Cátedra
Extraordinaria “Benito Juárez”, UNAM.
“Carta Laica”
“La democracia es
sinónimo de laicidad, en virtud de que es contraria al fanatismo, al
dogmatismo, a la superstición, al pensamiento único y a los valores absolutos
que son inaccesibles a la razón humana”.
Jorge Carpizo
Considerando que la laicidad del
estado es un conquista que ha distinguido al México moderno.
Que desde hace 150 años,
venturosamente, se consolidó una cabal separación entre las normas y las
autoridades civiles y las instituciones religiosas.
Que ese proceso ha tenido
reconocimiento constitucional en diferentes momentos y que ha quedado plasmado
en la constitución con el reconocimiento del carácter laico de la República
Mexicana.
Que la separación entre el Estado y
las iglesias y el sometimiento de estas últimas a los ordenamientos y
autoridades civiles son condición para que las personas ejerzan la libertad de
conciencia que la constitución les reconoce y puedan convivir en un contexto de
pluralidad en el que se respetan y protegen las diferencias.
Que la laicidad es fundamento de
libertad y palanca contra la discriminación y, por lo mismo, es una condición
que hace posible la convivencia democrática.
Que en las sociedades democráticas la
libertad de conciencia y el derecho de las personas a profesar o a no profesar
creencias religiosas debe estar garantizada.
Que en un estado constitucional y
democrático se reconoce a todas las iglesias que ajustan sus prácticas a las
leyes del Estado y que respetan los derechos de los terceros en igualdad de
condiciones.
Que todos los ministros de todos los
cultos deben estar sometidos a las leyes del estado sin excepciones.
Que un estado laico no es un estado
antirreligioso ni un estado intransigente.
Que un estado laico reconoce a todas
las personas libertad para modular su conciencia y su vida a partir de sus
propias convicciones en igualdad de condiciones.
Que la laicidad también implica el
reconocimiento y el respeto a las convicciones morales y filosóficas de las
personas que no profesan religión alguna.
Que en un Estado es inadmisible que
una iglesia o un grupo religioso imponga sus dogmas, principios o reglas de
conducta a la comunidad política.
Que la educación debe ser laica porque
de ello dependen la libertad de conciencia y el futuro de la democracia.
Que la legitimidad de las normas
colectivas en una sociedad democrática solo puede provenir de la legitimidad
que otorgan los ciudadanos a sus representantes electos.
Que las normas colectivas deben
ajustar su contenido a los límites que impone la constitución siendo un límite
cardinal el respeto a los derechos fundamentales de todas las personas sin
discriminaciones.
Que el federalismo no puede ser un
pretexto para fracturar el principio de igualdad ante la ley por lo que las
creencias de la mayoría de la población en una entidad no pueden configurar el
contenido de las normas colectivas en detrimento de los derechos de las
minorías o restringiendo el alcance de derechos otorgados a todas las personas
por la constitución nacional.
Que, como han sostenido los autores de
la Declaración Universal sobre la Laicidad en el Siglo XXI, “la laicidad del
siglo debe permitir articular diversidad cultural y unidad del vínculo político
y social, de la misma manera que las laicidades históricas tuvieron que
aprender a conciliar las diversidades religiosas y la unidad de este vínculo”.
Que México enfrenta una coyuntura
difícil en las que algunas personas y organizaciones militan en contra de los
principios enunciados.
Los firmantes de esta carta…nos
dirigimos a la opinión pública para hacer un llamado al Presidente de la
República, legisladores, jueces y demás autoridades del Estado en todos los
niveles de gobierno para que, en observancia de lo que dicta nuestra
constitución se comprometan a las siguientes acciones:
a. Garantizar en todos los ámbitos de
la vida pública la separación entre la esfera política que incumbe a toda la
sociedad mexicana y la esfera religiosa que concierne solo a los fieles de las
diversas religiones;
b. Promover la tolerancia como
principio fundamental de convivencia democrática para sentar las bases de una
sociedad que reconoce el valor de las diferencias;
c. Garantizar que el contenido de las normas
respete los principios de libertad, igualdad y no discriminación que impone el
marco constitucional;
d. Garantizar la laicidad de la
educación. La escuela debe ser un espacio de encuentro plural y abierto en el
que, como dicta la constitución, los contenidos educativos -en todas las
materias- se orienten por el progreso científico y combatan la ignorancia, las
servidumbres, los fanatismo y los prejuicios;
e. Garantizar que existan las
condiciones para que la investigación científica se desarrolle sin obstáculos
fundados en dogmas religiosos. La búsqueda y la difusión del conocimiento, a
través de la investigación y la docencia, deben transcurrir sin ataduras a
dogmas o presuntas verdades reveladas;
f. Garantizar que la laicidad sea el
principio que oriente las políticas públicas en materia de salud y de
preferencia sexual;
g. Evitar que el federalismo se
convierta en un pretexto para fragmentar el principio de igualdad en derechos.
Todas las personas, independientemente de la entidad federativa en la que
vivan, o se encuentren, deben ser titulares de una amplia esfera de libertades
en igualdad de condiciones;
h. Promover las reformas necesarias para
restituir la vigencia de la laicidad en los casos donde hayan sido adoptadas
disposiciones que contravengan los principios proclamados en esta carta.
México D.F., a 14 de
enero de 2013.
Cátedra
Extraordinaria “Benito Juárez”
República Laica
Iniciativa de la Cátedra Extraordinaria “Benito Juárez” de la Universidad Nacional Autónoma de México y TVUNAM, que tiene como finalidad reunir en seis programas reflexiones en torno al concepto de la laicidad. La laicidad entendida como la separación entre el Estado y las iglesias pero también entendida como un proyecto intelectual, que tiene una agenda axiológica propia, y su vinculación con otros conceptos claves para las democracias constitucionales.
Capítulo 1 Laicidad: entre la libertad y la igualdad
Capítulo 2 Laicidad y educación
Capítulo 3 Laicidad y derechos sexuales y reproductivos
Capítulo 4 Laicidad y democracia
Capítulo 5 Laicidad y estado constitucional
Capítulo 6 Cultura laica
Colección de cuadernos “Jorge Carpizo”
Para entender y pensar la laicidad.
- Los dilemas de la laicidad – Pedro Salazar Ugarte
- El pensamiento Laico de Benito Juárez – Patricia Galeana
- El concepto de laicidad – Michelangelo Bovero
- Laicidad y liberalismo – Fabiola Rivera Castro
- Laicidad y diversidad – Laura Saldivia
- Laicidad y catolicismo – Hugo Omar Seleme
- Laicidad y resistencia – Julieta Lemaitre Ripoll
- Laicidad y símbolos religiosos – Roberto Saba
- Laicidad y Constitución – Alfonso Ruiz Miguel
- Laicidad y ateísmo – Marcelo Alegre
- Laicidad y libertad religiosa – Pierluigi Chiassioni
- Laicidad y América Latina – Ernesto Bohoslavsky
- Laicidad y modernidad – Felipe Gaytán
- Laicidad y teoría política – Ermanno Vitale
- Democracia y laicidad activa – Rodolfo Vázquez
- Laicidad y relativismo – Andrea Greppi
- Laicidad y sexualidad - Juan Vaggione
- Laicidad y medios de comunicación – Raúl Trejo Delarbre
- Laicidad y discriminación – Jesús Rodríguez Zepeda
- Laicidad y multiculturalismo – Daniel Gutiérrez-Martínez
- Laicidad y derecho internacional – José Ma. Serna de la Garza
- Laicidad y secularización – Ana Teresa Martínez
- Laicidad y libertad religiosa – Miguel Carbonell
- Laicidad y educación – Carlos Martínez Assad
- Laicidad e Islam – Juan-Francois Bayart
- Laicidad y Cultura – Diego Valadés
- Laicidad y elecciones – J. Jesús Orozco Henríquez
- Laicidad y sociedad – Valentina Pazé
- Laicidad y minorías religiosas – Paulina Barrera Rosales
- Laicidad y política – Luis Salazar Carrión
- Laicidad y ciencia – Raphaël Liogier
- Laicidad en México – Roberto Blancarte
- Laicidad y libertad de conciencia – Pauline Capdevielle
- Laicidad y justicia constitucional – Leonardo García Jaramillo
Otras Lecturas