miércoles, 2 de abril de 2014

Miguel Hidalgo



LA INDEPENDENCIA DE MEXICO.
La independencia de México, al igual que la de las restantes  colonias españoles en América, obedeció al desarrollo histórico del Imperio Español y sus dependencias y es el resultado de un proceso universal que afecta, aún cuando el tiempo y forma diversos, a los potencias colonizadoras.
Los acontecimientos políticos  operados en 1775, entre ellos la separación de las colonias americanas de su metrópoli, la Revolución Francesa y la caída de la Monarquía; el ascenso de Napoléon al poder, la ocupación de España, la abdicación de sus monarcas y la guerra de Independencia del pueblo español,  representaron la coyuntura, el momento oportuno, para que los Mexicanos manifestasen su deseo de gobernarse por sí solos y también un ejemplo  a seguir, no por simple imitación sino en virtud de haberse formado en ellos una nueva conciencia, El Anhelo de independencia de los mexicanos traducía en rigor dos finalidades : una, la de liberarse de las trabas sociales que pesaban sobre la mayor parte de la población, y otra, emanciparse políticamente, los promotores de la emancipación deseaban un mejoramiento social y económico que afianzara el progreso material, bajo un régimen político liberal que lo hiciera posible, régimen que ellos darían y no se les impondría desde fuera. Emancipación Política y Emancipación Social, fueron así los móviles de la guerra de Independencia.
Si para los Europeos "La declaración de los derechos del hombre", fue la culminación de un largo proceso, para los americanos en general, y los mexicanos en lo particular, fue ésa declaración el inicio de una larga lucha comenzaba por Hidalgo, en Septiembre de 1810.
En el año de 1820, ocurrió el derrumbe del absolutismo Español y la vuelta al liberalismo en la península, lo que provoco graves temores en los grupos conservadores en la Nueva España; Clero y grandes propietarios pensaron que no era conveniente seguir a la Metrópoli en su política liberal, siendo preferible conservar a Nueva España dentro de los viejos cánones económicos y políticos, lo cual les aseguraba el predominio en el poder y la continuidad en la Dirección de la vida Política de México, por lo que les resultaba mejor independizarse de España;  movidos por éstas  ideas en 1821, los hombres que habían sacrificado a los criollos desde 1810, pensaron separarse de España y Agustín de Iturbide fue  el instrumento de las clases conservadoras.
Iturbide convenció a Guerrero, para sumarse al Plan de Iguala y conseguir la Independencia, manteniendo la unidad religiosa y la unidad de Españoles y Mexicanos, esto es, de criollos y peninsulares, quienes permanecieron en el país con toda suerte de derechos y garantías, coexistiendo así, el deseo de las clases dominantes de conservar sus privilegios y el  anhelo del pueblo  mexicano de obtener su Libertad.
La entrada que el ejercito trigarante hizo con toda solemnidad en la Cd. de México, el 27 de Septiembre de 1821, en el que iban mezclados los grupos españoles con los restos de los antiguos insurgentes marcó el fin de la lucha de Independencia y en fin de una etapa de sujeción y dominio político por parte de España.
Al consumarse la Independencia, México se encontraba con una serie de problemas, económicas, sociales, culturales y políticos. Entre los económicos podemos mencionar: Hacienda pública en bancarrota y necesidad de reorganizarla; injusta y desproporcionada distribución de la propiedad territorial, principalmente agraria; nulo o pobre desarrollo industrial que había que favorecer en todos sus campos; inexistencia de un comercio reorganizado ya que solo se comerciaba con España y en menor cuantía con Filipinas, en ese entonces Colonia Española.
La única Institución que poseía una economía solida era la iglesia, la cual era propietaria de la mayor propiedad agrícola explotable del País, contaba con efectivo y alhajas acumuladas por la devoción de los fieles durante 300 años; La iglesia  pues,  mantenía un superioridad económica frente al estado por lo que este tuvo que imponer prestamos forzosos a nacionales y extranjeros y recurrir a los empréstitos al exterior, con lo cual se inicia la deuda pública.
En lo social, el Estado, movido por los principios laborales,  equiparó legalmente a todos los mexicanos, ratificando las declaraciones de abolición de la esclavitud. Sin embargo las diferencias socioeconómicas no desaparecieron en su totalidad, agravándose algunas de ellas como fue la de los Indios. Los mestizos  rivalizaron con los criollos en el manejo de los asuntos públicos y fomentaron un sentimiento nacionalista, sin embargo los criollos representaban la mayor parte de la clase dirigente por su estatus económico y cultural y de ese grupo salió quienes dirigieron al País por mucho tiempo; se mezclaron sin resistencia con los mestizos y reciben con beneplácito a los extranjeros, principalmente a los Europeos.
En el campo cultural, México al inicial su vida nacional hallose ante una población iletrada e ignorante. Si bien existían establecimientos de alta cultura muy relevantes y una elite inteligente y preparada, eran necesario elevar los beneficios intelectuales a la mayoría la instrucción pública en su mayor parte en manos de la Iglesia estaba atrasada y no cumplía con el propósito de crear un sentimiento nacional al estado en formación; por ello era necesario arrancar de las manos del clero tan formidable de transformación.
En lo político, los esfuerzos tendieron adoptar al país de una organización jurídico - política acorde con los nuevos tiempos, aun cuando se contrariasen ciertas formas tradicionales de gobierno  y es así que de un sistema monárquico, pasamos a una República, para volver a la monarquía y de ahí  a las formas republicanas nuevamente.  Oscilamos de República federal a central en varios ocasiones y utilizamos la acción democrática liberal frente a métodos conservadores y clasistas.
En el año de 1823,  el entonces presidente de los Estados Unidos, James Monroe, hizo la declaración de que los Estados Unidos se opondrían  a todo intento de los países Europeos a reconquistar las colonias. Esta declaración fue conocida como la doctrina Monroe, que al final solamente es "AMERICA PARA LOS AMERICANOS".
Cortados los amarres económicos y políticos con España, nuestro país amplia sus relaciones con los países capitalistas en especial con Inglaterra y Estados Unidos, esto se hace principalmente, acentuando  la exportación de nuestras materias primas e importando productos manufacturados de estos países y estableciendo un sistema de préstamos que obligan a nuestro país a pagar interés cada vez más alto, lo que trae como resultado que para finales del siglo XIX  y hasta la fecha , se crearon nuevas relaciones económicas y políticas que marcan en forma definitiva nuestra situación de dependencia ya que centramos nuestras exportaciones en una pequeña variedad de productos  en general productos primarios,  es decir, productos que se extraen directamente de la naturaleza: alimentos, minerales e hidrocarburos, pero importamos productos manufacturados, a los mismos países que les exportamos.
El capital extranjero en nuestro país se encarga de desarrollar ramas de la actividad económica que conviene a su país.
Al existir un alto desarrollo tecnológico en los países desarrollados los obliga a renovar en plazos más cortos su maquinaria, por lo que estimulan la exportación de maquinaria y equipo que resultan pasadas de moda para ellos, pero que significa avance tecnológico para nosotros, pero no solo debemos gastar en la adquisición de estas máquinas si no que también pagar los llamados servicios tecnológicos, como  patentes de inversión, es así que tenemos una dependencia tecnológica.
Por lo anterior, podemos asegurar, que México es independiente políticamente desde 1821, sin embargo, esa independencia es puramente formal; ya que detrás de la situación de aparente independencia se esconde una dominación política que surge y se mantiene através  de una dependencia económica, la cual se da por las concesiones económicas que logra el capital extranjero através de su influencia en el gobierno.
En general, se efectúan préstamos y conceden ayuda económica a México, cuando logran ventajas económicas que expresan una dominación política indirecta por ejemplo:
* Reducción o supresión completa de las disposiciones que puedan trabar la importación de mercancías de los países que nos prestan.
* Autorización para exportar las ganancias de las empresas transnacionales.
* Establecimiento de tratados comerciales que faciliten la penetración de los productos de esos países.
Por eso debemos recordar siempre, que para que exista una independencia política real, debemos tener primero una independencia económica, de la cual estamos aún muy lejos de alcanzarla.
Miguel Garcia Mejia
Colegio Coordinador 

Independencia


“Sólo es digno de libertad quien sabe conquistarla cada día.”

Goethe.

Hemos festejado otro aniversario más de nuestra independencia; la nación mexicana, se deslindó del yugo y del dominio español que por trescientos años se hizo sentir en estas tierras mesoamericanas.

Hasta el día de hoy, llevamos 201 años de ser una nación libre e independiente de cualquier intervención extranjera, sin embargo, el camino no ha sido nada fácil.

Al principio, fue sumamente complicado organizar la estructura del Estado mexicano que dependía en su totalidad de la organización colonial; ese, es el principal motivo de que las figuras jurídicas de la época siguieran vigentes durante un largo tiempo después de la expulsión de los españoles, es decir, tan solo se hizo un enroque de hombres, no de instituciones.

Durante los primeros años independientes, el pueblo de México tuvo como principales vicisitudes la falta de una organización política de origen americano que dejara atrás el recuerdo de las legislaciones europeas adaptadas a los territorios colonizados; y así, mientras se creaba nuestra Constitución, pasamos de ser centralistas a federalistas en más de una ocasión, y vivimos diferentes intentos de invasión una francesa y otra norteamericana, quienes se percataron de nuestra debilidad política e intentaron aprovecharse de esa coyuntura.

El recuerdo de estos intentos intervencionistas de apoderarse de nuestras riquezas, trae a mi memoria la garra, la valentía, el amor y la esperanza con la que muchos mexicanos enfrentaron a los extranjeros y con ello nos demostraron que la unidad es posible sin importar la magnitud del conflicto.

Pero, ¿por qué tiene que verse amenazada nuestra libertad e independencia para unirnos?
Los comentarios populares nos dicen que los mexicanos no sabemos trabajar en equipo, que nos atacamos mutuamente y que no soportamos el éxito de los demás; no obstante lo anterior, tales creencias fueron rotas por las actuaciones de los hombres que nos dieron patria y de los que defendieron nuestra soberanía con las armas y con las leyes, por ello me resisto a la aceptación de la versión fatalista de que en México nunca seremos unidos.
Estos ejemplos de unidad, deben servirnos para recapacitar sobre la forma en que llevamos y conducimos a México en su paso del subdesarrollo al primer mundo; como ejemplos de unidad nacional, están Alemania y Japón, países cuyos habitantes supieron levantarse de la destrucción que les dejó la segunda guerra mundial.
¿De qué le sirve a México un discurso que diga que por culpa de los setenta años que gobernó un partido político el país se llenó de pobres?
Y de igual forma, ¿De qué nos sirve un discurso que diga que el cambio no fue capaz de transformar la pobreza alegada en riqueza?
Si no superamos nuestros complejos, sino somos capaces de escuchar y si no somos tolerantes con nuestros opositores ideológicos, será imposible disfrutar nuestra independencia.
La libertad de difundir las ideas, de transitar por todo el territorio nacional, de trabajar en lo que a uno le plazca, de concebir los hijos que queramos, y en general de hacer todo lo que no nos está prohibido, son los valores que resultaron de la victoria obtenida por la insurgencia contra el reino de España.
Hagamos de esta victoria nacionalista un motivo para buscar la unidad y la armonía como sociedad, pues sólo será en esta medida como el país logrará superar las diferencias ideológicas de las fuerzas políticas nacionales y con ello, garantizaremos nuestro crecimiento y el reconocimiento de los demás países del mundo.
La lucha de Hidalgo, Morelos, Allende y de la Corregidora inició la construcción de los Estados Unidos Mexicanos; desde aquellos años hasta hoy, hemos tenido que ceder parte de nuestro territorio; nos hemos endeudado internacionalmente; hemos reivindicado el poder público a la iglesia católica; hemos derrocado al régimen dictatorial de Díaz; hemos abierto los ojos ante la hegemonía ventajosa del PRI; y finalmente, hemos sentado las bases de una democracia sólida y pujante.
Lo que se pretende exponer, es que los acontecimientos nacionales han ido evolucionando a través de la historia, y que ahora es el tiempo de ver florecer los esfuerzos que cada quien hizo para que este país fuera rico algún día.
Rico económicamente pero sobre todo espiritualmente, con una cultura cívica ejemplar que requiere festejos como los del quince de septiembre pero que sean todos los días, para que no se nos olvide que algún día no fuimos libres.
Tal vez así, logremos valorar la gran oportunidad histórica que tenemos de ser una potencia mundial y un país ejemplo para los demás.
Tenemos riquezas naturales, tenemos socios importantes, tenemos hombres preparados, tenemos gente noble y trabajadora; quizás lo único que nos falta es voluntad.
Si las riquezas nacionales las explotamos adecuadamente; si obligamos a nuestros socios a respetar nuestras leyes e ideologías; si encauzamos el trabajo de las clases populares y si nos unimos en voluntad siendo más productivos, seguramente la consecuencia directa e inmediata será la disminución de la pobreza en el territorio nacional.
Ser independientes no fue fácil, pues costó muchos años de lucha y muchas vidas inocentes; por ello, es una vergüenza que alguien que haya nacido en este país no busque le mejoría colectiva de los mexicanos.
La ausencia de voluntad del pueblo y del gobierno para sacar al país de su estancamiento económico, es algo que si no se atiende puede aniquilar los beneficios que históricamente obtuvimos a través del ejército insurgente que alguna vez logró que su similar trigarante entrara a la ciudad con la bandera de la libertad a cuestas.
Finalmente, si no tenemos voluntad, entonces sólo resta preguntarnos, ¿para qué queremos ser libres? 
Miguel Ángel García Ahedo

 

HIDALGO Y SU GUERRA.
Hidalgo nació en 8 de mayo de 1753 en rancho adscrito a la hacienda de Corralejo, Obispado de Valladolid, hoy Morelia.
Su padre español y su madre criolla. Hidalgo y varios de  sus hermanos abrazaron la carrera sacerdotal, por ser una profesión que garantizaba empleo.
Sus estudios los hizo en Valladolid, imponente centro de señorío arquitectónico que predisponía   a la formación de espíritus modernos y rebeldes.
Ahí vive por espacio de un cuarto de siglo, desde 1765 hasta 1792. Valladolid lo forma, llega a la ciudad niño y sale de ella peinando canas; es para él el talento de Valladolid, de valor excepcional.
Que fue un estudiante sobresaliente y heterodoxo hasta donde el medio lo permitía, nadie lo duda. Le asignaron el mote de zorro por su astucia.
Se gradúa Bachiller en letras el 20 de febrero de 1770, en el Colegio de San Nicolás. Refrenda sus títulos en la capital del Virreinato, en la Real y Pontificia Universidad.
Continúa sus estudios en Teología Escolástica en San Nicolás.
Pasados 3 años viaja nuevamente a la Capital Para graduarse de Bachiller en Teología; cumplidos los 20 años regresa a Michoacán en 1773.
En 1774  Hidalgo recibe las 4 órdenes eclesiásticas menores. Ingresa a la Universidad tomando una oposición. Suple las faltas ocasionales de los profesores de diversas asignaturas. Forma parte del grupo  de sinodales que examinan a los estudiantes  al final del curso y preside las Academias de Teología y Filosofía.
Estudia italiano, francés y llega a dominar el mexicano, el tarasco y el otomí.
Las sagradas órdenes eclesiásticas las recibe al cumplir 25 años.
En l778 obtuvo el presbiteriado.
En 1779 es nombrado catedrático de gramática latina y en octubre del año dicta el curso de Artes. Explica por espacio de 2 años la cátedra de Teología Escolástica.
Fue muy estimulante al joven catedrático, escribir una disertación sobre el verdadero método de estudiar Teología Escolástica.
Divorciado de la rutina promovió academias para inculcar a los estudiantes ideas renovadoras. La Gaceta de México el 9 de agosto de 1785 insertó la reseña de uno de sus actos.
En febrero de 1787 se le nombra tesorero del colegio y más tarde ocupa el cargo de Vicerector y Secretario.
En 1790 culmina su carrera al recibir el cargo de Rector de la ilustre casa de estudios.
Aun cuando el obispo fray Antonio de San Miguel lo tuvo siempre en alto aprecio, no le permitió que desarrollara sus capacidades e iniciativas y en 1792, lo removió del cargo de rector y lo alejó de Valladolid, enviándolo de párroco a un lugar periférico de la Diócesis, primero en Colima, luego en San Felipe y desde 1803 en Dolores, estos dos últimos lugares de Guanajuato, centro geográfico de la Nueva España. Dieciocho años sería cura de pueblo.
Por sus dotes temperamentales, cultura y vigor, Hidalgo no pudo ser un cura mediocre. Descargó en sus coadjutores las obligaciones rutinarias.
Organizó bandas de música, frecuentes tertulias, cuando había visitas cuya charla interesaba. Lee muchos autores franceses, su casa se nominaba la Francia Chiquita.
El ascendiente de Hidalgo no derivó de la sotana, cultivaba para los naturales y bendecía las artes y los oficios; organizó en Dolores alfarerías, tenerías, colmenares, sederías, viñedos, destilerías y siempre podía encontrársele vigilando el rendimiento o en un rincón esperando servir en algo.
En 1800 el Santo Oficio, tomó cartas en el asunto y abrió juicio a Hidalgo, por blasfemo, hereje y licencioso. Seguramente sus relaciones con los pueblos y la inconsistencia de los cargos detuvieron el procedimiento.
Para un sujeto conformista la simple tarea sacerdotal podría ser ideal; pero Hidalgo estaba por encima del nivel medio de la instrucción del sacerdocio, igual condición se establecía con no pocos canónigos.
En 1808 cae la monarquía y  se da en el virreinato el primer golpe de Estado que registra nuestra historia.
A fines de 1809 se denuncia una conspiración en Valladolid, ciudad dilecta de Hidalgo.
Casi todos los comprometidos se rehusan a participar, pero desde entonces la mente de Hidalgo gira en torno a la idea de ser miembro destacado de alguna asociación que trabaje para derribar al régimen.
La oportunidad se la ofrece un grupo de  criollas que se organizan en la ciudad de Querétaro bajo la  protección solapada del corregidor Miguel Domínguez y su esposa doña Josefa Ortiz de Domínguez.
En 1810 el intendente de Querétaro fue informado de una conjura sediciosa con ramificaciones en  toda la comarca; el denunciante señaló a Ignacio Allende, oficial apostado en  San Miguel, como uno de los principales cabecillas.
Prevenido Allende llevó la alarma a sus amigos de San Miguel y se siguió hasta Dolores para consultar al párroco don Miguel Hidalgo y Costilla, cabeza   del movimiento.
Le costó una hora  localizarlo en una tertulia, en la casa de un español y no poco trabajo hacerlo acudir a su domicilio y ahí, mientras se  convocaba a los conjurados del pueblo, Hidalgo mandó hacer el chocolate con que se terminaba siempre un día normal en la Nueva España.
Como a las 9 horas llegó otro oficial, el capitán Aldama del cuerpo de caballería, con un recado del coronel del regimiento, para que se pusieran a salvo sin demora.
Hidalgo comprendiendo la magnitud del peligro, preguntó a Allende que debía hacerse; opinó que debía citarse a todos los comprometidos y que cada uno de ellos diese el grito de independencia. Hidalgo deseaba mayor rapidez y Allende le dijo, pues bien Sr. cura echemos el lazo a los españoles, seguro de que ningún poder humano podrá quitárselos.
Hidalgo dijo: Sí, lo he pensado muy bien y veo que estamos perdidos y que no queda más remedio que ir a coger Gachupines.
Aldama exclamó, señor, ¿ que va usted a hacer ? Por amor a Dios vea usted lo que hace.
Estaban presentes además de don Mariano  Hidalgo, José Santos Villa, el padre Balleza y otros 9 hombres.
Salieron todos del curato, liberaron a los presos y los armaron con lanzas y otros utensilios. A continuación apresaron a los españoles avecindados en el pueblo, en número de diecinueve.
Era la noche del 15 al 16 de septiembre de 1910, a las cinco de la mañana. A la cabeza del grupo Hidalgo llegó al atrio de la iglesia. Las campanas llamaron a misa del domingo. Se reunió una multitud del pueblo y rancherías inmediatas.
Hidalgo informó que el movimiento que acababa de estallar tenía los siguientes objetivos: Derribar al mal gobierno quitando el poder a los españoles, que trataban de entregar el reino a los franceses. Que la opresión vendría a tierra y en adelante no pagarían ningún tributo.
Ofreció que todo el que se enlistara en sus filas, llevando armas y caballo, se le pagaría un peso diario y la mitad a quienes se  presentaran a pie.
De la muchedumbre salieron gritos de “ viva la independencia “ “ viva América “ y “ muera el gobierno “. Así se proclamó la Independencia de México.
Lo que dijo el libertador a los campesinos, artesanos, pequeños comerciantes, según algunos historiadores, llegan a nosotros con contradicciones, errores y fantasías.
Pueden, sin embargo servir para esclarecer el pensamiento de Hidalgo, el contenido del grito de independencia, y varios testimonios, entre ellos, la intimación que desde Celaya dirigió a don Juan Antonio Riaño el 21 de septiembre.
Hidalgo habla de la humillante y vergonzosa sujeción de los mexicanos a los peninsulares por 300 años y señala el motivo del levantamiento: Los derechos sacrosantos imprescriptibles de que se ha despojado a la nación mexicana. Señala a México como una unidad autónoma que no debe llamarse Nueva España, sino Nación Mexicana.
Otro testimonio, una de las proclamas de mediados de octubre, en donde se dirige a sus compatriotas hijos de esta América. “ Les  anuncia que el sonoro clarín de la libertad política, ha sonado en nuestros días y les pide que acudan a ayudarlos a continuar y conseguir la gran empresa de poner a los gachupines en su madre patria, porque ellos son los que con su codicia, avaricia y tiranía, se opones a vuestra felicidad temporal y espiritual, La “ madre patria es “ su “de los españoles, no de los mexicanos.                                                            
Las primeras etapas de la independencia se dieron en un ambiente geográfico que a Hidalgo le era muy familiar. Dolores, Atotonilco, San Miguel el Grande, Chamacuero, (Comonfort ) Celaya, Salamanca, Irapuato, Silao y Guanajuato.
La primera estrategia de Hidalgo fue un recorrido casi en círculo y muy rápido, con el fin de darle presencia al movimiento y reunir un ejército numeroso. En dos semanas en su recorrido reunió más de 20 000 hombres, sin disciplina pero plenos de entusiasmos.
Después del Grito de Dolores, Hidalgo y Allende llegaron a San Miguel a las 11 de la mañana; descansaron en la hacienda de la Erre y continuaron rumbo a Atotonilco, antes de retirarse tomaron de la sacristía de la iglesia una imagen de la Virgen de Guadalupe, que pendiente de una asta conducía un soldado.
A medida que avanzaban sus filas se nutrían con múltiples voluntarios, que salían de haciendas y ranchos.
En la inmediata San Miguel el Grande aumentaba la zozobra. Los cuarenta españoles pensaron defenderse.
El general Nicolás Loreto de la Canal, les informó que no podía responder por sus soldados y los españoles se reunieron en las casas consisteriales, para sufrir juntos la misma suerte.              
Era ya de noche cuando los 5 000 soldados de Hidalgo entraron  en San Miguel, aclamados por los vecinos.
Allende encerró a los españoles aprehendidos en Dolores, en el Colegio San Francisco de  Sales y en seguida condujo a los reunidos en el ayuntamiento al mismo colegio.
Antes de terminar la noche del 16, el Regimiento de Dragones de la Reina, se adhirió al movimiento de Dolores.
Al día siguiente convocaron a los vecinos para nombrar autoridades. La Junta Directiva quedó formada por Ignacio Aldama ( hermano del capitán ), Felipe González, el presbítero Casilblanque, Miguel Vallejo Umarán y Benito Torres.
Salieron de San Miguel caminando hacia Querétaro y al llegar a Chamacuero, cambiaron de rumbo dirigiéndose a Celaya. El ejército contaba con 20 000 hombres.
Por medio de un escrito Hidalgo intimó a la ciudad el día 19, amenazando con degollar a los 78 españoles presos si se hacía fuego contra sus tropas.
Sin encontrar resistencia el día 21 de septiembre, Hidalgo tomó Celaya, donde se incorporaron a su ejército, las compañías del Regimiento Provincial. Mientras desfilaba el ejército, un tiro fue la señal para el saqueo.
El día 22 Hidalgo nombró Subdelegado de la Ciudad y se reorganizó el ayuntamiento. Reunió a los principales jefes para fijar las posiciones militares de cada uno.
Muy aumentado el ejército salió de Celaya el 23 de septiembre, con el intento de atacar a Guanajuato. El 28 llegó a la hacienda de Las Burras. Desde esa hacienda intimó la rendición a Guanajuato. Entre tanto Francisco Iriarte, espía de don Juan Antonio Riaño, encargado de vigilar a Hidalgo y siendo testigo de lo que sucedió en Dolores, enteró a Riaño y éste diligentemente la tarde del 18 convocó a junta al Ayuntamiento, prelados y vecinos.
Los soldados se encargaron de levantar parapetos situando destacamentos en puestos avanzados.
Para ganar adeptos, en la mañana del 21, Riaño publicó un bando que abolía el pago de tributos. El pueblo interpretó esto como producto del miedo y lo recibió con manifestaciones de burla.
Temiendo Riaño ser sorprendido entre dos fuegos, decidió hacerse fuerte en el edificio de la Alhóndiga de Granaditas.
El 24 hizo que se trasladaran a Granaditas las tropas, con gran cantidad de provisiones de guerra y de  boca. El 25 se acogieron a la Alhóndiga los españoles y criollos acomodados.
El Ayuntamiento no estaba de acuerdo ni el mayor Bersábal, porque la ciudad quedaba desprotegida. Riaño se negó a salir de la Alhóndiga porque consideraba que ahí estaban seguros los Caudales Reales y tomó las medidas necesarias para que Granaditas estuviera en pleno estado de defensa.
Cuando en la mañana del 28 de septiembre, vio Riaño las alturas que coronaban Guanajuato, coronadas a su vez por las tropas de Hidalgo, despacho un coreo a Calleja que decía: Voy a pelear porque voy a ser atacado en este instante. Resistiré  cuanto pueda, porque soy honrado. Vuele S. M. a mi socorro.
A las 9 de la mañana del propio 28 de septiembre entró en Granaditas con los ojos vendados, el coronel Ignacio Camargo, quien entregó a Riaño dos documentos. En uno le intimaba Hidalgo la rendición, en el otro le ofrecía protección y asilo seguro.
Riaño reunió a los españoles armados y a los soldados y les leyó la intimidación. Los españoles contestaron que estaban dispuestos a luchar hasta  vencer o morir. Los soldados respondieron con una aclamación unánime “ Viva el Rey “
Entregó a Camargo su contestación a la intimidación diciendo que su deber era luchar como soldado y en cuanto a la segunda la agradecía y rechazaba el ofrecimiento.
Riaño situó una parte del batallón Provincial y a algunos españoles armados en las azoteas de la Alhóndiga. Las trincheras avanzadas de la cuesta Mendizabal, la calle de los Pocitos, del puente, del río de la Cata, fueron cubiertos por destacamentos del Batallón. La hacienda de El Beneficio de Dolores, fue guarnecida por el resto de voluntarios.
Camargo entregó la respuesta a Hidalgo, que al frente de 25 000 hombres, avanzaba por la  cañada de Marfil y que desde luego dispuso el ataque a Granaditas.
A la una de la tarde penetraron los independientes en la ciudad y abiertas las cárceles, los presos se le unieron.
Quedó puesto el cerco a la Alhóndiga, se ataca la cuesta de Mendizabal y la trinchera de Pocitos. Lleva a ésta algunos refuerzos Riaño. Cuando de regreso ya iba a entrar en la Alhóndiga fue muerto alcanzado por una bala.
Se produjo una confusión; si debía ejercer el mando Manuel Pérez Valdés, asesor de la Intendencia o el mayor Diego Berzábal.
Desde el cerro del Cuarto los independientes amenazaban con un  lluvia de grandes piedras. Los destacamentos que cubrían las tres trincheras avanzadas tuvieron que guarecerse en el edificio.
Al retirarse, quedaron aislados los que defendían la hacienda de Dolores y el barranco de la Cata.
La puerta principal del edificio se mantenía firme a los golpes de los sitiadores.
Un operario de la mina de Mellado, joven de 20 años, cubriéndose con una larga loza, se deslizo a lo largo de la pared, llegó a la puerta, la untó con aceite y brea y le prendió fuego. Destruido aquel obstáculo los independientes se proyectaron en el interior y en el patio se  trabó un combate a muerte.
Sobre este hecho, Carlos María Bustamante, ofrece otra versión. “ Todo era entonces confusión y desorden; no había quien mandase ni quien obedeciese, cesó por tanto la defensa del fuerte y a poco cayó muerto Berzábal de un balazo.
Desgracia que se atribuyó a un soldado resentido porque lo había reprimido.
Con mucho trabajo se izó la bandera de paz, bien que todavía no ardían las puertas del fuerte, en el  que cesó el fuego. Por tanto se arrimaron los indios a él,  dándolos por rendidos. Ignoraban los españoles de Dolores esto que pasaba en Granaditas y continuaban disparando vivamente. El hijo del comandante Riaño, hacía por si mismo gran daño arrojando frascos. A vistas de eso gritaron todos como si los inflamase un mismo espíritu ! Traición, Traición ¡  y los jefes ordenaron no otorgar la vida a nadie.
A la cinco de la tarde terminó la acción, en la que murieron 105 españoles y casi igual número de oficiales y solados. De los indios murieron muchos, en casi cuatro horas de combate. . . ignorándose el número porque los enterraron en la caja del río por la noche.
Se supone que los asaltantes perdieron 2 500 hombres.
Los victoriosos daban rienda suelta a su furor, inmolando sin misericordia a los vencidos; terminada la matanza saquearon la Alhóndiga, el dinero, las barras de plata y esta situación se reinició al día siguiente.
Hidalgo hizo cesar el desorden publicando un bando que ofrecía la pena de muerte a los saqueadores. Mandó poner en libertad a los criollos en Granaditas y permitió que volvieran a sus casas, algunos españoles supervivientes.
Convocó al ayuntamiento y procedió a nombrar alcaldes, intendentes, intendente general, asesor de la intendencia y promotor fiscal.
Reorganizó las tropas, nuevos regimientos de infantería; formó una fuerza de artillería; nombró coroneles de los nuevos regimientos a don Casimiro Chovell, Bernardo Chico y el mismo grado para José María Liceaga y José Mariano Jiménez. A don Rafael Dávalos lo nombró Capitán de Artillería y director de la fundición de piezas de Artillería.
Corría entonces en Guanajuato la noticia de que el Brigadier Calleja se acercaba a la ciudad con importantes fuerzas. Hidalgo con sus tropas hizo un recorrido de inspección, sin confirmar la noticia.
A la mañana siguiente Aldama recorrió los pueblos de la sierra, San Felipe, San Miguel, Chamacuero y Celaya y se reunió en Acámbaro con Hidalgo, cuando éste marchaba sobre Valladolid.
La gran cantidad de barras de plata, tomadas en Granaditas, persuadieron  a Hidalgo a crear una Casa de Moneda, que funcionó en la hacienda de San Pedro, que acuñó moneda con el mismo tipo de ley y tan bellas que se confundían con las acuñadas en la Capital.
Adoptadas éstas y otras medidas, el 8 de octubre salió una división de 3 000 hombres y el día diez, Hidalgo con el grueso del ejército, ambos con rumbo a Valladolid.
El 27 un nuevo  Virrey publicó un bando que ofrecía un premio de 10 000 pesos a quien entregara, vivo o muerto a Hidalgo, Allende y Aldama y concedía todas las gracias debidas a quienes con tal hecho, serían considerados como restauradores del sosiego público.
 “ De esta suerte, la autoridad virreinal erigía el asesinato en providencia represiva y premiaba la traición y la delación contra los rebeldes, como acto meritorio.
Logro Venegas que el día 26 de septiembre saliera para Querétaro toda la guarnición de la Capital, compuesta por el regimiento de infantería y 4 piezas de artillería.
Acudió también al medio político, dando publicidad al decreto de la regencia del 26 de mayo, declarando libres de tributo a los indios y haciéndolo extensivo, el Virrey, a las demás castas que se mantuvieran fieles.
Realizó el 4 de octubre una junta que reunió a miembros del consulado y funcionarios. Dispuso que se formaran cuerpos de vecinos con la denominación de “  Patriotas Distinguidos de Fernando VII “ Se formaron tres batallones de 500 plazas, un escuadrón de caballería y una compañía de  artillería.
El Brigadier Calleja en San Luis y en Guadalajara, don Roque Abarca, Comandante Militar de Nueva Galicia, pusieron sobre las armas sus brigadas.
Es necesario agregar que la independencia de México tuvo en su contra a la aristocracia que se había formado en la colonia,  a los ricos y grandes propietarios, a los empleados que vivían a la sombra de la administración, exenta de eficaz inspección y a el alto clero, que recibió la declaración de independencia, con el anatema de la excomunión.
Los ayuntamientos, de México, Querétaro, Oaxaca, Tlaxcala, Tepeaca, Huejotzingo y más, las corporaciones literarias, los gremios, los agrupamientos, alzaban la voz asegurando fidelidad al dominio español, estar dispuestos a derramar su sangre en defensa del Rey y la religión. Hasta el rector de la Universidad de México, se aprestaba a afirmar que Hidalgo no había recibido en ella el grado de doctor.
El Rector y el Claustro de Doctores, lanzaban un manifiesto censurando a Napoleón e Hidalgo. El Colegio de Abogados borraban de la lista a Ignacio Aldama.
Entre tanto una parte del ejército de Hidalgo se acercó a Querétaro a donde ya había llegado el coronel Miguel Flon, Conde de la Cadena, con fuerzas que salieron de México.
Destacó una sección de 600 hombres, que sostuvo un encuentro con 3 000 independientes, que fueron desalojados de sus posiciones.
Hidalgo se dirigía a Valladolid, ( Morelia ) el grueso del ejército, independiente avanzó  por el valle de Santiago, Salvatierra, Acámbaro, Sinapécuaro, donde se le unió Aldama. Hubo en Valladolid intento de resistir al ejército independiente, en aquel momento con 60 000 hombres y 4 cañones.
El clero de la ciudad instigado por Abad y Queipo, se puso a la cabeza de los belicosos. El obispo se arrogó amplias facultades, urgió a la autoridad para que adaptase medidas de defensa y equipó un cuerpo que pasó a las órdenes de don Agustín Ledos.
Al llegar a Acámbaro los independientes, una partida de estos mandada por Torero Luna, aprendió a García Conde, al intendente Merino y al coronel Conde de la Casa Rul, que había salido de México a Valladolid, siguiendo órdenes del Virrey.
Apenas se supo en Valladolid la entrada de los independientes. El obispo Abad y Queipo, siete prebendados, el intendente interino José Alonso de Terán y otros muchos, salieron a la Ciudad de México.
Terán y otros de los fugitivos fueron detenidos en Huetamo, también abandonó la ciudad Agustín de Iturbide para presentarse con el Virrey, a pesar de que Hidalgo le ofreció grado de general.
Una comisión de Valladolid se presentó con Hidalgo en Indaparapeo, para ofrecerle la sumisión de la ciudad, donde el 15 de octubre entraron los primeros pelotones y el 17, Hidalgo con el grueso del ejército.
Dos días duro Hidalgo en Valladolid. De las arcas de la
Catedral tomo 400 000 pesos y 200 000 de fondos particulares allí depositados.
Nombro Intendente a don José María Ansorena y proveyó otros empleos. Deseoso de atacar la Capital del virreinato, salió de Valladolid el 19 de octubre, llevando 80 000 hombres.
Durante la estancia en Valladolid, el sargento mayor le propuso, que entre la muchedumbre de su tropa, formara una de 14 000 hombres, los entrenase en la sierra de Páscuaro y la instruyese durante dos meses, con lo que estaban listos para entrar en campaña, asegurándole que de lo contrario en la primera derrota se quedaría solo, pues sus soldados huirían como palomas. Hidalgo desoyó aquellos juicios.
En Indaparapeo se presento a Hidalgo el cura de Carácuaro, al que reconoció como discípulo en la época de su rectorado en el colegio de San Nicolás. Le concedió el cargo de lugarteniente, Brigadier a don José María Morelos y lo instruyó para que en la costa del sur levantara tropas y tomara Acapulco.
En Acámbaro, Hidalgo revisto sus fuerzas y fue nombrado Generalísimo, Allende Capitán  General; Aldama, Balleza, Jiménez y Arias, Tenientes Generales; Ignacio Martínez, Abasolo, Ocón y José Antonio Martínez, Mariscales de Campo.
Alarmado Venegas por los movimientos de  Hidalgo hacia Toluca, mandó una división de 2 000 hombres al mando de Torcuato Trujillo. En la división iba Agustín de Iturbide.
Trujillo, el 27 de octubre, no considerándose seguro en Toluca, se movió a Lerma.
Hidalgo tomó Toluca el 28 de octubre, Allende tomó el Puente de Atengo, amenazando cortarle la retirada a Trujillo, que dispuso retirarse al Monte de las Cruces, a donde llegaron media hora después las avanzadas de los insurgentes.
El 30 de octubre a las 8 de la mañana se inició el combate, las muchas bajas y el desaliento de sus tropas obligaron a Trujillo a oír las proposiciones de avenimiento que le dirigían los independientes. Pero esperó la cercanía de los que iban a parlamentar y antes de iniciado el diálogo, mandó hacer fuego y murieron muchos. Se trabó de nuevo el combate con mayor furor, perdido el último cañón y falto de parque, emprendió Trujillo la retirada hacia México. Durmió en Santa Fe con solo cincuenta soldados y algunos oficiales, entre ellos Iturbide.
En la batalla del Monte de las Cruces perdieron los realistas 2 000 hombres y los Independientes un número mayor.
El camino de México estaba abierto. En la tarde del 31 de octubre, recibió el Virrey un pliego llevado por Jiménez y Abasolo intimando a la rendición. No contestó Venegas pero ordenó la inmediata retirada de los emisarios.
Acudió Venegas a exaltar el fanatismo religioso y la tarde del propio 31 de octubre, proclamó generala de las tropas realistas a la Virgen de los Remedios. Las señoras con el nombre de Patriotas Marianas, se alistaron para velar la virgen en la catedral.
Premió Venegas a los realistas en el Monte de las Cruces, ascendió a algunos oficiales y Agustín de Iturbide recibió el grado de capitán.
Hidalgo con la vanguardia en Cuajimalpa y el ejército en el Monte de las Cruces, permaneció inactivo el 31 de octubre y el 1 de noviembre.
El día 2 se supo en México que Calleja y Flon, avanzaban a marchas forzadas al socorro de la capital.
Se supo después que el Ejército Independiente se retiraba hacia Toluca.
Algunos se explicaban la retirada por los movimientos de Calleja; otros aluden la falta absoluta de parque. Otra causa pudo ser la reducción del número de combatientes del ejército de Hidalgo. Se alude también al inicio del desacuerdo entre Hidalgo y Allende.
Una digresión referida a Calleja: Felix Calleja del Rey, llegó a México en 1789, acompañando al Virrey Anzanza. Los Virreyes Marquina e Iturrigaray, lo estimaron por sus dotes y arrojo. Garbay le concedió el empleo de Brigadier y lo mandó a San Luis Potosí.
En el momento que se proclamó la independencia, Calleja mandaba la Décima Brigada, gozaba de fama de valiente y enterado en las lides de la guerra. 
Supo de la Proclamación de la Independencia en su finca Bledos al sur de la ciudad, se trasladó a San Luis, el 17 de septiembre, convoca a las autoridades, propietarios y prelados de los conventos, para solicitar recursos, que le fueron otorgados con entusiasmo y amplitud.
Se distinguió el Prior del Convento del Carmen, quien prometió 200 000 pesos, 10 000 caballos y 700 hombres montados, donativo que al día siguiente comenzó a hacer efectivo.
Entre los propietarios ricos destacó don Manuel Moncada, Conde de San Mateo Valparaíso y Marqués del Jaral, quien formó con sus sirvientes un escuadrón, del que tomó el mando con categoría de coronel.
Calleja puso en armas los regimientos de Dragones de San Luis y San Carlos; pidió hombres y caballos a los pueblos y haciendas de su distrito. Salió con sus tropas a situarse en Las Pilas, cercana a San Luis.
Francisco Javier Venegas ordenó a  Calleja que  marchara a Querétaro; cuando llego la orden, Hidalgo ya marchaba sobre Guanajuato y contestó Calleja que no podía apartarse de San Luis.
Riaño, Intendente de Guanajuato insistió de nuevo, pero Calleja no movió  sus ejércitos.
Por fin salió de allí el 24 de octubre tomando rumbo a Dolores, donde debieron unírsele las fuerzas de Flon, que habían salido el 22 de Querétaro para realizar la unión de las dos divisiones.
Calleja tomó el mando de las dos secciones, formando una división de 2 000 infantes y 5 000 de a caballo y 12 cañones, atravesó la provincia de Guanajuato y llegó a Querétaro el 1 de noviembre.
El día 30 y 31 de octubre Querétaro había sido atacada por los independientes, don Miguel Sánchez y don Julián Villagrán, combate muy rudo del que tuvieron que retirarse los independientes.
Calleja encontró comunicación del Virrey en las que pedía auxilio para la Capital. Salió Calleja el 3 y en la mañan a del 6 su avanzada se encontró con Hidalgo cerca de Arroyo Zarco, quien al retirarse del Monte de las Cruces, volvió a pasar por Toluca e Ixtlahuaca. Lo atacó Calleja y las tropas de Hidalgo se  desbandaron, dejando en poder  de los realistas gran botín y 600 prisioneros.
En su parte al Virrey, Calleja exageró las cifras, pero por el informe del Justicia de Aculco, se sabe que fueron 95 muertos y heridos 43.
Calleja regresó a Querétaro y en San Juan del Río publicó un bando en el que en nombre del Virrey, concedía indulto y perdón a todos los que abandonaran las filas de los independientes, exceptuando sólo a Hidalgo, Allende, los dos Aldamas y Abasolo.
Venegas ratificó el bando publicándolo en México el día 12 de noviembre.
Después del combate de Aculco, Hidalgo y Allende separados por la confusión  marcharon, el primero a Valladolid y el segundo a Guanajuato.
El Intendente Gómez y el ayuntamiento de Guanajuato aclamaron con entusiasmo a los defensores de la independencia.
Allende se ocupó de preparar la defensa de la ciudad llamó a varios jefes para que se le reunieran, asoció el sentimiento patriótico al sentimiento religioso e hizo  celebrar una misa solemne y una procesión en que  condujeron la imagen de la virgen patrona, Aldama, Abasolo y Arias.
Allende escribió a Hidalgo reprobando su marcha a Guadalajara “ Sería tratar de la seguridad propia y no de la común felicidad “ y terminaba  diciendo “ yo no soy capaz de apartarme del fin de nuestra conquista; más si empezamos a tratar de las seguridades personales, tomaré el separado partido que me convenga, lo que será imposible practique siempre que  usted se preste con vigor a nuestra empresa y usted y no otro debe ser el comandante de estas tropas “. Hay otra misiva más enérgica, en la cual termina diciendo “ por el contrario vuelvo a jurar que si usted procede conforme  a nuestros deberes, seré inseparable y siempre consecuente amigo de usted “.
Hidalgo a pesar de todo se fue a Guadalajara.
Calleja en cambio salió a Querétaro el día 15 de noviembre y después de reducir a Celaya, Salamanca e Irapuato, dividió su ejército en dos columnas, una mandada por el mismo que ocupo la Valenciana y la otra por Flon que ocupó la altura de las Carreras y el cerro de San Miguel.
Allende y los demás jefes abandonaron la ciudad de Guanajuato.
Calleja , después de condenar a muerte a todos los que tomaron parte en la revolución o de alguna forma la sirvieron, mando levantar horcas en las plazuelas. El día 29 fueron ahorcados los dos últimos condenados.
Antes de salir de Guanajuato mando presos a varios conventos de Querétaro a los eclesiásticos que habían incitado al pueblo a la defensa. Desmontó la casa de moneda y mandó las máquinas y el gran Cañón, llamado Defensor de América, a la Ciudad de México.
El 17 de Noviembre salió Hidalgo  de Valladolid a Guadalajara. En Zamora fue recibido con grandes demostraciones de júbilo, el 26 hizo su entrada a la capital jalisciense.
Salieron a recibirlo las principales autoridades y le ofrecieron un banquete en la villa de San Pedro. Allí recibió las felicitaciones del cabildo eclesiástico. Las tropas de Torres le rindieron honores de generalísimo. Todas las campanas repicaron a vuelo; luego se dirigió a palacio, en cuyo balcón principal oyó y contesto todas las arengas de autoridades, corporaciones y colegios.
Hasta entonces la revolución carecía de imprenta. El Despertador Americano, creado por Hidalgo fue publicado por  primera vez  el 20 de noviembre de 1810. El director fue el Dr. Francisco Severo Maldonado.
Hidalgo debe ser juzgado, no como soldado, sino como iniciador de una movimiento inmenso que terminó en la independencia de la nación mexicana.
Al saber que Calleja se dirigía a Guadalajara desde Lagos, se dispuso la salida de todo el ejército; 73 000 infantes, 20 000 de a  caballo y 95 cañones se dividieron en tres cuerpos, el  primero mandado por Hidalgo y Allende, el segundo por Abasolo y el tercero por Torres. La salida tuvo efecto el 14 y el 15. Supo Hidalgo la derrota del enemigo en el puerto de Urepetío. Resolvió marchar contra Calleja y ocupó las posiciones naturales que  defienden el Puente de Calderón. Nuevamente  Allende se opuso a presentar batalla.
Calleja al frente de 8 000 hombres salió de  Petatitlán el 16 de enero y el día 16 se estableció el combate que inició Flon atacando las posiciones ocupadas por Torres, tres veces fue rechazado Flon. Galleja reagrupó las tropas y se lanzó al asalto sobre los independientes, que retrocedieron desordenadamente; después de 6 horas el ejército realista acampaba en las posiciones enemigas.
Las fuerzas realistas se proponían abrir campaña en 1811 con un plan concebido por Calleja, que consistía en hacer converger todas las fuerzas realistas en Guadalajara : Calleja partiría desde Guanajuato y Cruz de Valladolid, para reunirse el 15 de enero en el Puente de Calderón. Cordero, a quien Calleja creía dueño de Matehuala avanzaría unido con Ochoa hacia San Luis para tomar un punto equidistante de San Miguel el Grande, Guanajuato y Querétaro. Bonavia desde Sombrerete pasaría a Zacatecas y Aguascalientes y se situaría en León y Silao. Don Alejo García Conde, Intendente y Gobernador de Sonora, entraría en Nueva Galicia por el norte.
Este plan perfectamente concebido  por  Calleja, se frustro por las derrotas sufridas por Ochoa y Cordero,  en el Puente del Carnero, que dejaron a los independientes libre la zona norte.
Los caudillos reunidos en Guadalajara, recibieron en la noche del 25 de diciembre aviso de que el enemigo se acercaba. El Generalísimo convocó una junta y se propuso que el cuerpo del ejército saliera al encuentro de Calleja, mientras un grupo numeroso atacara a Cruz para impedirle unirse con aquel. Allende se opuso porque no confiaba en la calidad de las tropas; propuso dejar a Calleja    entrar a Guadalajara y que los independientes en  seis o más cuerpos hostilizaran a los realistas en varias direcciones o bien retirarse a Zacatecas y unirse con Jiménez. La Junta aprobó el plan de Hidalgo.
Después de la derrota del Puente de Calderón, los caudillos de la independencia abandonados por sus soldados, decidieron arrancar a Hidalgo el mando, lo que se hizo verbalmente y sin  ninguna formalidad, siguió incorporado al ejército sin ningún cargo.
Allende  con el grado de generalísimo entró en Zacatecas y considerando que no era aquel el lugar adecuado para resistir, decidió internarse en las provincias del norte, Coahuila y Texas estaban pronunciadas por la independencia.
En febrero de 1811, marchó el ejército hacia Saltillo, Salinas, Charcas, Matehuala. En estos puntos quedaron los equipos y con ellos Hidalgo.  En tanto Allende siguió a Saltillo, se le unió Jiménez y juntos entraron a la ciudad. Hidalgo arribó con los equipos días después.
Los triunfos de las armas realistas hicieron creer a Venegas que la revolución expiraba y creyó llegada la hora de la amnistía, que las Cortes de España habían decretado el 15 de octubre de 1810.
Los caudillos tenían resuelto pasar a Estados Unidos con propósito de conseguir caudales y armamento.
Allende llegando a Zacatecas había nombrado          al abogado Ignacio Aldama embajador ante  el Gobierno de los EE.UU.    
Se puso Aldama en camino, pero el 1 de marzo fue hecho prisionero en Bexar por el presbítero José Manuel Zambrano, director de la contra revolución en Texas.
El jefe realista Manuel Ochoa tomó Zacatecas el 17 de febrero. Calleja salía de Guadalajara, después de ordenar algunos fusilamientos, el 11 de febrero y el 5 de marzo llegó a San Luis y ordenó fusilar a 5 insurgentes.
El 17 de marzo salieron de Saltillo Allende y los demás caudillos, pasaron por Santa María, Anhelo, y el Espinazo del Diablo.
Elizondo por su parte salió de Monclova en la tarde del 19 y situó sus 350 hombres en Acatita de Baján; cayeron en la celada los independientes y quedaron apresados todos y  los jefes, al detener el último coche en el que viajaba Jiménez, Arias, Allende, un hijo de este, disparó su pistola sobre Elizondo llamándolo traidor. El Joven Indalecio Allende murió, Arias gravemente herido murió en pocas horas; Hidalgo que venía atrás a caballo, fue también aprehendido, Solo logró escapar Iriarte que regresó a Saltillo para unirse a Rayón. Las fuerzas independientes fueron traicionadas por Elizondo.
Hidalgo, Allende, Aldama, Mariano Hidalgo, Balleza, José Santos Villa, José Mariano Jiménez, Abasolo, Camargo, Zapata, Lanzagorta, Fray Gregorio de la Concepción, Santa María, Valencia, José María Chico, Portugal, Manuel Ignacio Solís,  quedaron prisioneros, además de brigadieres, corones y otros.
Con cruel rigor fueron tratados, se les encadenó, fueron blanco de insultos, obligaron a muchos a caminar a pie y así hicieron su entrada a Monclova, en donde encerrados en estrecha y sucia cárcel, permanecieron hasta el 26 de marzo.
En Alamo fueron separados los eclesiásticos y conducidos a Durango, con excepción de Hidalgo, que en unión de los principales caudillos, continuaron hacia Chihuahua, residencia del Comandante General de Provincias Internas a quien correspondía la formación de las causas, por haber sido aprehendidos en territorio de su mando.
El 23 de abril llegaron los prisioneros a Chihuahua. Se nombró para la instrucción de los sumarios a Juan José Ruiz de  Bustamante, que el 6 de mayo nombró un consejo de guerra para que sentenciara. A don Angel Abella, Administrador de Correos de Zacatecas le encomendó la  formación de las causas de Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez.
Abella nombró Secretario de Actuación al soldado Francisco Salcido y tomó primera declaración a Hidalgo el 7 de mayo.
Por oficio de  Calleja se supo en México el 8 de abril el suceso de Acatita de Baján y en fecha cercana llegó la noticia a Guadalajara, en ambos sitios y otras ciudades se celebró con extraordinario esplendor el acontecimiento.
Elizondo por su traición fue despreciado, logró por su ardid ascenso a coronel, pero un español fingiéndose  loco lo asesinó.
Los cargos que se formularon a Hidalgo, Allende y Jiménez fueron propiamente los mismos. Se les acuso de asesinatos y saqueos en San Miguel, Valladolid, Guadalajara, Charcos y Matehuala.
Condenados a muerte por el tribunal especial, los jefes de la revolución fueron fusilados por la espalda, como traidores.
Hidalgo recluido en una cárcel pestilente, sufriendo mal tratos y sujeto a infames interrogatorios, presionado para que delatara a sus compañeros, recibió tres meses de acoso moral.
Los caudillos fueron fusilados en diversas fechas, el día 10 de mayo, Ignacio Camargo, Juan Bautista Carrasco; el 11, Francisco Lanzagorta Mireles; el 1 de junio, José Ignacio Rayón, Nicolás Zapata, José Santos Villa, Mariano Hidalgo y Pedro León. El 26 de junio, Ignacio José  Allende, José Mariano Jiménez, Manuel Santamaría y Juan Aldama. El 27 del propio junio, José María Chico, José Salas, Vicente Valencia y Onofre Gómez Portugal.
Fueron condenados a prisión y confiscación de bienes Abasolo enviado a España, donde murió en 1819. Andrés Molina y Aranda, Carlos Martínez, Ignacio Maldonado. Algunos otros  fueron condenados a 10  años de prisión.
Fueron fusilados en Monclova, El abogado Ignacio Aldama y el fraile Juan Salazar, aprendidos en Bexar, Texas.
El mismo destino tuvieron los eclesiásticos que fueron llevados a Durango, Mariano Balleza, Ignacio Hidalgo, Bernardo Conde, Pedro Bustamante, Carlos Medina, Ignacio Jiménez y fray Gregorio de la Concepción.
Matar a Hidalgo no fue cosa fácil. La historia señala que el pelotón de fusilamiento a pesar de que Hidalgo señalaba  con su mano el corazón como destino de los disparos, en la primera descarga solamente le invalidaron un hombro, en el siguiente disparo lograron herir sus intestinos, en la tercera ocasión lastimaron el tórax , pero debieron recurrir  al tiro de gracia para terminar la tarea. Se supone que los soldados tenían personales reservas sobre su fusilamiento.
La Independencia de México queda sembrada en la nación y muy pronto sería una realidad. Nuestros Caudillos, Nuestros Héroes, fueron creciendo en los ánimos nacionales que los revaloraron y los colocaron en los monumentos afectivos de la República y en los de roca que les han erigido los buenos mexicanos.
Parecería que en el Puente de Calderón, el 17 de enero  de 1911, terminaba la lucha independentista, pero sólo concluía la primera etapa bélica de la independencia.
Compilación: Rigoberto Castillo Míreles.

A P E N D I C E.
Los Virreyes de la Nueva España.
1550.- Don Luis de Velasco.- Fundación de Querétaro.
1552.- Fundación de Pachuca.
1554.- Fundación de Guadalajara.
1566.- Don Gastón de Peralta.- Fundación de León.
1568.- Don Martín Enríquez de Almanza.
Bernal Díaz del Castillo. Escribe “ Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España.
1576.- Fundación de San Luis Potosí.
1585.- Alvaro Manrique de Zúñiga.
1746.- Francisco de Güemes y Horcasitas. Conde de Revillagigedo.
1783.- Matías de Gálvez.
1785.- Bernardo de Gálvez.
1794.- Miguel de la Cruz Talamanca y Branceforte.
1798.- Miguel José de Azanza.
1800.- Felix María Berenger de Marquina.
1803.- José de Iturrigaray.
1808.- Pedro Garibay, por Aprehensión de Iturrigaray.
1809.- Francisco Javier Lizana y Beaumont.
1809.- Venegas Francisco Javier, nombrado Virrey en lugar de Francisco Javier Lizana Beaumont.
1813,- Felix María Calleja del Rey.- Regresa a España en 1816.


Excomunión de Miguel Hidalgo
NOS, LOS INQUISIDORES APOSTOLICOS CONTRA LA HERÉTICA,
Pravedad y Apostasía, en la Ciudad de México, Estados y Provincias de esta Nueva España, Guatemala, Nicaragua, Islas Filipinas, sus Distritos y Jurisdicciones, por Autoridad Apostólica, Real y Ordinaria, etc.,
A vos, Br. Don Miguel Hidalgo y Costilla, Cura de la Congregación de Los Dolores en el Obispado de Michoacán, titulado Capitán General en el Ejército de los Insurgentes.
SABED QUE ANTE NOS COMPARECIO EL SEÑOR INQUISIDOR Fiscal de este Santo Oficio e hizo presentación en forma de un proceso, que tuvo principio en el año 1800 y fue continuado a su instancia el de 1809, del que resultó comprobado contra vos, el delito de herejía y apostasía de nuestra Santa Fe Católica, y que sois un hombre sedicioso, cismático, y hereje formal por las doce proposiciones que habéis proferido y procurado enseñar a otros, han sido la regla constante de vuestras conversaciones y conducta, y son en compendio las siguientes:
Negáis, que Dios castiga en este mundo con penas corporales. La autenticidad de los lugares sagrados de que consta esta verdad. Habéis hablado con desprecio de los Papas y del gobierno de la Iglesia, como manejado por hombres ignorantes, de los cuales, uno que acaso estaría en los infiernos, estaba canonizado. Aseguráis que ningún judío, que piense con juicio, se puede convertir, pues no consta la venida del Mesías, y negáis la perpetua virginidad de la Virgen María. Adoptáis la doctrina de Lutero, en orden a la Divina Eucaristía y a la confesión auricular, negando la autenticidad de la Epístola de San Pablo a los de Corintio, y asegurando que la doctrina del Evangelio de este Sacramento está mal entendida, en cuanto a que creemos la existencia de Jesucristo en él... tenéis por inocente y lícita... (palabra ilegible)...la fornicación...(ilegible)...contrario y consiguiente, el mecanismo de la naturaleza, por cuyo error habéis sido tan libertino, que hicisteis pacto con vuestra manceba ...(ilegible)...para forni...(ilegible)...a que para lo mismo le buscarías a ella, hombres, engañándola, que no hay infierno, ni Jesucristo; y finalmente, que sois tan soberbio, que decís que no os han graduado de doctor en esta Real Universidad, por ser su Claustro una cuadrilla de Ignorantes; y dijo que temiendo o habiendo llegado a percibir que estabais denunciado al Sto. Oficio, os ocultasteis con el velo de la vil hipocresía, de tal modo, que se aseguró en informe, que se tuvo por verídico, que estabais tan corregido, que habías llegado al estado de un verdadero escrupuloso, con lo que habíais conseguido suspender nuestro celo, sofocar los clamores de la justicia, y que diésemos una tregua prudente a la observación de vuestra conducta; pero que vuestra impiedad represada por temor, había prorrumpido como un torrente de iniquidad, en estos calamitosos días, poniéndoos, a la cabeza de una multitud de infelices que habéis seducido, y declarado la guerra a Dios y a su Santa Religión, y a la Patria, con una contradicción tan monstruosa, que publicando según aseguran los papeles públicos, errores groseros contra la Fe, alarmáis a los Pueblos para la sedición, con el grito de la Santa Religión, con el nombre y devoción a SANTA MARIA DE GUADALUPE, y con el de FERNANDO SÉPTIMO, nuestro deseado y jurado Rey;  lo que alegó en prueba de vuestra apostasía de vuestra fé católica y pertinacia en el error, y últimamente nos pidió que os citásemos por Edicto y bajo la pena de excomunión mayor, os mandásemos que comparecieseis en nuestra audiencia, en el término de treinta días perentorios, que os Señala por término desde la fijación de nuestro Edicto, pues de otro modo no es posible hacer la citación personal. Que circula dicho Edicto en todo el Reino, para que todos los fieles y católicos habitantes sepan, que los promoto9res de la sedición e independencia, tienen cor Corifeo a un Apóstata de la Religión a quien igualmente, que al Trono de Fernando Séptimo, ha declardo la guerra.
Y en el caso de no comparecer, se os siga la causa de rebeldía, hasta relaxación en Estatua.
Y Nos, visto su pedimento ser justo y conforme a derecho y a la información que contra vos se ha hecho, así del delito de Herejía y Apostasía, de que estáis testificado y de la vil hipocresía con que eludisteis nuestro celo, y os habéis burlado de la Misericordia del Santo Oficio, como de la imposibilidad de citaros personalmente por estar resguardado del ejército de insurgentes que habéis levantado contra la Religión y la Patria, mandamos dar y dimos ésta nuestra carta de citación y llamamiento por la cual os llamamos y citamos, para que desde el día en que fuere introducido en los Pueblos que habéis sublevado, hasta los 30 siguientes, leída y publicada en la Santa Iglesia Catedral de esta Ciudad, Parroquias y Conventos, y en la de Valladolid y Pueblos fieles de aquella Diócesis, comarcamos de los de vuestra residencia parezcáis personalmente en la Sala de nuestra Audiencia, ante Nos, a estar a drecho con dicho Señor Inquisidor Fiscal, y os oiremos y guardaremos justicia; en otra manera, pasado el sobredicho término, oiremos al dicho Señor Fiscal y procederemos en la causa sin llamaros ni citaros, y se entenderán las siguientes providencias, con los estrados de ella hasta la sentencia definitiva, pronunciación y ejecución de ella inclusive, y os parará tanto perjuicio, como si en vuestra persona se notificara. Y mandamos que esta carta se fije en todas las Iglesias de nuestro Distrito, y que ninguna persona rasgue, ni chancele, ni quite, bajo la pena de Excomunión Mayor y de quinientos pesos aplicados para los gastos del Santo Oficio y de las demás que imponen el derecho canónico y Bulas Apostólicas contra los fautores de herejías; y declaramos incursos en el crimen de fautoría y en las sobredichas penas, a todas las personas, sin excepción, que aprueben vuestra sedición y reciban vuestras proclamas, mantengan vuestro trato y correspondencia espitolar, y os presten cualquier género de ayuda y favor, y a los que no denuncien y obliguen a denunciar a los que favorezcan vuestras ideas revolucionarias, y de cualquiera modo las promuevan y propaguen, pues todas se dirigen a derrocar el Trono y el Altar, de lo que no deja duda la errada creencia de que estáis denunciado, y la triste experiencia de nuestros crueles procedimientos, muy iguales, así como la Doctrina, a los del perdido Lutero en Alemania. En Testimonio de lo cual, mandamos dar y damos la presente firmada de nuestros nombres, y sellada con el sello del dicho Santo Oficio, y refrendada de uno de los Secretarios del Secreto de él.- Dado en la Inquisición de México, y Sala de Nuestra Audiencia, a trece días del mes de octubre de mil ochocientos diez.
Dr Bernado de Prado
Lic. D. Isidoro Saiz de Albfaro y Ovejero y Beaumont
Por mandato del Santo Oficio Dr. D. Luis Calvo de la Castilla Secretario
Texto de la excomunión de Hidalgo
"Por la autoridad de Dios Todopoderoso, el Padre, Hijo y Espíritu Santo, y de los santos cánones, y de la inmaculada Virgen María madre y nodriza de nuestro Salvador, y de las vírgenes celestiales, ángeles, arcángeles, tronos, dominios, papas, querubines y serafines, y de todos los santos patriarcas y profetas; y de los apóstoles y evangelistas; y de los santos inocentes, quienes a la vista del Santo Cordero se encuentran dignos de cantar la nueva canción, y de los santos mártires y de los santos confesores; y de las vírgenes y de los santos y elegidos de Dios, lo excomulgamos y anatemizamos y lo secuestramos de los umbrales de la Iglesia del Dios omnipotente, para que pueda ser atormentado por eternos y tremendos sufrimientos, juntamente con Satán y Abrirán, y aquellos que dicen al Señor ¡apártate de nosotros porque no deseamos ninguno de tus caminos! y así como el fuego del camino es extinguido por el agua, que sea la luz extinguida en él para siempre.
Que el Hijo, quien sufrió por nosotros, lo maldiga.
Que el Espíritu Santo, que nos fue dado en nuestro bautismo, lo maldiga.
Que la Santa Cruz a la cual ascendió Cristo por nuestra salvación, triunfante de sus amigos, lo maldiga.
Que la Santa y eterna Virgen María madre de Dios lo maldiga.
Que todos los ángeles y arcángeles, principados y potestades, y todos los ejércitos celestiales lo maldigan.
Que San Juan el Precursor, y San Pedro y San Pablo y San Juan el Bautista, y San Andrés y todos los demás apóstoles de Cristo juntamente lo maldigan.
Ojalá que el resto de sus discípulos y los cuatro evangelistas quienes por sus predicaciones convirtieron al mundo universal; y ojalá que la santa compañía de mártires y confesores, quienes por sus santas obras se han encontrado agradables al Dios Todopoderoso lo maldigan..
Ojalá que todos los santos desde el principio del mundo y todas las edades quienes se hallan ser amados de Dios, le condenen; y ojalá que los cielos y la tierra y todas las cosas que hay en ellos le condenen.
Que sea condenado en donde quiera que esté en la casa o en el campo; en los caminos o en las veredas; en las selvas o en agua, o aún en la Iglesia.
Que sea maldito en el vivir y en el morir; en el comer y en el beber; en el ayuno o en la sed; en el dormitar y len el dormir; en la vigilia o andando; mingiendo o cancando, y en todas las sangrías.
Que sea maldito interior y exteriormente.
Que sea maldito en la corona de su cabeza y en sus sienes, en frente y oídos, en sus cejas y mejillas, en sus quijadas y narices, en sus dientes, en sus labios y garganta; hombros y muñecas; en sus brazos, manos y dedos.
Que sea condenado en sus venas, muslos, caderas, piernas, pies y uñas de los pies.
Que sea maldito en todas las junturas y articulaciones de su cuerpo.
Que desde la parte superior de su cabeza hasta la planta de sus pies, no haya nada bueno en él.
Que el Hijo del Dios viviente, con toda la gloria de su majestad, lo maldiga, y que el cielo, con todos los poderes que hay en él, se subleve contra él, lo maldigan y lo condenen. Amén. ¡Así sea! Amen".

RESPUESTA DEL PADRE HIDALGO:
A la excomunión y terribles anatemas lanzados contra don Miguel Hidalgo y Costilla por el obispo de Michoacán, Manuel Abad y Queipo --nunca levantados por más que la iglesia asegura hoy día lo contrario-- el Padre de la Patria respondió con firmeza y decisión:
“Los opresores no tienen armas ni gentes para obligarnos con la fuerza a seguir en la horrorosa esclavitud a que nos tenían condenados. ¿Pues qué recurso les quedaba? Valerse de toda especie de medios injustos, ilícitos y torpes que fuese, con tal que conduzcan a sostener su despotismo y la opresión de la América; abandonan hasta la última reliquia de honradez y hombría de bien, se prostiuyen las autoridades más recomendables, FULMINAN EXCOMUNIONES QUE NADA MAS QUE ELLOS SABEN QUE NO TIENEN FUERZA ALGUNA: PROCURAN AMEDRENTAR A LOS INCAUTOS Y ATERRORIZAR A LOS IGNORANTES PARA QUE ESPANTADOS CON EL NOMBRE DEL ANATEMA, TEMAN DONDE NO HAY MOTIVO DE TEMER”.
“¿Quién creería, amados conciudadanos, que llegase hasta este punto el descaro de los gachupines? ¿Profanar las cosas más sagradas para asegurar su intolerable dominación? ¿Valerse de la misma religión santa para abatirla y destruirla? ¿Usar de excomuniones contra toda la gente de la Iglesia, fulminarlas sin que intervenga motivo de Religión?”.
ABRID LOS OJOS AMERICANOS, NO OS DEJEIS SEDUCIR DE NUESTROS ENEMIGOS; ELLOS NO SON CATÓLICOS SINO POR POLÍTICA; SU DIOS ES EL DINERO, Y LAS CONMINACIONES SOLO TIENEN POR OBJETO LA OPRESIÓN. ¿Creíais acaso que no puede ser verdadero católico el que no esté sujeto al déspota español? ¿De dónde nos ha venido este nuevo dogma, éste nuevo artículo de fé? ABRID LOS OJOS, vuelvo a decir, meditad sobre vuestros verdaderos intereses; de éste precioso momento depende la felicidad o la infelicidad de vuestros hijos y de  vuestra numerosa comunidad. Son ciertamente incalculables, amados conciudadanos míos, los males a que quedan expuestos, si no aprovecháis este momento feliz que la Divina Providencia os ha puesto en las manos; NO ESCUCHEIS LAS SEDUCTORAS VOCES DE NUESTROS ENEMIGOS QUE BAJO EL VELO DE LA RELIGIÓN Y DE LA AMISTAD OS QUIEREN HACER VICTIMA DE3 SU INSACIABLE CODICIA”.
Así respondió este hombre extraordinario a la Santa Inquisición y aún prisionero en Acatitla de Baján, en manos del terrible tribunal mantuvo su actitud digna, aunque atado y a culatazos, le obligaron a arrodillarse para escuchar su sentencia de muerte y degradación sacerdotal.
Al alba del 30 de julio de 1811 se ejecutó la sentencia por una docena de soldados que le fusilaron. El cadáver de Hidalgo, en una silla colocada sobre una tarima fue expuesto al público a la derecha de la puerta principal del Colegio de la Compañía, hoy Palacio de Gobierno de Chihuahua, frente a la plaza. Al anochecer se le introdujo al edificio y tendido sobre unas tablas, llamaron a un indio tarahumara para que de un solo tajo le cortara la cabeza con un machete.
Tras una larga peregrinación por Chihuahua, Zacatecas, Lagos de Moreno, León y Guadalajara, para escarmiento de los insurgentes, la cabeza conservada en sal se colocó en un pica y permaneció durante muchos años en la alhóndiga de Granaditas, junto con las de Allende, Aldama y Jiménez, una en cada esquina, hasta que las retiró el pueblo en 1821.
Visto lo anterior ¿Tiene algún caso que el Episcopado diga que se levantó la excomunión? ¿Puede existir entonces alguna justificación para que el arzobispo Corripio estuviese en la parroquia de Dolores tres días antes de la celebración cívica del Grito por nuestras autoridades?
Ninguna, y ahí están las propias palabras de Hidalgo al responder a quienes le anatemizaron.“¡Abrid los ojos conciudadanos!”
Ya es tiempo de abrirlos ¿No cree usted?
Publicado en el DIARIO DEL SURESTE (periódico a cargo del Gobierno del Estado de Yucatán) - Lunes 7 de octubre de 1985
puntoXpunto – DE AGENCIA MEXICANA DE INFORMACIÓN  - Hidalgo  -  Excomunión y fusilamiento.

HIDALGO Y LA PATRIA
Las conciencia histórica deberá ser guía de nuestras acciones diarias. Sólo la cabal comprensión del pasado, nos permitirá entender el sentido de nuestro presente y de nuestro futuro; México tiene en su historia una de las más ricas fuentes de inspiración y fortaleza. Es en ella donde debemos buscar los ejemplos de voluntad, perseverancia y patriotismo que reclamen las circunstancias. Siempre será útil traer a la memoria, que en los peores momentos, hemos sabido salir adelante, más fuertes y mejor constituidos, porque tenemos conciencia de nuestra identidad nacional y del vigor que tenemos como pueblo. 
El pueblo que olvida su historia, para bien o para mal, suele repetirla; los mexicanos tenemos memoria, sabemos de donde venimos, lo que hacemos, y estamos conscientes hacia donde vamos. Por ese saber, en este día, gobernantes y gobernados, estamos antes uno de los altares de la patria, erigido a los héroes de la Independencia, para recordar y no olvidar jamás, que el 13 de agosto de 1521 se derrumbó Tenochtitlán bajo el ataque devastador de las huestes de Hernán Cortés.
La conquista española fue lisa y llanamente eso, sólo una conquista; el triunfo del más fuerte. El fuerte que sojuzga al débil para explotarlo. El fin fundamental del conquistador peninsular tiende en esencia, a su enriquecimiento a costa del indio de América. El que soportó a lo largo de tres siglos la opresión originada por la encomienda y los latifundios.
En el año de 1810 las condiciones estaban dadas: el movimiento criollo inspirado en las ideas de la revolución francesa; el ejemplo de la independencia de Estados Unidos; y posteriormente la invasión napoleónica en España.
Todo esto aunado a las condiciones internas dieron pauta para que surgiera el intento de realizar un viejo sueño de libertad e independencia, para que germinara la semilla de la emancipación. 
¡VIVA LA INDEPENDENCIA!
¡VIVA AMERICA!
¡MUERA EL MAL GOBIERNO!
Así fue pronunciado el auténtico "Grito de Dolores" por Don Miguel Hidalgo y Costilla al amanecer del día 16 de Septiembre de 1810, y ese grito, después de 187 años(*), repercute aún haciéndolo vibrar como eco revolucionario del acto político más trascendente del pueblo mexicano.
Hidalgo sabía bien el alcance y significado político de su grito, !VIVA LA INDEPENDENCIA!, porque así lo quiere este pueblo después de la experiencia de tres siglos de yugo bajo un poder extranjero y por conservarla ha de luchar en todo tiempo y ante cualquier enemigo.
¡VIVA AMERICA! Porque el mexicano reconoce su solar patrio dentro del ámbito continental, así como su solidaridad con sus hermanos y vecinos geográficos. 
¡MUERA EL MAL GOBIERNO!, porque Hidalgo no sólo buscaba la independencia del poder extranjero, sino la exterminación de los opresores gobernantes que habían permitido la explotación y sojuzgamiento de la base del pueblo mexicano.
Miguel Hidalgo, aceptó encabezar el movimiento de Independencia aún a sabiendas, según sus propias palabras, que los autores de semejantes empresas nunca gozan del fruto de ellas.
Los ideólogos que junto a Hidalgo contribuyeron a forjar nuestra Independencia fueron: Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Matamoros; Josefa Ortiz de Domínguez, José Ma. Morelos, Vicente Guerrero y otros más.
Hidalgo, preocupado por la situación indigente del pueblo, castas y esclavos que le siguieron, publicó los decretos sociales más avanzados de la épocas, el primero el 5 de diciembre de 1810, expedido en la ciudad de Guadalajara, en el que dio un evidente sentido agrario a la lucha por la Independencia, al establecer el reparto de las tierras de cultivo entre los indígenas y el goce exclusivo de las tierras de comunidad en beneficio de aquellos.
Sus ideas de igualdad lo llevaron a contemplar al esclavo como ser humano, con las mismas prerrogativas de cualquier ciudadano. Publicó en Valladolid (Morelia) el 19 de octubre de 1810, un decreto sobre la abolición de la esclavitud y del pago de tributos y otras gabelas impuestas a las castas; prevenía a todos los dueños de los esclavos los pusieran en libertad, otorgándoles las necesarias escrituras para que pudieran tratar y contratar, comparecer en juicio, otorgar testamento y ejecutar las demás cosas que hacían las personas libres.
México nació bajo la inspiración y el aliento creador de un hombre superior, admirado y reconocido aún por sus enemigos como una figura excepcional por su talento y su cultura; intelectual, maestro, civilizador, reformador y mártir, Hidalgo, señorea con su figura gigante el paisaje mexicano.
Según el acta bautismal de Cuitzeo de los Naranjos, fue el 8 de mayo de 1753 cuando la Hacienda de Corralejo, Guanajuato vio nacer a Miguel Gregorio Antonio Ignacio, hijo de Cristóbal Hidalgo y Costilla y Ana María Gallaga. Fueron, pues, los horizontes mexicanos los que lo vieron crecer, como fueron los pueblos mexicanos los que le hicieron sentir sus pobrezas y percibir sus tragedias, por eso no le importaba el origen español de sus ancestros, pues era superior y más trascendente la razón de su causa que el fervor de su sangre.
Fue un estudiante esclarecido, por eso sus compañeros le decían "El Zorro". Su incansable actividad intelectual le valió el mote de "Hormiga trabajadora de Minerva". En verdad, la sabiduría era luz de su camino y meta para servir mejor a su patria. Era el zorro y era la hormiga, era la astucia y la laboriosidad.
Era asiduo lector de autores franceses y aumentaba sus anhelos libertarios en el ideario de la revolución francesa, por eso su casa era conocida como "La Francia Chiquita". Un ideario revolucionario había penetrado en la conciencia de Miguel Hidalgo y Costilla.
Hidalgo era presbítero desde 1779, pero su principal sacerdocio fue la ciencia porque sabía que de ella desprendía las verdades para redimir, para iluminar.
Era un reformador porque quería que la iglesia fuera fuente de redención espiritual, que se respetaran todas las creencias y que nadie las utilizara para la explotación del hombre.
Hidalgo fue maestro en el amplio sentido de la responsabilidad, en el concepto de que la educación debe modificar la conducta de los hombres para hacerlos cívicamente superiores, solidariamente fuertes. Pan y Cultura para el hombre, fue la fórmula salvadora que trazó Hidalgo sobre la faz inmaculada de la Patria, simbolizando que la independencia sin la luz de la cultura nunca será completa.
Así era el hombre: firme en sus decisiones, tenaz en su lucha libertaria, rebelde contra la injusticia, así vinieran de los hombres o de las instituciones de la colonia, desfanatizador por excelencia en sus luchas contra las supersticiones, intelectual de gran valor universal, sabio redentor de las conciencias.
Miguel Hidalgo recibió la oferta del perdón de su vida a cambio de su rendición incondicional, a lo que contestó: "el indulto es para los criminales, no para los defensores de la Patria". El movimiento de Hidalgo, a más de mostrar a los mexicanos el camino para lograr la independencia, hizo surgir en ellos la idea de patria. Antes de septiembre de 1810 no existía la patria mexicana: es a partir de ese momento cuando se empezara a luchar por ella.   (......)
A pesar de la innegable heroicidad de Miguel Hidalgo y Costilla, los miopes de la libertad negaron su grandeza, los que perdieron canonjías, llenaron de odio su figura, los que se deslumbraron con su enorme cultura llenaron de envidia su torpe conciencia; por eso le desconocieron sus cargos, lo aprehendieron y lo asesinaron, pero el tribunal de la historia lo reconoció amorosamente como PADRE DE LA PATRIA independiente y soberana que alimentó con su sangre e hizo grande con su esfuerzo creador.
Soberanía e independencia, son conceptos de una filosofía política que los mexicanos hemos aprendido en el sacrificio heroico de aquellos que para nuestra libertad ofrendaron la suya propia. Rendir homenaje póstumo a nuestros héroes, nos dignifica como pueblo y nos compromete con el pasado ya que en cada página de su vida encontramos lecciones permanentes de nacionalismos, valor civil y amor por su pueblo.
Hoy vivimos, una nueva etapa, son tiempos distintos, encaramos nuevos desafíos, vivimos con el afán de perfeccionar nuestra democracia; sabemos bien, que ésta sólo se alcanza, con el esfuerzo de todos, con la participación de las fuerzas políticas del país; con el respeto a la ideología, al sentimiento y a la voluntad de los ciudadanos; conscientes de que el poder dimana, única y exclusivamente del pueblo.
Hoy tenemos independencia, pero para que esta sea una independencia política plena, se hace necesario e indispensable, contar con una independencia económica total, ajena a todo vaivén sexenal, por tal motivo, se analizar y en su caso aprobar y establecer en México una política económica de estado, que garantice plenamente la permanencia de los recursos en nuestro país.
Juntos, pueblo y gobierno, estamos construyendo una etapa más en la historia de un México más maduro. Sin embargo, ciudadanos, debemos ser cuidadosos, existen quienes pretenden manejar las decisiones gubernamentales como si estas fueran en conjunto un juguete nuevo.
Debemos ser cuidadosos, pues en la actualidad existen quienes pretenden revivir viejos antagonismos arraigados en México y con ello entorpecer la armonía que ha caracterizado a las corrientes ideológicas libres y comprometidas con el desarrollo del hombre.
El futuro de México y de Tamaulipas es promisorio. Debemos aprender de la historia para no cometer más errores. Debemos aprender de la historia, para entender nuestra misión. Debemos aprender de la historia para enseñar y transmitir a nuestros hijos, el amor a la patria. Debemos aprender de la historia, para entender, que lo único que hace feliz al hombre, es sólo la libertad. Gritemos al mundo nuestra libertad, pero también gritemos al mundo, nuestra madurez como nación.

Miguel García Mejía
Colegio Coordinador