llevó la alarma a
sus amigos de San Miguel y se siguió hasta Dolores para consultar al párroco
don Miguel Hidalgo y Costilla, cabeza
del movimiento.
Le costó una hora localizarlo en una tertulia, en la casa de un
español y no poco trabajo hacerlo acudir a su domicilio y ahí, mientras se convocaba a los conjurados del pueblo,
Hidalgo mandó hacer el chocolate con que se terminaba siempre un día normal en
la Nueva España.
Como a las 9 horas llegó otro oficial,
el capitán Aldama del cuerpo de caballería, con un recado del coronel del
regimiento, para que se pusieran a salvo sin demora.
Hidalgo comprendiendo la magnitud del
peligro, preguntó a Allende que debía hacerse; opinó que debía citarse a todos
los comprometidos y que cada uno de ellos diese el grito de independencia.
Hidalgo deseaba mayor rapidez y Allende le dijo, pues bien Sr. cura echemos el
lazo a los españoles, seguro de que ningún poder humano podrá quitárselos.
Hidalgo dijo: Sí, lo he pensado muy
bien y veo que estamos perdidos y que no queda más remedio que ir a coger
Gachupines.
Aldama exclamó, señor, ¿ que va usted
a hacer ? Por amor a Dios vea usted lo que hace.
Estaban presentes además de don
Mariano Hidalgo, José Santos Villa, el
padre Balleza y otros 9 hombres.
Salieron todos del curato, liberaron a
los presos y los armaron con lanzas y otros utensilios. A continuación
apresaron a los españoles avecindados en el pueblo, en número de diecinueve.
Era la noche del 15 al 16 de
septiembre de 1910, a las cinco de la mañana. A la cabeza del grupo Hidalgo
llegó al atrio de la iglesia. Las campanas llamaron a misa del domingo. Se
reunió una multitud del pueblo y rancherías inmediatas.
Hidalgo informó que el movimiento que
acababa de estallar tenía los siguientes objetivos: Derribar al mal gobierno
quitando el poder a los españoles, que trataban de entregar el reino a los
franceses. Que la opresión vendría a tierra y en adelante no pagarían ningún
tributo.
Ofreció que todo el que se enlistara
en sus filas, llevando armas y caballo, se le pagaría un peso diario y la mitad
a quienes se presentaran a pie.
De la muchedumbre salieron gritos de “
viva la independencia “ “ viva América “ y “ muera el gobierno “. Así se
proclamó la Independencia de México.
Lo que dijo el libertador a los
campesinos, artesanos, pequeños comerciantes, según algunos historiadores,
llegan a nosotros con contradicciones, errores y fantasías.
Pueden, sin embargo servir para
esclarecer el pensamiento de Hidalgo, el contenido del grito de independencia,
y varios testimonios, entre ellos, la intimación que desde Celaya dirigió a don
Juan Antonio Riaño el 21 de septiembre.
Hidalgo habla de la humillante y
vergonzosa sujeción de los mexicanos a los peninsulares por 300 años y señala
el motivo del levantamiento: Los derechos sacrosantos imprescriptibles de que
se ha despojado a la nación mexicana. Señala a México como una unidad autónoma
que no debe llamarse Nueva España, sino Nación Mexicana.
Otro testimonio, una de las proclamas
de mediados de octubre, en donde se dirige a sus compatriotas hijos de esta
América. “ Les anuncia que el sonoro
clarín de la libertad política, ha sonado en nuestros días y les pide que
acudan a ayudarlos a continuar y conseguir la gran empresa de poner a los
gachupines en su madre patria, porque ellos son los que con su codicia,
avaricia y tiranía, se opones a vuestra felicidad temporal y espiritual, La “
madre patria es “ su “de los españoles, no de los mexicanos.
Las primeras etapas de la
independencia se dieron en un ambiente geográfico que a Hidalgo le era muy
familiar. Dolores, Atotonilco, San Miguel el Grande, Chamacuero, (Comonfort )
Celaya, Salamanca, Irapuato, Silao y Guanajuato.
La primera estrategia de Hidalgo fue
un recorrido casi en círculo y muy rápido, con el fin de darle presencia al
movimiento y reunir un ejército numeroso. En dos semanas en su recorrido reunió
más de 20 000 hombres, sin disciplina pero plenos de entusiasmos.
Después del Grito de Dolores, Hidalgo
y Allende llegaron a San Miguel a las 11 de la mañana; descansaron en la
hacienda de la Erre y continuaron rumbo a Atotonilco, antes de retirarse
tomaron de la sacristía de la iglesia una imagen de la Virgen de Guadalupe, que
pendiente de una asta conducía un soldado.
A medida que avanzaban sus filas se
nutrían con múltiples voluntarios, que salían de haciendas y ranchos.
En la inmediata San Miguel el Grande
aumentaba la zozobra. Los cuarenta españoles pensaron defenderse.
El general Nicolás Loreto de la Canal,
les informó que no podía responder por sus soldados y los españoles se
reunieron en las casas consisteriales, para sufrir juntos la misma suerte.
Era ya de noche cuando los 5 000 soldados
de Hidalgo entraron en San Miguel,
aclamados por los vecinos.
Allende encerró a los españoles
aprehendidos en Dolores, en el Colegio San Francisco de Sales y en seguida condujo a los reunidos en
el ayuntamiento al mismo colegio.
Antes de terminar la noche del 16, el
Regimiento de Dragones de la Reina, se adhirió al movimiento de Dolores.
Al día siguiente convocaron a los
vecinos para nombrar autoridades. La Junta Directiva quedó formada por Ignacio
Aldama ( hermano del capitán ), Felipe González, el presbítero Casilblanque,
Miguel Vallejo Umarán y Benito Torres.
Salieron de San Miguel caminando hacia
Querétaro y al llegar a Chamacuero, cambiaron de rumbo dirigiéndose a Celaya.
El ejército contaba con 20 000 hombres.
Por medio de un escrito Hidalgo intimó
a la ciudad el día 19, amenazando con degollar a los 78 españoles presos si se
hacía fuego contra sus tropas.
Sin encontrar resistencia el día 21 de
septiembre, Hidalgo tomó Celaya, donde se incorporaron a su ejército, las
compañías del Regimiento Provincial. Mientras desfilaba el ejército, un tiro
fue la señal para el saqueo.
El día 22 Hidalgo nombró Subdelegado
de la Ciudad y se reorganizó el ayuntamiento. Reunió a los principales jefes
para fijar las posiciones militares de cada uno.
Muy aumentado el ejército salió de
Celaya el 23 de septiembre, con el intento de atacar a Guanajuato. El 28 llegó
a la hacienda de Las Burras. Desde esa hacienda intimó la rendición a
Guanajuato. Entre tanto Francisco Iriarte, espía de don Juan Antonio Riaño,
encargado de vigilar a Hidalgo y siendo testigo de lo que sucedió en Dolores,
enteró a Riaño y éste diligentemente la tarde del 18 convocó a junta al
Ayuntamiento, prelados y vecinos.
Los soldados se encargaron de levantar
parapetos situando destacamentos en puestos avanzados.
Para ganar adeptos, en la mañana del
21, Riaño publicó un bando que abolía el pago de tributos. El pueblo interpretó
esto como producto del miedo y lo recibió con manifestaciones de burla.
Temiendo Riaño ser sorprendido entre
dos fuegos, decidió hacerse fuerte en el edificio de la Alhóndiga de
Granaditas.
El 24 hizo que se trasladaran a
Granaditas las tropas, con gran cantidad de provisiones de guerra y de boca. El 25 se acogieron a la Alhóndiga los
españoles y criollos acomodados.
El Ayuntamiento no estaba de acuerdo
ni el mayor Bersábal, porque la ciudad quedaba desprotegida. Riaño se negó a
salir de la Alhóndiga porque consideraba que ahí estaban seguros los Caudales
Reales y tomó las medidas necesarias para que Granaditas estuviera en pleno estado
de defensa.
Cuando en la mañana del 28 de
septiembre, vio Riaño las alturas que coronaban Guanajuato, coronadas a su vez
por las tropas de Hidalgo, despacho un coreo a Calleja que decía: Voy a pelear
porque voy a ser atacado en este instante. Resistiré cuanto pueda, porque soy honrado. Vuele S. M.
a mi socorro.
A las 9 de la mañana del propio 28 de
septiembre entró en Granaditas con los ojos vendados, el coronel Ignacio
Camargo, quien entregó a Riaño dos documentos. En uno le intimaba Hidalgo la
rendición, en el otro le ofrecía protección y asilo seguro.
Riaño reunió a los españoles armados y
a los soldados y les leyó la intimidación. Los españoles contestaron que
estaban dispuestos a luchar hasta vencer
o morir. Los soldados respondieron con una aclamación unánime “ Viva el Rey “
Entregó a Camargo su contestación a la
intimidación diciendo que su deber era luchar como soldado y en cuanto a la
segunda la agradecía y rechazaba el ofrecimiento.
Riaño situó una parte del batallón
Provincial y a algunos españoles armados en las azoteas de la Alhóndiga. Las
trincheras avanzadas de la cuesta Mendizabal, la calle de los Pocitos, del
puente, del río de la Cata, fueron cubiertos por destacamentos del Batallón. La
hacienda de El Beneficio de Dolores, fue guarnecida por el resto de
voluntarios.
Camargo entregó la respuesta a
Hidalgo, que al frente de 25 000 hombres, avanzaba por la cañada de Marfil y que desde luego dispuso el
ataque a Granaditas.
A la una de la tarde penetraron los
independientes en la ciudad y abiertas las cárceles, los presos se le unieron.
Quedó puesto el cerco a la Alhóndiga,
se ataca la cuesta de Mendizabal y la trinchera de Pocitos. Lleva a ésta
algunos refuerzos Riaño. Cuando de regreso ya iba a entrar en la Alhóndiga fue
muerto alcanzado por una bala.
Se produjo una confusión; si debía
ejercer el mando Manuel Pérez Valdés, asesor de la Intendencia o el mayor Diego
Berzábal.
Desde el cerro del Cuarto los
independientes amenazaban con un lluvia
de grandes piedras. Los destacamentos que cubrían las tres trincheras avanzadas
tuvieron que guarecerse en el edificio.
Al retirarse, quedaron aislados los
que defendían la hacienda de Dolores y el barranco de la Cata.
La puerta principal del edificio se
mantenía firme a los golpes de los sitiadores.
Un operario de la mina de Mellado,
joven de 20 años, cubriéndose con una larga loza, se deslizo a lo largo de la
pared, llegó a la puerta, la untó con aceite y brea y le prendió fuego.
Destruido aquel obstáculo los independientes se proyectaron en el interior y en
el patio se trabó un combate a muerte.
Sobre este hecho, Carlos María
Bustamante, ofrece otra versión. “ Todo era entonces confusión y desorden; no
había quien mandase ni quien obedeciese, cesó por tanto la defensa del fuerte y
a poco cayó muerto Berzábal de un balazo.
Desgracia que se atribuyó a un soldado
resentido porque lo había reprimido.
Con mucho trabajo se izó la bandera de
paz, bien que todavía no ardían las puertas del fuerte, en el que cesó el fuego. Por tanto se arrimaron los
indios a él, dándolos por rendidos.
Ignoraban los españoles de Dolores esto que pasaba en Granaditas y continuaban
disparando vivamente. El hijo del comandante Riaño, hacía por si mismo gran
daño arrojando frascos. A vistas de eso gritaron todos como si los inflamase un
mismo espíritu ! Traición, Traición ¡ y
los jefes ordenaron no otorgar la vida a nadie.
A la cinco de la tarde terminó la
acción, en la que murieron 105 españoles y casi igual número de oficiales y
solados. De los indios murieron muchos, en casi cuatro horas de combate. . .
ignorándose el número porque los enterraron en la caja del río por la noche.
Se supone que los asaltantes perdieron
2 500 hombres.
Los victoriosos daban rienda suelta a
su furor, inmolando sin misericordia a los vencidos; terminada la matanza
saquearon la Alhóndiga, el dinero, las barras de plata y esta situación se
reinició al día siguiente.
Hidalgo hizo cesar el desorden
publicando un bando que ofrecía la pena de muerte a los saqueadores. Mandó
poner en libertad a los criollos en Granaditas y permitió que volvieran a sus
casas, algunos españoles supervivientes.
Convocó al ayuntamiento y procedió a
nombrar alcaldes, intendentes, intendente general, asesor de la intendencia y
promotor fiscal.
Reorganizó las tropas, nuevos regimientos
de infantería; formó una fuerza de artillería; nombró coroneles de los nuevos
regimientos a don Casimiro Chovell, Bernardo Chico y el mismo grado para José
María Liceaga y José Mariano Jiménez. A don Rafael Dávalos lo nombró Capitán de
Artillería y director de la fundición de piezas de Artillería.
Corría entonces en Guanajuato la
noticia de que el Brigadier Calleja se acercaba a la ciudad con importantes
fuerzas. Hidalgo con sus tropas hizo un recorrido de inspección, sin confirmar
la noticia.
A la mañana siguiente Aldama recorrió
los pueblos de la sierra, San Felipe, San Miguel, Chamacuero y Celaya y se
reunió en Acámbaro con Hidalgo, cuando éste marchaba sobre Valladolid.
La gran cantidad de barras de plata,
tomadas en Granaditas, persuadieron a Hidalgo
a crear una Casa de Moneda, que funcionó en la hacienda de San Pedro, que acuñó
moneda con el mismo tipo de ley y tan bellas que se confundían con las acuñadas
en la Capital.
Adoptadas éstas y otras medidas, el 8
de octubre salió una división de 3 000 hombres y el día diez, Hidalgo con el
grueso del ejército, ambos con rumbo a Valladolid.
El 27 un nuevo Virrey publicó un bando que ofrecía un premio
de 10 000 pesos a quien entregara, vivo o muerto a Hidalgo, Allende y Aldama y
concedía todas las gracias debidas a quienes con tal hecho, serían considerados
como restauradores del sosiego público.
“ De esta suerte, la autoridad virreinal
erigía el asesinato en providencia represiva y premiaba la traición y la
delación contra los rebeldes, como acto meritorio.
Logro Venegas que el día 26 de
septiembre saliera para Querétaro toda la guarnición de la Capital, compuesta
por el regimiento de infantería y 4 piezas de artillería.
Acudió también al medio político,
dando publicidad al decreto de la regencia del 26 de mayo, declarando libres de
tributo a los indios y haciéndolo extensivo, el Virrey, a las demás castas que
se mantuvieran fieles.
Realizó el 4 de octubre una junta que
reunió a miembros del consulado y funcionarios. Dispuso que se formaran cuerpos
de vecinos con la denominación de “
Patriotas Distinguidos de Fernando VII “ Se formaron tres batallones de
500 plazas, un escuadrón de caballería y una compañía de artillería.
El Brigadier Calleja en San Luis y en
Guadalajara, don Roque Abarca, Comandante Militar de Nueva Galicia, pusieron
sobre las armas sus brigadas.
Es necesario agregar que la
independencia de México tuvo en su contra a la aristocracia que se había
formado en la colonia, a los ricos y
grandes propietarios, a los empleados que vivían a la sombra de la
administración, exenta de eficaz inspección y a el alto clero, que recibió la
declaración de independencia, con el anatema de la excomunión.
Los ayuntamientos, de México,
Querétaro, Oaxaca, Tlaxcala, Tepeaca, Huejotzingo y más, las corporaciones
literarias, los gremios, los agrupamientos, alzaban la voz asegurando fidelidad
al dominio español, estar dispuestos a derramar su sangre en defensa del Rey y
la religión. Hasta el rector de la Universidad de México, se aprestaba a
afirmar que Hidalgo no había recibido en ella el grado de doctor.
El Rector y el Claustro de Doctores,
lanzaban un manifiesto censurando a Napoleón e Hidalgo. El Colegio de Abogados
borraban de la lista a Ignacio Aldama.
Entre tanto una parte del ejército de
Hidalgo se acercó a Querétaro a donde ya había llegado el coronel Miguel Flon,
Conde de la Cadena, con fuerzas que salieron de México.
Destacó una sección de 600 hombres,
que sostuvo un encuentro con 3 000 independientes, que fueron desalojados de
sus posiciones.
Hidalgo se dirigía a Valladolid, (
Morelia ) el grueso del ejército, independiente avanzó por el valle de Santiago, Salvatierra,
Acámbaro, Sinapécuaro, donde se le unió Aldama. Hubo en Valladolid intento de
resistir al ejército independiente, en aquel momento con 60 000 hombres y 4
cañones.
El clero de la ciudad instigado por
Abad y Queipo, se puso a la cabeza de los belicosos. El obispo se arrogó
amplias facultades, urgió a la autoridad para que adaptase medidas de defensa y
equipó un cuerpo que pasó a las órdenes de don Agustín Ledos.
Al llegar a Acámbaro los
independientes, una partida de estos mandada por Torero Luna, aprendió a García
Conde, al intendente Merino y al coronel Conde de la Casa Rul, que había salido
de México a Valladolid, siguiendo órdenes del Virrey.
Apenas se supo en Valladolid la
entrada de los independientes. El obispo Abad y Queipo, siete prebendados, el
intendente interino José Alonso de Terán y otros muchos, salieron a la Ciudad
de México.
Terán y otros de los fugitivos fueron
detenidos en Huetamo, también abandonó la ciudad Agustín de Iturbide para
presentarse con el Virrey, a pesar de que Hidalgo le ofreció grado de general.
Una comisión de Valladolid se presentó
con Hidalgo en Indaparapeo, para ofrecerle la sumisión de la ciudad, donde el
15 de octubre entraron los primeros pelotones y el 17, Hidalgo con el grueso
del ejército.
Dos días duro Hidalgo en Valladolid.
De las arcas de la
Catedral tomo 400 000 pesos y 200 000
de fondos particulares allí depositados.
Nombro Intendente a don José María
Ansorena y proveyó otros empleos. Deseoso de atacar la Capital del virreinato,
salió de Valladolid el 19 de octubre, llevando 80 000 hombres.
Durante la estancia en Valladolid, el
sargento mayor le propuso, que entre la muchedumbre de su tropa, formara una de
14 000 hombres, los entrenase en la sierra de Páscuaro y la instruyese durante
dos meses, con lo que estaban listos para entrar en campaña, asegurándole que
de lo contrario en la primera derrota se quedaría solo, pues sus soldados
huirían como palomas. Hidalgo desoyó aquellos juicios.
En Indaparapeo se presento a Hidalgo
el cura de Carácuaro, al que reconoció como discípulo en la época de su
rectorado en el colegio de San Nicolás. Le concedió el cargo de lugarteniente,
Brigadier a don José María Morelos y lo instruyó para que en la costa del sur
levantara tropas y tomara Acapulco.
En Acámbaro, Hidalgo revisto sus
fuerzas y fue nombrado Generalísimo, Allende Capitán General; Aldama, Balleza, Jiménez y Arias,
Tenientes Generales; Ignacio Martínez, Abasolo, Ocón y José Antonio Martínez,
Mariscales de Campo.
Alarmado Venegas por los movimientos
de Hidalgo hacia Toluca, mandó una
división de 2 000 hombres al mando de Torcuato Trujillo. En la división iba
Agustín de Iturbide.
Trujillo, el 27 de octubre, no
considerándose seguro en Toluca, se movió a Lerma.
Hidalgo tomó Toluca el 28 de octubre,
Allende tomó el Puente de Atengo, amenazando cortarle la retirada a Trujillo,
que dispuso retirarse al Monte de las Cruces, a donde llegaron media hora
después las avanzadas de los insurgentes.
El 30 de octubre a las 8 de la mañana
se inició el combate, las muchas bajas y el desaliento de sus tropas obligaron
a Trujillo a oír las proposiciones de avenimiento que le dirigían los
independientes. Pero esperó la cercanía de los que iban a parlamentar y antes
de iniciado el diálogo, mandó hacer fuego y murieron muchos. Se trabó de nuevo
el combate con mayor furor, perdido el último cañón y falto de parque,
emprendió Trujillo la retirada hacia México. Durmió en Santa Fe con solo
cincuenta soldados y algunos oficiales, entre ellos Iturbide.
En la batalla del Monte de las Cruces
perdieron los realistas 2 000 hombres y los Independientes un número mayor.
El camino de México estaba abierto. En
la tarde del 31 de octubre, recibió el Virrey un pliego llevado por Jiménez y
Abasolo intimando a la rendición. No contestó Venegas pero ordenó la inmediata
retirada de los emisarios.
Acudió Venegas a exaltar el fanatismo
religioso y la tarde del propio 31 de octubre, proclamó generala de las tropas
realistas a la Virgen de los Remedios. Las señoras con el nombre de Patriotas
Marianas, se alistaron para velar la virgen en la catedral.
Premió Venegas a los realistas en el
Monte de las Cruces, ascendió a algunos oficiales y Agustín de Iturbide recibió
el grado de capitán.
Hidalgo con la vanguardia en
Cuajimalpa y el ejército en el Monte de las Cruces, permaneció inactivo el 31
de octubre y el 1 de noviembre.
El día 2 se supo en México que Calleja
y Flon, avanzaban a marchas forzadas al socorro de la capital.
Se supo después que el Ejército
Independiente se retiraba hacia Toluca.
Algunos se explicaban la retirada por
los movimientos de Calleja; otros aluden la falta absoluta de parque. Otra
causa pudo ser la reducción del número de combatientes del ejército de Hidalgo.
Se alude también al inicio del desacuerdo entre Hidalgo y Allende.
Una digresión referida a Calleja:
Felix Calleja del Rey, llegó a México en 1789, acompañando al Virrey Anzanza.
Los Virreyes Marquina e Iturrigaray, lo estimaron por sus dotes y arrojo.
Garbay le concedió el empleo de Brigadier y lo mandó a San Luis Potosí.
En el momento que se proclamó la
independencia, Calleja mandaba la Décima Brigada, gozaba de fama de valiente y
enterado en las lides de la guerra.
Supo de la Proclamación de la
Independencia en su finca Bledos al sur de la ciudad, se trasladó a San Luis,
el 17 de septiembre, convoca a las autoridades, propietarios y prelados de los
conventos, para solicitar recursos, que le fueron otorgados con entusiasmo y amplitud.
Se distinguió el Prior del Convento
del Carmen, quien prometió 200 000 pesos, 10 000 caballos y 700 hombres
montados, donativo que al día siguiente comenzó a hacer efectivo.
Entre los propietarios ricos destacó
don Manuel Moncada, Conde de San Mateo Valparaíso y Marqués del Jaral, quien
formó con sus sirvientes un escuadrón, del que tomó el mando con categoría de
coronel.
Calleja puso en armas los regimientos
de Dragones de San Luis y San Carlos; pidió hombres y caballos a los pueblos y
haciendas de su distrito. Salió con sus tropas a situarse en Las Pilas, cercana
a San Luis.
Francisco Javier Venegas ordenó a Calleja que
marchara a Querétaro; cuando llego la orden, Hidalgo ya marchaba sobre
Guanajuato y contestó Calleja que no podía apartarse de San Luis.
Riaño, Intendente de Guanajuato
insistió de nuevo, pero Calleja no movió
sus ejércitos.
Por fin salió de allí el 24 de octubre
tomando rumbo a Dolores, donde debieron unírsele las fuerzas de Flon, que
habían salido el 22 de Querétaro para realizar la unión de las dos divisiones.
Calleja tomó el mando de las dos
secciones, formando una división de 2 000 infantes y 5 000 de a caballo y 12
cañones, atravesó la provincia de Guanajuato y llegó a Querétaro el 1 de
noviembre.
El día 30 y 31 de octubre Querétaro
había sido atacada por los independientes, don Miguel Sánchez y don Julián
Villagrán, combate muy rudo del que tuvieron que retirarse los independientes.
Calleja encontró comunicación del
Virrey en las que pedía auxilio para la Capital. Salió Calleja el 3 y en la
mañan a del 6 su avanzada se encontró con Hidalgo cerca de Arroyo Zarco, quien
al retirarse del Monte de las Cruces, volvió a pasar por Toluca e Ixtlahuaca.
Lo atacó Calleja y las tropas de Hidalgo se
desbandaron, dejando en poder de
los realistas gran botín y 600 prisioneros.
En su parte al Virrey, Calleja exageró
las cifras, pero por el informe del Justicia de Aculco, se sabe que fueron 95
muertos y heridos 43.
Calleja regresó a Querétaro y en San
Juan del Río publicó un bando en el que en nombre del Virrey, concedía indulto
y perdón a todos los que abandonaran las filas de los independientes,
exceptuando sólo a Hidalgo, Allende, los dos Aldamas y Abasolo.
Venegas ratificó el bando publicándolo
en México el día 12 de noviembre.
Después del combate de Aculco, Hidalgo
y Allende separados por la confusión
marcharon, el primero a Valladolid y el segundo a Guanajuato.
El Intendente Gómez y el ayuntamiento
de Guanajuato aclamaron con entusiasmo a los defensores de la independencia.
Allende se ocupó de preparar la
defensa de la ciudad llamó a varios jefes para que se le reunieran, asoció el
sentimiento patriótico al sentimiento religioso e hizo celebrar una misa solemne y una procesión en
que condujeron la imagen de la virgen
patrona, Aldama, Abasolo y Arias.
Allende escribió a Hidalgo reprobando
su marcha a Guadalajara “ Sería tratar de la seguridad propia y no de la común
felicidad “ y terminaba diciendo “ yo no
soy capaz de apartarme del fin de nuestra conquista; más si empezamos a tratar
de las seguridades personales, tomaré el separado partido que me convenga, lo
que será imposible practique siempre que
usted se preste con vigor a nuestra empresa y usted y no otro debe ser
el comandante de estas tropas “. Hay otra misiva más enérgica, en la cual
termina diciendo “ por el contrario vuelvo a jurar que si usted procede
conforme a nuestros deberes, seré
inseparable y siempre consecuente amigo de usted “.
Hidalgo a pesar de todo se fue a
Guadalajara.
Calleja en cambio salió a Querétaro el
día 15 de noviembre y después de reducir a Celaya, Salamanca e Irapuato,
dividió su ejército en dos columnas, una mandada por el mismo que ocupo la
Valenciana y la otra por Flon que ocupó la altura de las Carreras y el cerro de
San Miguel.
Allende y los demás jefes abandonaron
la ciudad de Guanajuato.
Calleja , después de condenar a muerte
a todos los que tomaron parte en la revolución o de alguna forma la sirvieron,
mando levantar horcas en las plazuelas. El día 29 fueron ahorcados los dos
últimos condenados.
Antes de salir de Guanajuato mando
presos a varios conventos de Querétaro a los eclesiásticos que habían incitado
al pueblo a la defensa. Desmontó la casa de moneda y mandó las máquinas y el
gran Cañón, llamado Defensor de América, a la Ciudad de México.
El 17 de Noviembre salió Hidalgo de Valladolid a Guadalajara. En Zamora fue
recibido con grandes demostraciones de júbilo, el 26 hizo su entrada a la
capital jalisciense.
Salieron a recibirlo las principales
autoridades y le ofrecieron un banquete en la villa de San Pedro. Allí recibió
las felicitaciones del cabildo eclesiástico. Las tropas de Torres le rindieron
honores de generalísimo. Todas las campanas repicaron a vuelo; luego se dirigió
a palacio, en cuyo balcón principal oyó y contesto todas las arengas de
autoridades, corporaciones y colegios.
Hasta entonces la revolución carecía
de imprenta. El Despertador Americano, creado por Hidalgo fue publicado
por primera vez el 20 de noviembre de 1810. El director fue
el Dr. Francisco Severo Maldonado.
Hidalgo debe ser juzgado, no como
soldado, sino como iniciador de una movimiento inmenso que terminó en la
independencia de la nación mexicana.
Al saber que Calleja se dirigía a
Guadalajara desde Lagos, se dispuso la salida de todo el ejército; 73 000
infantes, 20 000 de a caballo y 95
cañones se dividieron en tres cuerpos, el
primero mandado por Hidalgo y Allende, el segundo por Abasolo y el
tercero por Torres. La salida tuvo efecto el 14 y el 15. Supo Hidalgo la
derrota del enemigo en el puerto de Urepetío. Resolvió marchar contra Calleja y
ocupó las posiciones naturales que
defienden el Puente de Calderón. Nuevamente Allende se opuso a presentar batalla.
Calleja al frente de 8 000 hombres
salió de Petatitlán el 16 de enero y el
día 16 se estableció el combate que inició Flon atacando las posiciones
ocupadas por Torres, tres veces fue rechazado Flon. Galleja reagrupó las tropas
y se lanzó al asalto sobre los independientes, que retrocedieron
desordenadamente; después de 6 horas el ejército realista acampaba en las
posiciones enemigas.
Las fuerzas realistas se proponían
abrir campaña en 1811 con un plan concebido por Calleja, que consistía en hacer
converger todas las fuerzas realistas en Guadalajara : Calleja partiría desde
Guanajuato y Cruz de Valladolid, para reunirse el 15 de enero en el Puente de
Calderón. Cordero, a quien Calleja creía dueño de Matehuala avanzaría unido con
Ochoa hacia San Luis para tomar un punto equidistante de San Miguel el Grande,
Guanajuato y Querétaro. Bonavia desde Sombrerete pasaría a Zacatecas y
Aguascalientes y se situaría en León y Silao. Don Alejo García Conde,
Intendente y Gobernador de Sonora, entraría en Nueva Galicia por el norte.
Este plan perfectamente concebido por
Calleja, se frustro por las derrotas sufridas por Ochoa y Cordero, en el Puente del Carnero, que dejaron a los
independientes libre la zona norte.
Los caudillos reunidos en Guadalajara,
recibieron en la noche del 25 de diciembre aviso de que el enemigo se acercaba.
El Generalísimo convocó una junta y se propuso que el cuerpo del ejército
saliera al encuentro de Calleja, mientras un grupo numeroso atacara a Cruz para
impedirle unirse con aquel. Allende se opuso porque no confiaba en la calidad
de las tropas; propuso dejar a Calleja
entrar a Guadalajara y que los independientes en seis o más cuerpos hostilizaran a los
realistas en varias direcciones o bien retirarse a Zacatecas y unirse con
Jiménez. La Junta aprobó el plan de Hidalgo.
Después de la derrota del Puente de
Calderón, los caudillos de la independencia abandonados por sus soldados,
decidieron arrancar a Hidalgo el mando, lo que se hizo verbalmente y sin ninguna formalidad, siguió incorporado al
ejército sin ningún cargo.
Allende con el grado de generalísimo entró en
Zacatecas y considerando que no era aquel el lugar adecuado para resistir,
decidió internarse en las provincias del norte, Coahuila y Texas estaban
pronunciadas por la independencia.
En febrero de 1811, marchó el ejército
hacia Saltillo, Salinas, Charcas, Matehuala. En estos puntos quedaron los
equipos y con ellos Hidalgo. En tanto
Allende siguió a Saltillo, se le unió Jiménez y juntos entraron a la ciudad.
Hidalgo arribó con los equipos días después.
Los triunfos de las armas realistas
hicieron creer a Venegas que la revolución expiraba y creyó llegada la hora de
la amnistía, que las Cortes de España habían decretado el 15 de octubre de
1810.
Los caudillos tenían resuelto pasar a
Estados Unidos con propósito de conseguir caudales y armamento.
Allende llegando a Zacatecas había
nombrado al abogado Ignacio
Aldama embajador ante el Gobierno de los
EE.UU.
Se puso Aldama en camino, pero el 1 de
marzo fue hecho prisionero en Bexar por el presbítero José Manuel Zambrano,
director de la contra revolución en Texas.
El jefe realista Manuel Ochoa tomó
Zacatecas el 17 de febrero. Calleja salía de Guadalajara, después de ordenar
algunos fusilamientos, el 11 de febrero y el 5 de marzo llegó a San Luis y
ordenó fusilar a 5 insurgentes.
El 17 de marzo salieron de Saltillo
Allende y los demás caudillos, pasaron por Santa María, Anhelo, y el Espinazo
del Diablo.
Elizondo por su parte salió de
Monclova en la tarde del 19 y situó sus 350 hombres en Acatita de Baján;
cayeron en la celada los independientes y quedaron apresados todos y los jefes, al detener el último coche en el
que viajaba Jiménez, Arias, Allende, un hijo de este, disparó su pistola sobre
Elizondo llamándolo traidor. El Joven Indalecio Allende murió, Arias gravemente
herido murió en pocas horas; Hidalgo que venía atrás a caballo, fue también
aprehendido, Solo logró escapar Iriarte que regresó a Saltillo para unirse a
Rayón. Las fuerzas independientes fueron traicionadas por Elizondo.
Hidalgo, Allende, Aldama, Mariano
Hidalgo, Balleza, José Santos Villa, José Mariano Jiménez, Abasolo, Camargo,
Zapata, Lanzagorta, Fray Gregorio de la Concepción, Santa María, Valencia, José
María Chico, Portugal, Manuel Ignacio Solís,
quedaron prisioneros, además de brigadieres, corones y otros.
Con cruel rigor fueron tratados, se
les encadenó, fueron blanco de insultos, obligaron a muchos a caminar a pie y
así hicieron su entrada a Monclova, en donde encerrados en estrecha y sucia
cárcel, permanecieron hasta el 26 de marzo.
En Alamo fueron separados los
eclesiásticos y conducidos a Durango, con excepción de Hidalgo, que en unión de
los principales caudillos, continuaron hacia Chihuahua, residencia del
Comandante General de Provincias Internas a quien correspondía la formación de
las causas, por haber sido aprehendidos en territorio de su mando.
El 23 de abril llegaron los
prisioneros a Chihuahua. Se nombró para la instrucción de los sumarios a Juan
José Ruiz de Bustamante, que el 6 de
mayo nombró un consejo de guerra para que sentenciara. A don Angel Abella,
Administrador de Correos de Zacatecas le encomendó la formación de las causas de Hidalgo, Allende,
Aldama y Jiménez.
Abella nombró Secretario de Actuación
al soldado Francisco Salcido y tomó primera declaración a Hidalgo el 7 de mayo.
Por oficio de Calleja se supo en México el 8 de abril el
suceso de Acatita de Baján y en fecha cercana llegó la noticia a Guadalajara,
en ambos sitios y otras ciudades se celebró con extraordinario esplendor el
acontecimiento.
Elizondo por su traición fue
despreciado, logró por su ardid ascenso a coronel, pero un español fingiéndose loco lo asesinó.
Los cargos que se formularon a
Hidalgo, Allende y Jiménez fueron propiamente los mismos. Se les acuso de
asesinatos y saqueos en San Miguel, Valladolid, Guadalajara, Charcos y
Matehuala.
Condenados a muerte por el tribunal
especial, los jefes de la revolución fueron fusilados por la espalda, como
traidores.
Hidalgo recluido en una cárcel
pestilente, sufriendo mal tratos y sujeto a infames interrogatorios, presionado
para que delatara a sus compañeros, recibió tres meses de acoso moral.
Los caudillos fueron fusilados en
diversas fechas, el día 10 de mayo, Ignacio Camargo, Juan Bautista Carrasco; el
11, Francisco Lanzagorta Mireles; el 1 de junio, José Ignacio Rayón, Nicolás
Zapata, José Santos Villa, Mariano Hidalgo y Pedro León. El 26 de junio,
Ignacio José Allende, José Mariano
Jiménez, Manuel Santamaría y Juan Aldama. El 27 del propio junio, José María
Chico, José Salas, Vicente Valencia y Onofre Gómez Portugal.
Fueron condenados a prisión y
confiscación de bienes Abasolo enviado a España, donde murió en 1819. Andrés
Molina y Aranda, Carlos Martínez, Ignacio Maldonado. Algunos otros fueron condenados a 10 años de prisión.
Fueron fusilados en Monclova, El
abogado Ignacio Aldama y el fraile Juan Salazar, aprendidos en Bexar, Texas.
El mismo destino tuvieron los
eclesiásticos que fueron llevados a Durango, Mariano Balleza, Ignacio Hidalgo,
Bernardo Conde, Pedro Bustamante, Carlos Medina, Ignacio Jiménez y fray
Gregorio de la Concepción.
Matar a Hidalgo no fue cosa fácil. La
historia señala que el pelotón de fusilamiento a pesar de que Hidalgo
señalaba con su mano el corazón como
destino de los disparos, en la primera descarga solamente le invalidaron un
hombro, en el siguiente disparo lograron herir sus intestinos, en la tercera
ocasión lastimaron el tórax , pero debieron recurrir al tiro de gracia para terminar la tarea. Se
supone que los soldados tenían personales reservas sobre su fusilamiento.
La Independencia de México queda
sembrada en la nación y muy pronto sería una realidad. Nuestros Caudillos,
Nuestros Héroes, fueron creciendo en los ánimos nacionales que los revaloraron
y los colocaron en los monumentos afectivos de la República y en los de roca
que les han erigido los buenos mexicanos.
Parecería que en el Puente de Calderón,
el 17 de enero de 1911, terminaba la
lucha independentista, pero sólo concluía la primera etapa bélica de la
independencia.
Compilación:
Rigoberto Castillo Míreles.
A
P E N D I C E.
Los
Virreyes de la Nueva España.
1550.-
Don Luis de Velasco.- Fundación de Querétaro.
1552.-
Fundación de Pachuca.
1554.-
Fundación de Guadalajara.
1566.-
Don Gastón de Peralta.- Fundación de León.
1568.-
Don Martín Enríquez de Almanza.
Bernal
Díaz del Castillo. Escribe “ Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva
España.
1576.-
Fundación de San Luis Potosí.
1585.-
Alvaro Manrique de Zúñiga.
1746.-
Francisco de Güemes y Horcasitas. Conde de Revillagigedo.
1783.-
Matías de Gálvez.
1785.-
Bernardo de Gálvez.
1794.-
Miguel de la Cruz Talamanca y Branceforte.
1798.-
Miguel José de Azanza.
1800.-
Felix María Berenger de Marquina.
1803.-
José de Iturrigaray.
1808.-
Pedro Garibay, por Aprehensión de Iturrigaray.
1809.-
Francisco Javier Lizana y Beaumont.
1809.-
Venegas Francisco Javier, nombrado Virrey en lugar de Francisco Javier Lizana
Beaumont.
1813,-
Felix María Calleja del Rey.- Regresa a España en 1816.
Excomunión de Miguel Hidalgo
NOS, LOS INQUISIDORES APOSTOLICOS CONTRA LA
HERÉTICA,
Pravedad y Apostasía, en la Ciudad de México,
Estados y Provincias de esta Nueva España, Guatemala, Nicaragua, Islas
Filipinas, sus Distritos y Jurisdicciones, por Autoridad Apostólica, Real y
Ordinaria, etc.,
A vos, Br. Don Miguel Hidalgo y Costilla, Cura de la Congregación de Los
Dolores en el Obispado de Michoacán, titulado Capitán General en el Ejército de
los Insurgentes.
SABED QUE ANTE NOS COMPARECIO EL SEÑOR INQUISIDOR Fiscal de este Santo
Oficio e hizo presentación en forma de un proceso, que tuvo principio en el año
1800 y fue continuado a su instancia el de 1809, del que resultó comprobado
contra vos, el delito de herejía y apostasía de nuestra Santa Fe Católica, y
que sois un hombre sedicioso, cismático, y hereje formal por las doce
proposiciones que habéis proferido y procurado enseñar a otros, han sido la
regla constante de vuestras conversaciones y conducta, y son en compendio las
siguientes:
Negáis, que Dios castiga en este mundo con penas corporales. La
autenticidad de los lugares sagrados de que consta esta verdad. Habéis hablado
con desprecio de los Papas y del gobierno de la Iglesia, como manejado por
hombres ignorantes, de los cuales, uno que acaso estaría en los infiernos,
estaba canonizado. Aseguráis que ningún judío, que piense con juicio, se puede
convertir, pues no consta la venida del Mesías, y negáis la perpetua virginidad
de la Virgen María. Adoptáis la doctrina de Lutero, en orden a la Divina
Eucaristía y a la confesión auricular, negando la autenticidad de la Epístola
de San Pablo a los de Corintio, y asegurando que la doctrina del Evangelio de
este Sacramento está mal entendida, en cuanto a que creemos la existencia de
Jesucristo en él... tenéis por inocente y lícita... (palabra ilegible)...la
fornicación...(ilegible)...contrario y consiguiente, el mecanismo de la
naturaleza, por cuyo error habéis sido tan libertino, que hicisteis pacto con
vuestra manceba ...(ilegible)...para forni...(ilegible)...a que para lo mismo
le buscarías a ella, hombres, engañándola, que no hay infierno, ni Jesucristo;
y finalmente, que sois tan soberbio, que decís que no os han graduado de doctor
en esta Real Universidad, por ser su Claustro una cuadrilla de Ignorantes; y
dijo que temiendo o habiendo llegado a percibir que estabais denunciado al Sto.
Oficio, os ocultasteis con el velo de la vil hipocresía, de tal modo, que se
aseguró en informe, que se tuvo por verídico, que estabais tan corregido, que
habías llegado al estado de un verdadero escrupuloso, con lo que habíais
conseguido suspender nuestro celo, sofocar los clamores de la justicia, y que
diésemos una tregua prudente a la observación de vuestra conducta; pero que
vuestra impiedad represada por temor, había prorrumpido como un torrente de
iniquidad, en estos calamitosos días, poniéndoos, a la cabeza de una multitud
de infelices que habéis seducido, y declarado la guerra a Dios y a su Santa
Religión, y a la Patria, con una contradicción tan monstruosa, que publicando
según aseguran los papeles públicos, errores groseros contra la Fe, alarmáis a
los Pueblos para la sedición, con el grito de la Santa Religión, con el nombre
y devoción a SANTA MARIA DE GUADALUPE, y con el de FERNANDO SÉPTIMO, nuestro
deseado y jurado Rey; lo que alegó en prueba de vuestra apostasía de
vuestra fé católica y pertinacia en el error, y últimamente nos pidió que os
citásemos por Edicto y bajo la pena de excomunión mayor, os mandásemos que
comparecieseis en nuestra audiencia, en el término de treinta días perentorios,
que os Señala por término desde la fijación de nuestro Edicto, pues de otro
modo no es posible hacer la citación personal. Que circula dicho Edicto en todo
el Reino, para que todos los fieles y católicos habitantes sepan, que los
promoto9res de la sedición e independencia, tienen cor Corifeo a un Apóstata de
la Religión a quien igualmente, que al Trono de Fernando Séptimo, ha declardo
la guerra.
Y en el caso de no comparecer, se os siga la causa de rebeldía, hasta
relaxación en Estatua.
Y Nos, visto su pedimento ser justo y conforme a derecho y a la información
que contra vos se ha hecho, así del delito de Herejía y Apostasía, de que
estáis testificado y de la vil hipocresía con que eludisteis nuestro celo, y os
habéis burlado de la Misericordia del Santo Oficio, como de la imposibilidad de
citaros personalmente por estar resguardado del ejército de insurgentes que
habéis levantado contra la Religión y la Patria, mandamos dar y dimos ésta
nuestra carta de citación y llamamiento por la cual os llamamos y citamos, para
que desde el día en que fuere introducido en los Pueblos que habéis sublevado,
hasta los 30 siguientes, leída y publicada en la Santa Iglesia Catedral de esta
Ciudad, Parroquias y Conventos, y en la de Valladolid y Pueblos fieles de
aquella Diócesis, comarcamos de los de vuestra residencia parezcáis
personalmente en la Sala de nuestra Audiencia, ante Nos, a estar a drecho con
dicho Señor Inquisidor Fiscal, y os oiremos y guardaremos justicia; en otra
manera, pasado el sobredicho término, oiremos al dicho Señor Fiscal y
procederemos en la causa sin llamaros ni citaros, y se entenderán las
siguientes providencias, con los estrados de ella hasta la sentencia
definitiva, pronunciación y ejecución de ella inclusive, y os parará tanto
perjuicio, como si en vuestra persona se notificara. Y mandamos que esta carta
se fije en todas las Iglesias de nuestro Distrito, y que ninguna persona
rasgue, ni chancele, ni quite, bajo la pena de Excomunión Mayor y de quinientos
pesos aplicados para los gastos del Santo Oficio y de las demás que imponen el
derecho canónico y Bulas Apostólicas contra los fautores de herejías; y
declaramos incursos en el crimen de fautoría y en las sobredichas penas, a
todas las personas, sin excepción, que aprueben vuestra sedición y reciban
vuestras proclamas, mantengan vuestro trato y correspondencia espitolar, y os
presten cualquier género de ayuda y favor, y a los que no denuncien y obliguen
a denunciar a los que favorezcan vuestras ideas revolucionarias, y de
cualquiera modo las promuevan y propaguen, pues todas se dirigen a derrocar el
Trono y el Altar, de lo que no deja duda la errada creencia de que estáis
denunciado, y la triste experiencia de nuestros crueles procedimientos, muy iguales,
así como la Doctrina, a los del perdido Lutero en Alemania. En Testimonio de lo
cual, mandamos dar y damos la presente firmada de nuestros nombres, y sellada
con el sello del dicho Santo Oficio, y refrendada de uno de los Secretarios del
Secreto de él.- Dado en la Inquisición de México, y Sala de Nuestra Audiencia,
a trece días del mes de octubre de mil ochocientos diez.
Dr Bernado de Prado
Lic. D. Isidoro Saiz de Albfaro y Ovejero y Beaumont
Por mandato del Santo Oficio Dr. D. Luis Calvo de la Castilla Secretario
Texto de la excomunión de Hidalgo
"Por la autoridad de Dios Todopoderoso, el Padre, Hijo y Espíritu
Santo, y de los santos cánones, y de la inmaculada Virgen María madre y nodriza
de nuestro Salvador, y de las vírgenes celestiales, ángeles, arcángeles,
tronos, dominios, papas, querubines y serafines, y de todos los santos
patriarcas y profetas; y de los apóstoles y evangelistas; y de los santos
inocentes, quienes a la vista del Santo Cordero se encuentran dignos de cantar
la nueva canción, y de los santos mártires y de los santos confesores; y de las
vírgenes y de los santos y elegidos de Dios, lo excomulgamos y anatemizamos y
lo secuestramos de los umbrales de la Iglesia del Dios omnipotente, para que
pueda ser atormentado por eternos y tremendos sufrimientos, juntamente con
Satán y Abrirán, y aquellos que dicen al Señor ¡apártate de nosotros porque no
deseamos ninguno de tus caminos! y así como el fuego del camino es extinguido
por el agua, que sea la luz extinguida en él para siempre.
Que el Hijo, quien sufrió por nosotros, lo
maldiga.
Que el Espíritu Santo, que nos fue dado en
nuestro bautismo, lo maldiga.
Que la Santa Cruz a la cual ascendió Cristo por
nuestra salvación, triunfante de sus amigos, lo maldiga.
Que la Santa y eterna Virgen María madre de Dios
lo maldiga.
Que todos los ángeles y arcángeles, principados y
potestades, y todos los ejércitos celestiales lo maldigan.
Que San Juan el Precursor, y San Pedro y San
Pablo y San Juan el Bautista, y San Andrés y todos los demás apóstoles de
Cristo juntamente lo maldigan.
Ojalá que el resto de sus discípulos y los cuatro
evangelistas quienes por sus predicaciones convirtieron al mundo universal; y
ojalá que la santa compañía de mártires y confesores, quienes por sus santas
obras se han encontrado agradables al Dios Todopoderoso lo maldigan..
Ojalá que todos los santos desde el principio del
mundo y todas las edades quienes se hallan ser amados de Dios, le condenen; y
ojalá que los cielos y la tierra y todas las cosas que hay en ellos le
condenen.
Que sea condenado en donde quiera que esté en la
casa o en el campo; en los caminos o en las veredas; en las selvas o en agua, o
aún en la Iglesia.
Que sea maldito en el vivir y en el morir; en el
comer y en el beber; en el ayuno o en la sed; en el dormitar y len el dormir;
en la vigilia o andando; mingiendo o cancando, y en todas las sangrías.
Que sea maldito interior y exteriormente.
Que sea maldito en la corona de su cabeza y en
sus sienes, en frente y oídos, en sus cejas y mejillas, en sus quijadas y
narices, en sus dientes, en sus labios y garganta; hombros y muñecas; en sus
brazos, manos y dedos.
Que sea condenado en sus venas, muslos, caderas,
piernas, pies y uñas de los pies.
Que sea maldito en todas las junturas y
articulaciones de su cuerpo.
Que desde la parte superior de su cabeza hasta la
planta de sus pies, no haya nada bueno en él.
Que el Hijo del Dios viviente, con toda la gloria
de su majestad, lo maldiga, y que el cielo, con todos los poderes que hay en
él, se subleve contra él, lo maldigan y lo condenen. Amén. ¡Así sea!
Amen".
RESPUESTA DEL PADRE HIDALGO:
A la excomunión y terribles anatemas lanzados
contra don Miguel Hidalgo y Costilla por el obispo de Michoacán, Manuel Abad y
Queipo --nunca levantados por más que la iglesia asegura hoy día lo contrario--
el Padre de la Patria respondió con firmeza y decisión:
“Los opresores no tienen armas ni gentes para
obligarnos con la fuerza a seguir en la horrorosa esclavitud a que nos tenían
condenados. ¿Pues qué recurso les quedaba? Valerse de toda especie de medios
injustos, ilícitos y torpes que fuese, con tal que conduzcan a sostener su
despotismo y la opresión de la América; abandonan hasta la última reliquia de
honradez y hombría de bien, se prostiuyen las autoridades más recomendables,
FULMINAN EXCOMUNIONES QUE NADA MAS QUE ELLOS SABEN QUE NO TIENEN FUERZA ALGUNA:
PROCURAN AMEDRENTAR A LOS INCAUTOS Y ATERRORIZAR A LOS IGNORANTES PARA QUE
ESPANTADOS CON EL NOMBRE DEL ANATEMA, TEMAN DONDE NO HAY MOTIVO DE TEMER”.
“¿Quién creería, amados conciudadanos, que
llegase hasta este punto el descaro de los gachupines? ¿Profanar las cosas más
sagradas para asegurar su intolerable dominación? ¿Valerse de la misma religión
santa para abatirla y destruirla? ¿Usar de excomuniones contra toda la gente de
la Iglesia, fulminarlas sin que intervenga motivo de Religión?”.
ABRID LOS OJOS AMERICANOS, NO OS DEJEIS SEDUCIR
DE NUESTROS ENEMIGOS; ELLOS NO SON CATÓLICOS SINO POR POLÍTICA; SU DIOS ES EL
DINERO, Y LAS CONMINACIONES SOLO TIENEN POR OBJETO LA OPRESIÓN. ¿Creíais acaso
que no puede ser verdadero católico el que no esté sujeto al déspota español?
¿De dónde nos ha venido este nuevo dogma, éste nuevo artículo de fé? ABRID LOS
OJOS, vuelvo a decir, meditad sobre vuestros verdaderos intereses; de éste
precioso momento depende la felicidad o la infelicidad de vuestros hijos y
de vuestra numerosa comunidad. Son ciertamente incalculables, amados
conciudadanos míos, los males a que quedan expuestos, si no aprovecháis este
momento feliz que la Divina Providencia os ha puesto en las manos; NO ESCUCHEIS
LAS SEDUCTORAS VOCES DE NUESTROS ENEMIGOS QUE BAJO EL VELO DE LA RELIGIÓN Y DE
LA AMISTAD OS QUIEREN HACER VICTIMA DE3 SU INSACIABLE CODICIA”.
Así respondió este hombre extraordinario a la
Santa Inquisición y aún prisionero en Acatitla de Baján, en manos del terrible
tribunal mantuvo su actitud digna, aunque atado y a culatazos, le obligaron a
arrodillarse para escuchar su sentencia de muerte y degradación sacerdotal.
Al alba del 30 de julio de 1811 se ejecutó la
sentencia por una docena de soldados que le fusilaron. El cadáver de Hidalgo,
en una silla colocada sobre una tarima fue expuesto al público a la derecha de
la puerta principal del Colegio de la Compañía, hoy Palacio de Gobierno de
Chihuahua, frente a la plaza. Al anochecer se le introdujo al edificio y
tendido sobre unas tablas, llamaron a un indio tarahumara para que de un solo
tajo le cortara la cabeza con un machete.
Tras una larga peregrinación por Chihuahua,
Zacatecas, Lagos de Moreno, León y Guadalajara, para escarmiento de los
insurgentes, la cabeza conservada en sal se colocó en un pica y permaneció
durante muchos años en la alhóndiga de Granaditas, junto con las de Allende,
Aldama y Jiménez, una en cada esquina, hasta que las retiró el pueblo en 1821.
Visto lo anterior ¿Tiene algún caso que el
Episcopado diga que se levantó la excomunión? ¿Puede existir entonces alguna
justificación para que el arzobispo Corripio estuviese en la parroquia de
Dolores tres días antes de la celebración cívica del Grito por nuestras
autoridades?
Ninguna, y ahí están las propias palabras de
Hidalgo al responder a quienes le anatemizaron.“¡Abrid los ojos conciudadanos!”
Ya es tiempo de abrirlos ¿No cree usted?
Publicado en el DIARIO DEL SURESTE (periódico a
cargo del Gobierno del Estado de Yucatán) - Lunes 7 de octubre de 1985
puntoXpunto – DE AGENCIA MEXICANA DE INFORMACIÓN - Hidalgo -
Excomunión y fusilamiento.
HIDALGO Y LA PATRIA
Las conciencia histórica deberá ser guía de
nuestras acciones diarias. Sólo la cabal comprensión del pasado, nos permitirá
entender el sentido de nuestro presente y de nuestro futuro; México tiene en su
historia una de las más ricas fuentes de inspiración y fortaleza. Es en ella
donde debemos buscar los ejemplos de voluntad, perseverancia y patriotismo que
reclamen las circunstancias. Siempre será útil traer a la memoria, que en los
peores momentos, hemos sabido salir adelante, más fuertes y mejor constituidos,
porque tenemos conciencia de nuestra identidad nacional y del vigor que tenemos
como pueblo.
El pueblo que olvida su historia, para bien o
para mal, suele repetirla; los mexicanos tenemos memoria, sabemos de donde
venimos, lo que hacemos, y estamos conscientes hacia donde vamos. Por ese
saber, en este día, gobernantes y gobernados, estamos antes uno de los altares
de la patria, erigido a los héroes de la Independencia, para recordar y no
olvidar jamás, que el 13 de agosto de 1521 se derrumbó Tenochtitlán bajo el
ataque devastador de las huestes de Hernán Cortés.
La conquista española fue lisa y llanamente eso,
sólo una conquista; el triunfo del más fuerte. El fuerte que sojuzga al débil
para explotarlo. El fin fundamental del conquistador peninsular tiende en
esencia, a su enriquecimiento a costa del indio de América. El que soportó a lo
largo de tres siglos la opresión originada por la encomienda y los latifundios.
En el año de 1810 las condiciones estaban dadas:
el movimiento criollo inspirado en las ideas de la revolución francesa; el
ejemplo de la independencia de Estados Unidos; y posteriormente la invasión
napoleónica en España.
Todo esto aunado a las condiciones internas
dieron pauta para que surgiera el intento de realizar un viejo sueño de
libertad e independencia, para que germinara la semilla de la
emancipación.
¡VIVA LA INDEPENDENCIA!
¡VIVA AMERICA!
¡MUERA EL MAL GOBIERNO!
Así fue pronunciado el auténtico "Grito de
Dolores" por Don Miguel Hidalgo y Costilla al amanecer del día 16 de
Septiembre de 1810, y ese grito, después de 187 años(*), repercute aún
haciéndolo vibrar como eco revolucionario del acto político más trascendente
del pueblo mexicano.
Hidalgo sabía bien el alcance y significado
político de su grito, !VIVA LA INDEPENDENCIA!, porque así lo quiere este pueblo
después de la experiencia de tres siglos de yugo bajo un poder extranjero y por
conservarla ha de luchar en todo tiempo y ante cualquier enemigo.
¡VIVA AMERICA! Porque el mexicano reconoce su
solar patrio dentro del ámbito continental, así como su solidaridad con sus
hermanos y vecinos geográficos.
¡MUERA EL MAL GOBIERNO!, porque Hidalgo no sólo
buscaba la independencia del poder extranjero, sino la exterminación de los
opresores gobernantes que habían permitido la explotación y sojuzgamiento de la
base del pueblo mexicano.
Miguel Hidalgo, aceptó encabezar el movimiento de
Independencia aún a sabiendas, según sus propias palabras, que los autores de
semejantes empresas nunca gozan del fruto de ellas.
Los ideólogos que junto a Hidalgo contribuyeron a
forjar nuestra Independencia fueron: Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano
Matamoros; Josefa Ortiz de Domínguez, José Ma. Morelos, Vicente Guerrero y
otros más.
Hidalgo, preocupado por la situación indigente
del pueblo, castas y esclavos que le siguieron, publicó los decretos sociales
más avanzados de la épocas, el primero el 5 de diciembre de 1810, expedido en
la ciudad de Guadalajara, en el que dio un evidente sentido agrario a la lucha
por la Independencia, al establecer el reparto de las tierras de cultivo entre
los indígenas y el goce exclusivo de las tierras de comunidad en beneficio de
aquellos.
Sus ideas de igualdad lo llevaron a contemplar al
esclavo como ser humano, con las mismas prerrogativas de cualquier ciudadano.
Publicó en Valladolid (Morelia) el 19 de octubre de 1810, un decreto sobre la
abolición de la esclavitud y del pago de tributos y otras gabelas impuestas a
las castas; prevenía a todos los dueños de los esclavos los pusieran en
libertad, otorgándoles las necesarias escrituras para que pudieran tratar y
contratar, comparecer en juicio, otorgar testamento y ejecutar las demás cosas
que hacían las personas libres.
México nació bajo la inspiración y el aliento
creador de un hombre superior, admirado y reconocido aún por sus enemigos como
una figura excepcional por su talento y su cultura; intelectual, maestro,
civilizador, reformador y mártir, Hidalgo, señorea con su figura gigante el
paisaje mexicano.
Según el acta bautismal de Cuitzeo de los Naranjos,
fue el 8 de mayo de 1753 cuando la Hacienda de Corralejo, Guanajuato vio nacer
a Miguel Gregorio Antonio Ignacio, hijo de Cristóbal Hidalgo y Costilla y Ana
María Gallaga. Fueron, pues, los horizontes mexicanos los que lo vieron crecer,
como fueron los pueblos mexicanos los que le hicieron sentir sus pobrezas y
percibir sus tragedias, por eso no le importaba el origen español de sus
ancestros, pues era superior y más trascendente la razón de su causa que el
fervor de su sangre.
Fue un estudiante esclarecido, por eso sus
compañeros le decían "El Zorro". Su incansable actividad intelectual
le valió el mote de "Hormiga trabajadora de Minerva". En verdad, la
sabiduría era luz de su camino y meta para servir mejor a su patria. Era el zorro
y era la hormiga, era la astucia y la laboriosidad.
Era asiduo lector de autores franceses y
aumentaba sus anhelos libertarios en el ideario de la revolución francesa, por
eso su casa era conocida como "La Francia Chiquita". Un ideario
revolucionario había penetrado en la conciencia de Miguel Hidalgo y Costilla.
Hidalgo era presbítero desde 1779, pero su
principal sacerdocio fue la ciencia porque sabía que de ella desprendía las
verdades para redimir, para iluminar.
Era un reformador porque quería que la iglesia
fuera fuente de redención espiritual, que se respetaran todas las creencias y
que nadie las utilizara para la explotación del hombre.
Hidalgo fue maestro en el amplio sentido de la
responsabilidad, en el concepto de que la educación debe modificar la conducta
de los hombres para hacerlos cívicamente superiores, solidariamente fuertes.
Pan y Cultura para el hombre, fue la fórmula salvadora que trazó Hidalgo sobre
la faz inmaculada de la Patria, simbolizando que la independencia sin la luz de
la cultura nunca será completa.
Así era el hombre: firme en sus decisiones, tenaz
en su lucha libertaria, rebelde contra la injusticia, así vinieran de los
hombres o de las instituciones de la colonia, desfanatizador por excelencia en
sus luchas contra las supersticiones, intelectual de gran valor universal,
sabio redentor de las conciencias.
Miguel Hidalgo recibió la oferta del perdón de su
vida a cambio de su rendición incondicional, a lo que contestó: "el
indulto es para los criminales, no para los defensores de la Patria". El
movimiento de Hidalgo, a más de mostrar a los mexicanos el camino para lograr
la independencia, hizo surgir en ellos la idea de patria. Antes de septiembre
de 1810 no existía la patria mexicana: es a partir de ese momento cuando se
empezara a luchar por ella. (......)
A pesar de la innegable heroicidad de Miguel
Hidalgo y Costilla, los miopes de la libertad negaron su grandeza, los que
perdieron canonjías, llenaron de odio su figura, los que se deslumbraron con su
enorme cultura llenaron de envidia su torpe conciencia; por eso le
desconocieron sus cargos, lo aprehendieron y lo asesinaron, pero el tribunal de
la historia lo reconoció amorosamente como PADRE DE LA PATRIA independiente y
soberana que alimentó con su sangre e hizo grande con su esfuerzo creador.
Soberanía e independencia, son conceptos de una
filosofía política que los mexicanos hemos aprendido en el sacrificio heroico
de aquellos que para nuestra libertad ofrendaron la suya propia. Rendir
homenaje póstumo a nuestros héroes, nos dignifica como pueblo y nos compromete
con el pasado ya que en cada página de su vida encontramos lecciones
permanentes de nacionalismos, valor civil y amor por su pueblo.
Hoy vivimos, una nueva etapa, son tiempos
distintos, encaramos nuevos desafíos, vivimos con el afán de perfeccionar
nuestra democracia; sabemos bien, que ésta sólo se alcanza, con el esfuerzo de
todos, con la participación de las fuerzas políticas del país; con el respeto a
la ideología, al sentimiento y a la voluntad de los ciudadanos; conscientes de
que el poder dimana, única y exclusivamente del pueblo.
Hoy tenemos independencia, pero para que esta sea
una independencia política plena, se hace necesario e indispensable, contar con
una independencia económica total, ajena a todo vaivén sexenal, por tal motivo,
se analizar y en su caso aprobar y establecer en México una política económica
de estado, que garantice plenamente la permanencia de los recursos en nuestro
país.
Juntos, pueblo y gobierno, estamos construyendo
una etapa más en la historia de un México más maduro. Sin embargo, ciudadanos,
debemos ser cuidadosos, existen quienes pretenden manejar las decisiones
gubernamentales como si estas fueran en conjunto un juguete nuevo.
Debemos ser cuidadosos, pues en la actualidad
existen quienes pretenden revivir viejos antagonismos arraigados en México y
con ello entorpecer la armonía que ha caracterizado a las corrientes
ideológicas libres y comprometidas con el desarrollo del hombre.
El futuro de México y de Tamaulipas es
promisorio. Debemos aprender de la historia para no cometer más errores.
Debemos aprender de la historia, para entender nuestra misión. Debemos aprender
de la historia para enseñar y transmitir a nuestros hijos, el amor a la patria.
Debemos aprender de la historia, para entender, que lo único que hace feliz al
hombre, es sólo la libertad. Gritemos al mundo nuestra libertad, pero también
gritemos al mundo, nuestra madurez como nación.
Miguel García Mejía