J U A N A L V
A R E Z.
“Juntos
entramos en el camino de la libertad y el progreso
y unidos debemos continuar
sin que sirva de nota
que unos avancen más y otros menos”
Juan Alvarez.
El recuerdo de la gran revolución de Ayutla, nos da ocasión para
significar la limpia trayectoria de la vida de Don Juan Alvarez, ciudadano
ejemplar, revolucionario puro que
entrega a la Patria medio siglo de su existencia, amalgamada con la causa misma
de la libertad y agigantada por la fuerza política y moral y el profundo contenido
social de nuestras revoluciones.
Inicia Morelos apenas sus operaciones en el Sur, cuando el 17 de
noviembre de l810, en el pueblo de Coyuca, hoy de Benítes, se incorpora a su
escolta el joven Juan Alvarez, quien ha de asistir al lado de Morelos, mientras
este vive y después, al lado de Don Vicente Guerrero, a la mayor parte de las
acciones de armas de los 11 años de la Guerra de Independencia, hasta verla
coronada por el éxito en el memorable Abrazo de Acatempan, el Plan de Ayutla y
la entrada a México del Ejército Trigarante.
No disipada todavía la lucha, defiende el federalismo (Constitución del 4 de Octubre de 1824 ), con
el conocimiento pleno de que representaba la única forma de asegurar el pleno
goce de las libertades, que el centralismo pretendía ahogar, continuando el
sistema virreinal a base de concentrar el poder y la autoridad en unas cuantas
manos.
Esta convicción le mantuvo activo hasta 1854. En el período que va
de la consumación de la Independencia
Política a la Gran Revolución de Ayutla, solo mantiene en paz a su provincia,
cuando surgen los gobiernos liberales que dan vigencia a la Constitución de
1824, con una sola excepción que lo honra; Siendo presidente Santa Anna y
manteniéndose los surianos en rebeldía, acaece la invasión norteamericana; el
sur depone su actitud y al mando de Juan
Alvarez presta su contingente, para mantener la integridad Nacional.
El 1º de marzo de 1854, se proclama El Plan de Ayutla y es la figura
de aquel joven soldado que se unió a Morelos
en 1810, que maduro en convicciones a través del penoso evolucionar de su pueblo, el que ha de
prestarle eje y alma a la gran Revolución de Ayutla.
Jesús Romero Flores, escribe “ Tres etapas grandiosas ha tenido la
Revolución Mexicana: La lucha por la Independencia Política, 1910; la lucha por la libertad espiritual, 1854 y la
lucha por la autonomía económica 1910. Hidalgo, Alvarez y Madero, acaso sin
proponérselo conscientemente, iniciaron cada una de esas etapas que fueron felizmente
continuadas por otros muchos paladines “
Pero la figura de Juan Alvarez se actualiza, cobra importancia, a
través de la política presente, porque no solo funde su vida al calor que
producen las luchas libertarias, sino que es entonces y se prolonga ahora como
una eterna y hermosa lección de civismo.
El hombre que ha dado su juventud a la Patria, viejo ya, abraza una
vez más su vieja causa con estas ejemplares palabras:
“Mi edad bastante avanzada y
mis notorias enfermedades, me exigen retirarme al descanso de la vida privada;
más al llamado de mis conciudadanos he alejado de mí el bienestar particular y
vengo a sacrificarlo todo a la causa sagrada que desde tiempos muy atrás sirvo
con lealtad, porque ella es la de mi Patria “
Y cuando triunfante la Revolución de
Ayutla estima necesario
nuevamente el sacrificio nos hereda estas preciosas palabras.
“ Pobre entré a la Presidencia y pobre salgo de ella, pero
con la satisfacción que no pesa sobre mí la censura pública, porque dedicado
desde mi más tierna edad al trabajo personal, se manejar el arado para sostener
a mi familia, sin necesidad de los puestos públicos donde otros se enriquecen
con ultraje de la orfandad y la miseria “
Compiló: Rigoberto Castillo Míreles.