martes, 4 de marzo de 2014

Centellas Liberales

Centellas Liberales





¿QUE ES EL LIBERALISMO?
El liberalismo es un modo de entender la naturaleza humana y una propuesta para conseguir que las personas alcancen el más alto nivel de prosperidad y potencial que posean (de acuerdo con los valores, actitudes y conocimientos que tengan, junto al mayor grado de libertad posible, en el seno de una sociedad que ha reducido al mínimo los inevitables conflictos, al mismo tiempo el liberalismo descansa en dos actitudes vitales que conforman su talante: la tolerancia y la confianza en la fuerza de la razón.
¿En qué ideas se basa el liberalismo?
El liberalismo se basa en cuatro simples premisas básicas:
- Los liberales creen que el Estado ha sido concebido para el individuo y no a la inversa; valoran el ejercicio de la libertad individual como algo intrínsecamente bueno y como condición insustituible para alcanzar los mayores niveles de progreso. Entre esas libertades, la libertad de poseer bienes (el derecho a la propiedad privada) les parece fundamental, puesto que sin ella el individuo está perpetuamente a merced del Estado.
- Por supuesto, los liberales también creen en la responsabilidad individual. No puede haber libertad sin responsabilidad. Los individuos son (o deben ser) responsables de sus actos, y deben tener en cuenta las consecuencias de sus decisiones y los derechos de los demás.
- Precisamente para regular los derechos y deberes del individuo con relación a los demás, los liberales creen en el Estado de Derecho, es decir, creen en una sociedad regulada por leyes neutrales que no den ventaja a persona, partido o grupo alguno y que eviten enérgicamente los privilegios.
- Los liberales también creen que la sociedad debe controlar estrechamente las actividades de los gobiernos y el funcionamiento de las instituciones del Estado.
¿El liberalismo es una ideología?
No, los liberales tienen ciertas ideas verificadas por la experiencia sobre como y por que algunos pueblos alcanzan mayor grado de eficiencia y desarrollo, o la mejor armonía social, pero la esencia de este modo de entender la política y la economía radica en no señalar de antemano hacia donde queremos que marche la sociedad, sino en liberar las fuerzas creativas de los grupos e individuos para que estos decidan espontáneamente el curso de la historia.
Los liberales no tienen un plan para diseñar el destino de la sociedad. Incluso, les parece muy peligroso que otros tengan esos planes y se abroguen el derecho de decidir el camino que todos debemos seguir.
¿Cuáles son las ideas económicas que sostienen los liberales?
La de mayor calado es la que defiende el libre mercado en lugar de la planificación estatal. Ya desde la década de los 20, el pensador liberal austríaco Ludwig Von Mises, demostró como en las sociedades complejas no era posible planificar centralmente el desarrollo, pues el cálculo económico no puede hacerse. Señaló con toda precisión (en contra de las corrientes socialistas y populistas de la época) como cualquier intento de fijar artificialmente la cantidad de bienes y servicios que debían producirse, así como los precios que deberían tener, conduciría al desabastecimiento y a la pobreza.
Von Mises demostró que el mercado (la libre concurrencia en las actividades económicas de millones de personas que toman constantemente millones de decisiones orientadas a satisfacer sus necesidades de la mejor manera posible), generaba un orden natural espontáneo infinitamente más armonioso y creador de riqueza que el orden artificial de quienes pretendían planificar y dirigir la actividad económica. Obviamente, de ahí se deriva que los liberales, en líneas generales, no crean en controles de precios y salarios, ni en los subsidios que privilegian una actividad económica en detrimento de las demás.
¿No conduciría el libre juego del mercado a la pobreza de unos en beneficio de otros?
En lo absoluto. Cuando las personas, actuando dentro de las reglas del juego, buscan su propio bienestar, suelen beneficiar al conjunto. Otro gran pensador liberal Joseph Schumpeter, también de la escuela austríaca, demostró como no hay estímulo más enérgico para la economía que la actividad incesante de los empresarios y capitanes de industria que seguían el impulso de sus propias urgencias psicológicas y emocionales.
Los beneficios colectivos que se derivan de la ambición personal eran muy superiores al hecho también indudable de que se producían diferencias en el grado de acumulación de riquezas entre los distintos miembros de una comunidad.
Pero quizá quien mejor resumió esta situación fue uno de los líderes chinos de la era post Maoista, cuando reconoció, melancólicamente, que "Por evitar que unos cuantos chinos anduvieran en Rolls Royce, condenamos a cientos de millones a desplazarse para siempre en bicicleta".
Si el papel de Estado no es planificar la economía ni buscar una sociedad igualitaria, ¿Cuál es su rol principal de acuerdo con los liberales?
Es esencial, el rol fundamental del Estado debe ser mantener el orden y garantizar que las leyes se cumplan. La igualdad que buscan los liberales no es la autopía de que todos obtengan los mismos resultados, sino la de que todos tengan los mejores resultados, y en ese sentido una buena educación y una buena salud deben de ser los puntos de partida para poder acceder a una vida mejor.
¿Cómo debe ser el Estado que propugnan los liberales?
De la misma manera que los liberales tienen ciertas ideas sobre la economía, asimismo postulan una manera de entender el Estado. Por supuesto, los liberales son inequívocamente demócratas y creen en el Gobierno de las mayorías dentro de un marco jurídico que respete los derechos inalienables de la minorías. Esa democracia, para que realmente lo sea, debe ser multipartidista y estar organizada de acuerdo con el principio de la división de poderes.
Aunque no es una condición indispensable, los liberales prefieren el sistema parlamentario de gobierno, por cuanto suele reflejar mejor la variedad de la sociedad y es más flexible para generar cambios de gobierno cuando se modifican los criterios de la opinión pública.
Por otra parte, el liberalismo contemporáneo cuenta con agudas reflexiones sobre como deben ser las constituciones, el premio Nobel de Economía Friedrich Von Hayek es autor de muy esclarecedores trabajos sobre este tema, más recientemente, el también premio Nobel de Economía (1991) Ronald Coase ha añadido valiosos estudios que explican la relación entre la ley, la propiedad intelectual y el desarrollo económico.
Bien, esa es la idea suscinta del Estado, pero ¿qué creen los liberales del gobierno, es decir, del grupo de personas seleccionadas para administrar el Estado?
Los liberales creen que el gobierno debe ser reducido, porque la experiencia les ha enseñado que las burocracias estatales tienden a crecer parásitamente, o suelen abusar de los poderes que les confiere y malgastan los recursos de la sociedad.
Pero el hecho de que un gobierno sea reducido no quiere decir que debe ser débil. Debe ser fuerte para hacer cumplir la ley, para mantener la paz y la concordia entre los ciudadanos, para proteger a la nación de amenazas exteriores.
Los liberales piensan que, en la práctica, los gobiernos real y desgraciadamente no suelen representar los intereses de toda la sociedad, sino que acostumbran privilegiar a los electores que los lleven al poder o a determinados grupos de presión. Los liberales, en cierta forma, sospechan de las intenciones de la clase política y no se hacen demasiadas ilusiones con relación a la eficiencia de los gobiernos. Por eso el liberalismo debe erigirse siempre en un permanente cuestionador de las tareas de los servidores públicos, y de ahí que no pueda evitar ver con gran esceptisismo esa función de redistribuidor de la renta, equiparador de injusticias o "motor de la economía" que algunos le asignan.
Otro gran pensador liberal, el premio Nobel de Economía James Buchanan, de la escuela de Public Choise (la opción pública), originada en su cátedra de la Universidad de Virginia, ha desarrollado una larga reflexión sobre este tema. En resumen, toda decisión del gobierno conlleva un costo perfectamente cuantificable, y los ciudadanos tienen el deber y el derecho de exigir que el gasto público responda a los intereses de la sociedad y no a los partidos políticos.
¿Quiere eso decir que los liberales no le asignan al gobierno la responsabilidad de procurar la implantación de la justicia social?
Eso quiere decir que los liberales prefieren que esa búsqueda descanse en los esfuerzos de la sociedad civil y se canalice por vías privadas y no por medio de gobiernos derrochadores e incompetentes, los cuales no sufren las consecuencias de la frecuente irresponsabilidad de los burócratas o de los políticos electos menos cuidadosos.
En última instancia, no hay ninguna razón especial que justifique que los gobiernos necesariamente se dediquen a tareas como las de transportar personas por las carreteras, limpiar las calles o vacunar contra el tifo.
Todo eso hay que hacerlo bien y al menor costo posible, pero seguramente ese tipo de trabajo se desarrolla con mucha más eficiencia dentro del sector privado. Cuando los liberales defienden la primacía de la propiedad no lo hacen por codicia, sino por la convicción de que es infinitamente mejor para los individuos y para el conjunto de la sociedad.
En inglés la palabra liberal tiene un significado aparentemente distinto al liberalismo que aquí se describe. ¿En qué se diferencía el liberalismo americano de lo que en Europa o en América latina se conoce como tal?
El idioma inglés ha tomado la palabra liberal del castellano y le ha dado un significado distinto, en líneas generales puede decirse que en materia económica el liberalismo europeo o el latinoamericano no son bastante diferentes del norteamericano, es decir, el liberal americano le suele quitar responsabilidad a los individuos y asignarlas al Estado. De ahí el concepto del Estado benefactor o "Welfare" que distribuye por vía de las presiones fiscales las riquezas que genera la sociedad. Para los liberales latinoamericanos y europeos, como se ha dicho antes, esa no es una función primordial del Estado, puesto que lo que suele conseguirse por esta vía no es un mayor grado de justicia social, sino unos niveles generalmente insoportables de corrupción, ineficiencia y derroche, lo que acaba por empobrecer el conjunto de la población.
Sin embargo, los liberales europeos y latinoamericanos si coinciden en un grado bastante alto con los liberales norteamericanos en materia jurídica y en ciertos temas sociales. Para el liberal norteamericano, así como para los liberales de Europa y de América Latina, el respeto de las garantías individuales y la defensa del constitucionalismo son conquistas irrenunciables de la humanidad.
¿En qué se diferencía el liberalismo de la social democracia?
La social democracia pone su acento en la búsqueda de una sociedad igualitaria y suele identificar los intereses del estado con los de los sectores proletarios o asalariados. El liberalismo, en cambio, no es clasista y pone por encima de sus objetivos y valores la búsqueda de la libertad individual.
¿En qué se diferencian los liberales y los conservadores?
Aunque en el análisis económico suele haber cierta coincidencia entre liberales y conservadores, ambas corrientes se separan en lo tocante a las libertades individuales. Para los conservadores lo más importante es el orden. Los liberales están dispuestos a convivir con aquello que no les gusta, siempre capaces de tolerar respetuosamente los comportamientos sociales que se alejan de los criterios de las mayorías, para los liberales la tolerancia es la clave de la convivencia, y la persuasión el elemento básico para el establecimiento de las jerarquías. Esa visión no siempre prevalece entre los conservadores.
¿En qué se diferencían los liberales y los democristianos?
Aun cuando la democracia cristiana moderna no es confesional, entre sus premisas básicas está la de una cierta concepción trascendente de los seres humanos.
Los liberales, en cambio, son totalmente laicos y no entran a juzgar las creencias religiosas de las personas. Se puede ser liberal y creyente, liberal y agnóstico, o liberal y ateo. La religión, sencillamente, no pertenece al mundo de las disquisiciones liberales (por lo menos en nuestros días), aunque si es esencial para el liberal respetar profundamente este aspecto de la naturaleza humana. Por otra parte, los liberales no suelen compartir con la democracia cristiana (o por lo menos con algunas de las tendencias de ese signo) cierto dirigismo económico al que normalmente se le llama socialcristianismo.
CARLOS MONTANER
El Liberalismo y el México actual

En 1811, en España, se usó por primera vez la palabra “liberal”. La utilizaron los legisladores que redactaron la Constitución Liberal de 1812, fuente de inspiración para los movimientos independentistas de la América Latina. Sin embargo, el pensamiento liberal existió mucho antes de que se inventara el vocablo. El concepto de la libertad y el deseo de alcanzarla es tan viejo como la vida.
Desde su nacimiento, el liberalismo se ha caracterizado por la defensa más decidida de la libertad de los individuos y de los pueblos. Con esta bandera, se ha enfrentado a las autoridades irracionales y dogmáticas, escudándose en los principios de la soberanía del pueblo, la libertad de conciencia y los derechos del hombre.
Los grandes liberales del pasado destronaron reyes, rompieron las cadenas del coloniaje, fincaron los cimientos legales del sistema republicano, arrebataron a la iglesia muchos de sus privilegios, impulsaron la investigación científica y sentaron las bases del desarrollo económico de nuestros tiempos.
El liberalismo es la praxis de la Teoría de la Libertad. No se ha definido con claridad lo que se debería entender por liberalismo, hay tendencias en conflicto que usan la misma etiqueta.
Se habla de un liberalismo universal, que abarca el anhelo humano por conquistar grados cada vez más extensos de libertad para los individuos y para la colectividad; pero también se señala con el marbete del liberalismo a quienes defienden la libre competencia y la no intervención del gobierno en los negocios, a pesar de que este liberalismo sectario beneficia solamente a los acaparadores, los especuladores, los monopolios y las transnacionales. La verdad es que, bajo la protección de la filosofía liberal, que es generosa y profundamente humanista, han medrado los eternos enemigos de la justicia social.
El liberalismo que alega defender el derecho de una persona para agredir a otra, que justifica la desigualdad social y consagra el derecho del más fuerte; el liberalismo que arrasa los recursos naturales, contamina irresponsablemente las aguas y la atmósfera, destruye los cimientos de la cultura, envenena las mentes, soborna a los gobiernos y se apropia del patrimonio inalienable de los pueblos: ese es un falso liberalismo y debemos desenmascararlo y combatirlo.
El pensamiento liberal en México, ha experimentado en el pasado momentos de confusión. Si exploramos las causas que pudieron dar origen a ello, nos encontramos que son varias y algunas de ellas muy antiguas.
Veamos, por ejemplo, los jacobinos, entendieron el liberalismo como antimonarquismo. Para Voltaire y Rousseau, era eso y anticlericalismo. Adam Smith lo concibió como un sistema económico que se regularía espontáneamente. Washington, Hidalgo, Morazán y Bolívar como lucha contra el dominio europeo. Para los ideólogos de la Reforma, el liberalismo fue la conquista de los derechos del hombre y de las naciones. Los revolucionarios (liberales en su mayor parte) reconocieron en su doctrina el presagio de las libertades sociales.
En fin, cada etapa de la lucha liberal ha coloreado con las tonalidades del medio, de la época y de la problemática social, el contenido del vocablo ¨liberalismo¨.
El liberalismo adquiere validez en cuanto intelectualmente, gesta la libertad del hombre para pensar y en cuanto políticamente, crea un hijo: la Democracia. En cambio, aborta en cuanto a importante renglón se refiere: el Liberalismo Económico. Gesta el capitalismo y prohija el colonialismo; Y lo sufren algunos pueblos en nuestros días. Verdadero sistema de esclavitud. El sentido económico del liberalismo puro, doctrina plausible, se trastocó en instrumento de penetración económica.
Como vemos al Liberalismo puede vérsele desde dos puntos de vista:
Por una parte constituye la filosofía de la libertad, que significa progreso, renovación permanente del intelecto, lo cual implica, a la vez ruptura de todas aquellas trabas que inmovilizan el pensamiento.
Por otra parte, tenemos el liberalismo económico, corriente doctrinaria que nace en el siglo XVIII, cuya esencia es la no intervención del estado en la vida económica, actitud que franceses sintetizaron en la fórmula DEJAR HACER, DEJAR PASAR.
En el Liberalismo Económico se señala que el Estado tiene las funciones prioritarias: Administración de Justicia; Defensa del País y Promover y sostener aquellas instituciones que para la iniciativa privada no tengan interés. Asimismo se considera como libre cambio, a la menor restricción para el comercio: la Defensa de la Nación es más importante que la riqueza y riqueza y bienestar deben marchar paralelamente.
El dejar hacer significaba, dejar a la persona campo libre en sus actividades, sin temor a que sus intereses particulares chocaran entre sí o perjudicaran los intereses de terceros y que el Estado, entre lo poco que tiene que  hacer, está el suprimir las trabas superficiales, asegurar el derecho a la propiedad y a la libertad, castigar a los que atenten contra ese derecho y enseñar las leyes del orden natural.
De las anteriores consideraciones pueden desprenderse estas primeras conclusiones:
1.- El Liberalismo llevado a su más pura expresión conduce inevitablemente el anarquismo, en el que cada quien trata de garantizar a proteger sus propios intereses, sin considerar los de la sociedad, lo que produce el rompimiento nacional.
2.- El Gobierno como expresión del pueblo, está obligado a garantizar los intereses nacionales, sobre los intereses personales.
3.- Los bienes son nacionales y sociales, de allí que su apropiación corresponda a las necesidades de la comunidad y no de la persona.
4.- La situación actual requiere la cabal atención de todos los elementos de la sociedad y no del hombre aislado de su grupo y su condición socio-económica.
5.- El progreso de una nación no puede descansar en la prosperidad de unos cuantos, sino en una correcta distribución de la riqueza en favor del pueblo.
6.- La proyección del mundo moderno es de carácter orgánico y funcional, en el que la humanidad está sobre el individuo.
Por todo lo anterior, podemos señalar, que al Liberalismo lo debemos visualizar desde dos puntos de vista, el político y el económico; en el primero garantizando las libertades del hombre, mismas que se encuentran consagradas en la parte dogmática de nuestra Constitución, ya que en los primeros 29 artículos plasman los derechos de las personas, a manera de protegerlos, tanto en su aspecto individual, como en su carácter de integrantes de un grupo social.
Derechos del hombre que se pueden clasificar en cuatro grupos a saber: derechos de igualdad, derechos de libertad, derechos de propiedad y derechos de seguridad pública.
En el otro aspecto, es decir el económico, consideramos que el Estado Mexicano debe retornar a la política de la economía mixta, tercera vía dicen otros, siempre dentro de la Constitución, ya que conforme a ella se consagra el principio de la propiedad originaria de la Nación, de la cual derivan las formas de propiedad pública, social y privada, que concretan la concepción del derecho de propiedad instituido por la sociedad mexicana, aquí consideramos que el Estado Mexicano debe intervenir en el proceso económico con el propósito de regular, en beneficio del interés público el aprovechamiento de los recursos naturales susceptibles de apropiación por hacer una distribución equitativa de la riqueza pública.
El Estado deberá llevar la rectoría económica impulsando las acciones que tengan por objeto la nacionalización de la industria y los servicios básicos cuando lo requiera el interés público, subordinando real y efectivamente el capital extranjero a los objetivos superiores de México, sin olvidar que deberemos tender a crear una conciencia de organización social y eficiencia productiva que se traduzca en una mejor distribución de la riqueza nacional, aportando seguridad y certidumbre a cada uno de los sectores económicos, fijando condiciones para que su evolución se realice con equilibrio y eficiencia; conciliando las necesidades de dirección y orientación con el disfrute de las libertades económicas y los derechos sociales.
Por todo lo anterior, debemos velar porque el Gobierno de la República sea congruente con los principios emanados de nuestros tres movimientos armados a saber: la Independencia, la Reforma y la Revolución, planteando como solución al dilema, entre el liberalismo individualista de mercado y la plena estatización de la economía, un sistema al cual concurren libremente los sectores público, social y privado, a partir de la visión del desarrollo nacional determinado por el poder político, único representante legítimo de la voluntad popular; sistema económico, democrático que concilie las libertades, con la planeación del conjunto de las actividades económicas y que la acción de cada sector se proyecte en las decisiones económicas generales y se sujete al interés de la nación, ya que ningún grupo de voluntades puede tener el derecho a situarse por encima de la sociedad.
Los liberales manifestamos total apoyo a nuestra Constitución Política, herencia de los más puros y caros anhelos de nuestros antepasados, por lo que reafirmamos nuestra posición liberal continuadora de los ideales juaristas, apegada a las Leyes de Reforma; manteniéndonos como celosos guardianes de las Garantías Individuales y Sociales de los Mexicanos, y cada uno de nosotros debe prepararse para cumplir mejor en su trabajo y participar en el Estado Mexicano para cumplir con los deberes de ciudadanos, ya que primero somos mexicanos y después liberales.
Proclamamos el derecho inalienable de la libertad absoluta de conciencia y del pensamiento; estudiamos las reivindicaciones de este derecho y promovamos la creación de gobiernos libres. Enseñemos que la libertad no puede ser atacada por la ley.
No olvidemos que el hombre constituye la materia prima y que sin él, la sociedad se quedaría sin objeto. Ahora bien, el hombre evoluciona, la sociedad evoluciona, y no podemos permitirnos ignorarlos si queremos participar en la construcción del Templo de la Humanidad. Sería imperdonable, si como ciudadanos no asumimos nuestra responsabilidad.
Cada uno de nosotros forma parte del edificio social, y nuestros defectos constituyen defectos en el mismo. No podemos hacer perfecto ese Templo, pero podemos hacer que nuestra parte del mismo sea lo más perfecta posible.
Los principales obstáculos a dicha realización somos nosotros mismos los seres humanos; en lo individual somos egoístas, viciosos, acomplejados e ignoramos los derechos de los demás y nos agredimos unos a otros con torpeza increíble; en lo social o colectivo el progreso se ve entorpecido por los intereses creados de grupos políticos, religiosos, económicos, siempre guiados mezquinamente y con deseos de poder mal entendido. En síntesis: el hombre es enemigo del hombre y de sí mismo.
En consecuencia, si el problema fundamental es el estado mental del hombre, cambiémoslo, cambiémoslo mediante una real y verdadera reeducación. Es inútil cambiar básicamente las estructuras sociales, mientras no haya hombres íntegros y bien preparados que las hagan operativas.
Siempre hemos pensado que la sociedad en lo general, y los hombres en lo particular, avanzan y se desarrollan en la medida que tienen claro su punto de destino; cuando saben que es lo que quieren y tienen plena conciencia de que hacer, para lograrlo.
El pueblo que olvida su historia, para bien o para mal, suele repetirla; los mexicanos tenemos memoria, sabemos de donde venimos, lo que hacemos, y estamos conscientes hacia donde vamos. Por ese saber, en este día, estamos aquí, en nuestras reflexiones, buscando nuevos y mejores caminos, todos juntos, cada quien con sus propias ideas, pero con un solo fin, con un solo propósito, con un solo objetivo, aun cuando por distintos y múltiples caminos.
Sin embargo, bajo las circunstancias actuales, en estos momentos en que las acciones y situaciones sociales, políticas, ideológicas y económicas que en el ámbito internacional se suceden apresurada y violentamente y que repercuten fuertemente en nuestro país, no debemos por ningún concepto ser contemplativos, indiferentes o simples testigos de los aconteceres y dramas cotidianos.
La experiencia nos ha enseñado que de nada valen ni sirven la elaboración de proyectos ni programas de trabajo, sino se cuenta con los materiales, con las herramientas adecuadas para la realización de una obra. En todo trabajo, en toda labor se precisa que la idea y el impulso vayan aparejadas, a fin de culminar los propósitos. Nuestro deseo ha sido y será que las ideas que se tengan para promover el avance de nuestra sociedad las llevemos a la práctica, es decir, que las ejecutemos, que pongamos el pensamiento liberal en acción.
Yo los invito a que meditemos profunda y serenamente en este asunto, de que normemos nuestra conducta, y que consideremos siempre, con madurez y altura de miras, que los ciudadanos bien nacidos ponemos en la mesa de las discusiones, la lucha de las ideas y no la lucha de los hombres.
Hoy, que las circunstancias son distintas, actuemos de acuerdo con tales circunstancias, pero siempre manteniendo nuestros principios históricos puros e inmutables para que a través de ellos, emprender el estudio de los problemas actuales, para tratarlos de acuerdo con la sana interpretación que debemos darles.
Hidalgo, Morelos, Guerrero, Juárez, Madero, etc., fueron liberales, hombres que lucharon contra todo tipo de esclavitud; contra la ambición ilegítima, contra la falsedad, el engaño o el fraude y privilegios, contra la hipocresía y el servilismo. Aspiraron a conformar una nación que viviera en armonía, regida por la ley y el orden.
Morelos, nos legó los "Sentimientos de la Nación". Morelos, se autonombró como el Siervo de la Nación. Declaraba, que no hay otra nobleza, que la de la virtud, el saber, el patriotismo; que todos somos iguales y que no debe haber esclavitud ni discriminación, por el color de la piel, que no cambia el del corazón ni el del pensamiento.
Guerrero, nos legó la enseñanza de que "la Patria es primero". Juárez nos dejó su apotegma de que "entre los pueblos  como entre los individuos, el respeto al derecho ajeno es la paz".
A la pléyade de liberales, encabezados por Juárez, se debe, que nuestro País tomara la forma de República representativa, democrática y federal. La Constitución del 1857 obra de liberales, garantiza en su articulado los derechos del hombre, la libertad, la propiedad, la seguridad, la igualdad ante la ley y la soberanía popular.
Es herencia de los liberales de ayer, el deseo y la tendencia de los liberales, de los revolucionarios y de los democráticos de hoy; de luchar, por acabar con los privilegios; de luchar, por el reparto justo de la riqueza, de luchar, por fraccionar los latifundios; de luchar, por mantener vigente la libertad de culto; de vigilar, que se de la real separación de la iglesia y del estado; de luchar por la educación laica; por la libertad de expresión hablada o escrita. A esto, se oponían los conservadores ayer. A esto se oponen los reaccionarios de siempre.
Por eso debemos pugnar por la reeducación de la sociedad y de las masas, que se ha venido degenerando por la demagogia y la corrupción. Debemos luchar por ver realizados los postulados, aún no alcanzados, de nuestros movimientos sociales, de nuestros movimientos libertarios.
Recordemos que en los momentos de duda, en los momentos de crisis, que en diversas épocas ha padecido nuestro País, siempre han sido los patriotas liberales, surgidos del seno de nuestro pueblo, quienes  han marcado el rumbo de las transformaciones sociales y han salvado a la patria con su pensamiento y sus acciones; y estaremos preparados para los requerimientos en los años por venir, a fin de poner Orden en el Caos.
Miguel García Mejía
 


DESTELLOS LIBERALES



Entrego a ustedes las siguientes reflexiones, con el propósito de que sirvan, para mejorar la idea o el concepto que, ya vosotros tienen, sobre la palabra “liberalismo”.
Vaya pues, mi primera afirmación: el liberalismo entraña una suprema facultad: pensar, querer, creer, profesar lo que uno quiera, sin que ni dicho pensamiento, querencia, profesamiento, sea objeto de inquisición alguna.
Sin embargo, es obvio, que la palabra “liberalismo”, tiene varias connotaciones, es decir, una idea principal, como la de mi afirmación y otras secundarias; por lo que, cuando nos preguntamos, que es el “liberalismo”, debemos abarcar todos sus aspectos: económico, religioso, filosófico, político, étc., para poder tener una respuesta más o menos justa.

ASPECTO ECONOMICO:

El liberalismo económico, se gestó a mediados del siglo XVII, pero es hasta el siglo XIX cuando se aprecia su influencia en la sociedad. Significo históricamente, una particular revolución en el campo económico; consistió, en dejar hacer a cada individuo, lo que quisiera en esta actividad y considerar el estado como un mal necesario o como un estado gendarme.

El Liberalismo económico, en su época, surgió como contradefensa para el “Homo Hominis Lupus”. Contra la falta de libertad en todos los ordenes, surgió la libertad, en lo que para algunos era o es básico: el comercio, la economía y sus relaciones con el estado.

El liberalismo económico el “Laissez Faire” como doctrina económica, es anacrónica en nuestros días, pero tuvo vigencia, cuando se creía en la “bondad primitiva del hombre”, tratando de evitar la intervención abusiva del estado.
Es lógico, que una libertad absoluta en materia, conduce al anarquismo o al totalitarismo. Pero el malo es el ser humano y no el liberalismo económico. Aquí cabe la frase de Madame Rolland: “¡Oh, libertad, cuantos crímenes se cometen en tu nombre!”.
Concluyendo el liberalismo económico no es vigente, ha sido sustituido por la economía mixta, debidamente reglamentada por el estado. Aunque en todo ello, el “liberalismo social” del régimen anterior, no fue otra cosa, que un liberalismo económico salvaje, en el que se protegió al empresario y se abandonó al trabajador.
ASPECTO RELIGIOSO:
En lo religioso, el liberalismo se apoya en el libre albedrío; se argumenta que Dios le ha otorgado al ser humano, la facultad de escoger entre el bien y el mal.
Se dice que “Dios ha querido que el hombre sea libre para que sea responsable y capaz de acciones moralmente buenas o malas”.
Pues bien, desde el punto de vista religioso el hombre es libre para escoger entre el bien y el mal. Entonces, son los hombres los que quieren hacer al hombre esclavo, cuando ha nacido libre. Es decir, si por voluntad de Dios, ya somos libres ¿Por qué se pretende esclavizar las conciencias, obligándolas a que acepten “verdades reveladas”? así, queda muy mal parada la religión y los que hacen proselitismo religioso.
Porqué si aceptamos los del libre albedrío, uno puede escoger entre creer y no creer, o si se prefiere puede optar entre el bien y el mal.
ASPECTO FILOSOFICO:
Filosóficamente, en todo tiempo, se ha afirmado que los seres humanos nacen libres; se ha dicho en todos los lugares y en todas las épocas, que la libertad ha sido es y será, la columna vertebral de toda la ética y, se es culpable en cuanto se es libre; esto nos dice: “en cuanto tengo la posibilidad de obrar mal, puedo ser libre, escogiendo el bien”.
Concluyendo, desde el punto de vista de la filosofía, el ser humano, también es libre, busca la libertad, es decir: orienta su existencia hacia valores morales de salvación o mejor dicho de perfección. Lo malo es el abuso de la libertad o su total negación.
ASPECTO JURIDICO:
Sabemos y además es obvio, que la palabra liberalismo, se deriva de la palabra libertad; el liberalismo, tiene a la libertad como su esencia fundamental.
Jurídicamente, el hombre puede actuar de una o de otra manera; puede dedicarse al ejercicio que más le acomode; o bien, puede ser o estar activo o pasivo. Pero cuando esta posibilidad, está reconocida por la ley, se convierte en contenido de un derecho; en el derecho a la libre opción, por el ejercicio o no ejercicio de determinada conducta.
Esto nos indica, que jurídicamente y en forma esencial, debe ser protegida la libertad y de derecho, está protegida en México y en países democráticos.
ASPECTO POLITICO-SOCIAL:
Los regimenes democráticos, son los que mejor garantizan las libertades, con un gran sentido de limitación, para no perjudicar a terceros. En todos ellos se impone la frase del benemérito: “El respeto al derecho ajeno es la paz”.
El estado, políticamente está obligado a través de sus intelectuales, a buscar el bien común y el imperio de las libertades; nosotros como particulares también, debemos ir en su busca, apoyando al estado.
La libertad entraña un sentido de limitación, si de acuerdo con el valor religioso, el hombre nació libre, el estado ha de normar y encausar esa libertad, para que todos actuemos dentro del marco de la ley, y así poder lograr la convivencia y no caer en los extremos, sino, siempre en el justo medio. Ni anarquismo ni totalitarismo, ni autocracia ni demagogia.
El liberalismo, tiene ese sustento de libertad innegable, desde cualquier punto de vista que se le quiera ver, que se quiera examinar.
Fulton J. Scheen, religioso católico, opina, que el liberalismo es “La filosofía que cree en la conquista progresiva de las libertades civiles, sociales, políticas, económicas y religiosas, dentro del marco de una ley moral”.
Otros han dicho: “Si el liberalismo implica, un sistema para el cual, el avance hacia la libertad, es el derecho de hacer todo lo que el hombre deba, hay que alentarlo.
El escritor Carlos Montaner, en escrito de él y que nuestro G.·. M.·. envío a las Logias de la Jurisdicción el 24 de enero, del presente año; tiene un contenido interesante, léanlo, analícenlo y compárenlo, con lo que yo expongo, saquen sus propias conclusiones.
Montaner dice “El liberalismo, no es una ideología, es un modo para conseguir que las personas alcancen el mas alto nivel de prosperidad, junto al mayor grado de libertad posible; agrega descansa en toda la tolerancia y la confianza en la fuerza de la razón”, ese es su punto de vista, respetable desde luego, pero vosotros deben exponer el vuestro.
También afirma; que el Liberalismo se basa en:
1.- Libertad individual, para todo.
2.- Libertad con responsabilidad.
3.- Control de gobierno por el pueblo y
4.- Estado de derecho.
De acuerdo con estas ideas, los liberales aceptan el libre comercio sin controles de precios y salarios, reprueban los subsidios que privilegian; afirman que el rol del estado es el de mantener el orden de acuerdo a la ley.
Y nos da una serie de reflexiones que reitero deben ser analizadas eso es la tarea, lean dicho documento. 
 RAMON SALAZAR MALDONADO